Tras la muerte de la reina Isabel II, su hijo se convierte ahora en el Rey Carlos III
Es el rol que ha estado destinado a desempeñar en su vida, aunque ha tardado más que cualquier otro heredero en la historia británica en ocupar ese papel.
Ahora, tras la muerte de Su Majestad la Reina, el príncipe de Gales se convertirá en el Rey Carlos III.
Sin embargo, durante muchos años se especuló sobre la posibilidad de que llegara a ser soberano. En comparación con su madre, que se ganó un inmenso respeto y lealtad durante sus 70 años de reinado, Carlos rara vez ha disfrutado de una popularidad tan generalizada. La prensa lo ha catalogado como “entrometido”, “tonto” e incluso “peligroso” y las encuestas han mostrado que el pueblo británico quería que la corona pasara directamente a su hijo mayor, el príncipe Guillermo.
Los funcionarios reales siempre sostuvieron que se aplicarían las reglas de sucesión habituales. De hecho, la coronación del rey Carlos III es inminente. Pero ¿qué significará esto para la monarquía británica?
Charles Philip Arthur George nació el 14 de noviembre de 1948 en el Palacio de Buckingham. Tenía solo tres años cuando su madre, la reina Isabel II, subió al trono en 1952.
Fue un niño enfermizo y, con gran diferencia, el más sensible de los cuatro hijos reales, de manera que en muchos sentidos era el menos indicado para ocupar el papel de monarca. Cuando años más tarde le preguntaron sobre el momento en que se dio cuenta por primera vez de que algún día sería rey, dijo que no había tenido una revelación repentina sino más bien un despertar lento, “espantoso e inexorable”.
Se rumoreaba que su relación con su padre, el duque de Edimburgo, era “difícil”, mientras que su madre solía estar ocupada cumpliendo con sus deberes reales. Más tarde el príncipe se quejó de que le había faltado el afecto de sus padres. Era el más cercano a su abuela, la Reina Madre, quien lo abrazaba, lo llevaba al ballet y, como recordaría más tarde, “me enseñó cómo mirar las cosas”.
Cuanto tenía 13 años lo enviaron al antiguo internado de su padre, Gordonstoun, en Escocia, pero lo odiaba. Una vez lo describió como una “sentencia de prisión” y un “Colditz con faldas escocesas”. Terminó con seis niveles O y dos niveles A, pero se matriculó en la Universidad de Cambridge para estudiar Antropología, Arqueología e Historia.
Carlos empezó a formarse como piloto de jet en la RAF en 1971 y luego se matriculó en la escuela naval de Dartmouth, antes de servir en varios buques de la Marina Real Británica y entrenar como piloto de helicóptero. Fue más o menos en esa época que empezó a salir con Camilla Shand, pero la posibilidad de casarse con ella estaba fuera de discusión.
Según el historiador Bedall Smith, el pasado amoroso de Camilla fue un punto en su contra porque el futuro rey necesitaba casarse con alguien “que al menos pareciera virginal”.
La entrada de Carlos a la marina frenó su relación y Camilla se casó con Andrew Parker Bowles, con quien había mantenido una relación intermitente a largo plazo en 1973.
Se consideró “más adecuada” la pareja que formaban el príncipe y Lady Diana Spencer, a la cual su tío Lord Mountbatten llamó una “joven de carácter dulce”.
Se dijo que Carlos se sentía presionado por su padre para proponerle matrimonio después de tan solo seis meses de relación, de manera que el compromiso de la pareja se anunció en febrero de 1981. Carlos tenía 31 años y Diana solo 19.
En su entrevista de compromiso, cuando les preguntaron si estaban enamorados, su respuesta, ahora considerada infame, fue: “lo que sea que signifique ‘estar enamorados’”, la cual marcó la tónica del matrimonio. Se dice que lloró en la víspera de su boda en julio de 1981.
En menos de un año nació su hijo y heredero, el príncipe Guillermo, seguido por el príncipe Harry en septiembre de 1984. Sin embargo, incluso en esa época el matrimonio real tenía dificultades.
En una carta a un amigo, Carlos escribió: “¿Cómo pude hacerlo tan mal?”. En 1986 Carlos reavivó su romance con Camilla y más tarde admitiría que su matrimonio se había “roto irremediablemente”. Diana, quien también tuvo amantes, confesó más tarde: “En este matrimonio éramos tres, demasiada gente”
Después de la publicación del libro de Andrew Morton “Diana: Su verdadera historia” en 1992, no cupo dudas de que el matrimonio entre Carlos y Diana había terminado. La separación de la pareja se anunció en diciembre de 1993 y su divorcio finalizó en agosto de 1996.
Sin embargo, la reputación de Carlos sufrió un duro golpe. Fue retratado como un mal padre y lo culparon por el tormento de Diana. Le ha costado mucho deshacerse de esa imagen. Cuando ella murió en un accidente automovilístico en París en agosto de 1997, él parecía muy consciente de cómo reaccionaría la nación. Cuando escuchó la noticia, se dice que se dirigió a sus cortesanos y dijo: “Todos me van a culpar, ¿no?”.
Sin embargo, luego vendrían tiempos más felices. Camilla, la duquesa de Cornualles, ocupa un lugar en su corazón, un lugar que siempre ha dicho que es “innegociable”. Se casaron en una ceremonia civil en abril de 2005 en el Windsor Guildhall. Sus índices de aprobación fueron mejorando a medida que el público se daba cuenta del amor mutuo que experimentaban.
Incluso la reina reconoció su felicidad. En un discurso después de la boda en el que usó el lenguaje de su amado mundo hípico dijo: “Mi hijo está seguro con la mujer que ama. Han superado escollos difíciles – Bechers Brook y The Chair – y todo tipo de obstáculos terribles. Y ahora están en el recinto de los ganadores”.
En 2013, a la edad de 65 años, Carlos se convirtió en el heredero con más años, dos meses y 13 días, un récord establecido previamente por su tatarabuelo, el rey Eduardo VII. Ahora, a la edad de 73 años, se convierte en el rey más longevo en 300 años: el récord anterior era de Guillermo IV, quien tenía casi 65 años cuando se convirtió en rey en 1830.
Sin embargo, Carlos sigue siendo relativamente impopular entre el público británico. La biógrafa real Penny Junor cree que todavía se le culpa injustamente por la infelicidad de Diana.
“Lo pasa mal porque su matrimonio fracasó”, explicó. “Nunca le han perdonado eso, porque Diana lo culpó y él nunca dijo una palabra. Nunca ha explicado lo que sucedió en su matrimonio. Su punto de vista siempre ha sido que la historia lo juzgará”.
Como heredero, Carlos siempre vivió a la sombra de Su Majestad la Reina, cuyo famoso mantra es “nunca te quejes, nunca des explicaciones”. Sin embargo, ha exasperado a algunas personas porque, al parecer, ha usado su posición para influir en las decisiones del gobierno.
Solo en 1987, envió más de 1 000 cartas, conocidas como los “memorandos de la araña” debido a la letra distintiva de Carlos, a varios destinatarios, incluidos los ministros del gabinete. Tanto Margaret Thatcher como Tony Blair se quejaron de su interferencia en el proceso legislativo. Carlos admitió que a veces se sentía “inundado de vilipendio y abuso”.
Sin embargo, las cartas también mostraron que es encantador y a menudo se refiere a sí mismo como alguien con “puntos de vista chapados a la antigua”.
No obstante, la pregunta crucial es si será capaz de guardar para sí esos puntos de vista. Durante un documental sobre su cumpleaños número 70 en 2018, Carlos dijo que no se “entrometerá” cuando se convierta en Rey.
Dijo: “Siempre me he preguntado qué significa la intromisión, quiero decir que siempre pensé que era algo motivador, pero siempre me ha intrigado si entrometerme implica preocuparme por las ciudades y lo que estaba ocurriendo en ellas, como hice hace 40 años.
“Preocuparme por las condiciones en las que vivía la gente. Si eso es intromisión, estoy muy orgulloso de ello”.
La organización benéfica Prince's Trust ha apoyado a miles de jóvenes desfavorecidos en todo el Reino Unido desde que Carlos la creó en 1976 y ha creado conciencia sobre el cambio climático y la contaminación por plásticos.
Sin duda, Carlos parece decidido a ser un monarca trabajador. En los últimos años, a medida que Su Majestad la Reina fue reduciendo sus compromisos oficiales, Carlos asumió parte de sus deberes.
Durante la pandemia de coronavirus, a pesar de haber contraído la enfermedad, nunca se alejó de su trabajo, pasó todos los días de aislamiento en su escritorio.
Y apareció en mensajes de vídeo con frecuencia, enviando apoyo desde su hogar a las organizaciones benéficas que solía visitar en persona.
Su papel adquirió una nueva dimensión en abril de 2021, cuando el príncipe Felipe murió y lo dejó en la posición del cabeza de familia. Encabezó la procesión detrás del ataúd del duque de Edimburgo, le agradeció al público sus mensajes y se mostró emocionado y lloró al ver las flores en el Castillo de Windsor.
Aunque su padre se había retirado desde hacía más de cuatro años antes de morir, la pérdida del patriarca representó un cambio para toda la familia.
Carlos se retiró a su casa galesa durante algún tiempo para estar a solas antes de retomar sus deberes públicos, y a pesar de la aparente agitación en curso en su familia con las revelaciones de su hijo Harry sobre su infancia y su salud mental, ha permanecido estoico y ha guardado silencio sobre su vida privada en público.
Se ha revelado que sus planes como rey incluirán aumentar el acceso a los palacios para el público, de manera que más habitaciones en las grandes casas se mantengan abiertas a los visitantes en períodos más largos del año. Durante mucho tiempo se ha especulado que Carlos preferiría no vivir en el Palacio de Buckingham, ahora podríamos conocer la respuesta.
Para un hombre que una vez bromeó diciendo que, si lo deseaba, “simplemente podría irme y pasar el resto de mi vida esquiando”, es evidente que su mayor deseo en el trabajo de su vida consiste precisamente en mejorar la vida de los demás.
Queda por ver si lo hará.