El riesgo del láser para acabar con las ojeras
A las imperfecciones estéticas alrededor de la órbita del ojo, es decir, a todo aquello que no nos gusta de nuestra mirada porque nos pone años o nos hace parecer cansadas, erróneamente lo llamamos ojeras. Sin embargo, "no lo son", aclara la doctora Gabriela Molina, de Clínicas Aevo. "Pueden ser ojeras o pueden ser bolsas y, dentro de ellas, tener diferente origen y, por tanto, un tratamiento concreto. Por eso es tan importante informarse bien antes de someterse a cualquier tipo de terapia".
En realidad, llamamos ojera (hipercromía idiopática del anillo orbitario) al oscurecimiento de la región orbitaria, ya sea por pigmento de melanina o dilatación de los capilares próximos a la superficie de la piel. Pueden aparecer por diferentes causas: flacidez, hundimiento, problemas vasculares y, cuando son marrones, por pigmentos de la piel.
Si son por hundimiento, se tratan con infiltraciones de ácido hialurónico para rellenar y mejorar la depresión. Si son por coloración por pigmento marrón, con peelings químicos o láser. De hecho, desde que estamos en pandemia ha habido un aumento exponencial en las consultas de estos tratamientos médico-estéticos, y por eso, los expertos quieren advertir sobre las consecuencias de no sopesar bien las opciones y acudir a centros no autorizados. Hay que valorar qué es lo que se quiere mejorar, si es posible conseguirlo, qué tipo de procedimiento es el más indicado para ello y lo más importante, si hay alguna contraindicación médica.
En el caso de la terapia con láser para eliminar ojeras, en efecto, puede ser un tratamiento eficaz para deshacerse de las marcas oscuras que con el paso de los años y los malos hábitos aparecen bajo los ojos, pero no todo vale. Es una técnica segura pero que requiere de experiencia. Por eso, además de ponerse en manos de profesionales cualificados y en los centros adecuados, por parte del paciente, también es importante conocer los distintos tipos de láseres y para qué se usan: láser vacular para los pequeños vasos sanguíneos verdosos o morados, láser despigmentante para todo el contorno de las ojeras, de CO2 pulsado o láser de CO2 fraccional...
Siempre se realiza un estudio previo de la piel de la paciente para minimizar riesgos y adaptar el tratamiento a sus características concretas. El caso de las ojeras requiere un diagnóstico minucioso y personalizado, además de la realización de una historia clínica completa. Esto se debe a la complejidad anatómica del área, tanto a nivel de drenaje, como de inervación y vascularización. De lo contrario, puede haber riesgo de cicatrices u otros posibles efectos secundarios como infecciones, quistes en la zona tratada, hematomas o un cambio ligero en la forma de los ojos.
Por ejemplo, aunque el láser vascular puede ser apropiado en algunos casos, en otros, eliminar esas venitas con láser no es muy aconsejable, ya que podría empobrecer el retorno venoso de la zona de la ojera por eliminación de venas y esto podría repercutir en edema o bolsa por retención de liquido. Por eso es tan importante el estudio personalizado y la valoración del especialista. Si entras en una 'clínica', y todo es, 'pim pam pum... fuego' sin mas miramientos, mejor vete. Recuerda, es fundamental ponerte en manos de especialistas acreditados y con experiencia demostrable en láser.
También pueden surgir complicaciones o molestias derivadas del incumplimiento de las indicaciones médicas tras el tratamiento. Para que sea un éxito, tras el procedimiento elegido, resulta crucial respetar una serie de recomendaciones tanto los días previos como posteriores. En este sentido, como ocurre en prácticamente todos los tratamientos láser, hay que realizar una protección solar estricta después de realizarlo, por lo que la época ideal apra estos tratamientos es otoño/invierno.
Por otro lado, es importante tener en cuenta que el láser 'decolora' la ojera pero no la elimina totalmente para siempre. Si la persona es propensa a ellas volverán a salir, y si duerme poco o lleva malos hábitos también volverán a salir a largo plazo.
También tienen mayor predisposición a desarrollar o a empeorar las ojeras existentes, aquellos personas con alergias respiratorias, con procesos irritativos crónicos de la piel de los párpados, cambios hormonales como los que suceden durante la menstruación o el embarazo, así como también, los pacientes con enfermedades crónicas tiroideas, renales o infecciosas.
Las ojeras, también tienen relación directa con las distintas razas. De acuerdo al color de la piel, las ojeras adquieren diferentes tonalidades, en la piel oscura se ven marrones y en las pieles claras violáceas.
Además hay un riesgo añadido cuando el paciente padece enfermedades oculares como:
Desprendimiento de retina.
Ojo seco.
Enfermedades de tiroides.
Enfermedades cardiovasculares.
Diabetes.
Hipertensión arterial.
Alteraciones de la coagulación.
En cualquiera de estos supuestos no se recomienda recurrir a esta técnica para rejuvenecer la mirada porque este tipo de personas son las susceptibles a desarrollar efectos adversos posteriores. También se desaconseja pasar por este tipo de técnicas de rejuvenecimiento facial con láser en verano, durante el embarazo y si en la historia clínica existen dermatosis fotosensibles, cicatrices queloideas o se toman determinados medicamentos como algunos fármacos para el acné o productos tópicos para el rejuvenecimiento.
Si a pesar de todo, decides optar por esta técnica para eliminar las ojeras recuerda que es importante recurrir a un profesional cualificado que te explique pros y contras, y te diga cuáles son los procedimientos con láser menos invasivos, como láseres de tinte pulsado o de diodo que, como recoge Medical News Today, pueden disminuir el riesgo de cicatrices u otros posibles efectos secundarios como los que te hemos contado.
Consejos básicos para una mirada limpia y joven:
Adoptar hábitos de vida saludable, sin tabaco ni alcohol, con una alimentación equilibrada.
Evitar los alimentos con alto contenido de sal -que aumentan la retención de líquidos-.
Aumentar las horas de sueño a unas 6-8 horas diarias.
Evitar una exposición prolongada del sol.
Aplicar cremas para el contorno de ojos que ayuden a mejorar la circulación.
Colocar frio en la zona para mejorar el drenaje y descongestionar.
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