¿Se puede o debe tratar el bruxismo con bótox? Esto es lo que opinan los expertos

La reciente confesión de Sofía Suescun, colaboradora de Mediaset, que se ha visto obligada a inyectarse bótox para solucionar su bruxismo, ha generado sorpresa, escepticismo y ciertas dudas sobre la eficacia y la seguridad de esta toxina, ¿se puede usar el bótox para tratar el bruxismo? Los dentistas responden

Esta imagen que la colaboradora de Mediaset publicó en su Instagram generó todo tipo de comentarios por la posibilidad de haberse sometido a un retoque estético. Ella mismo ha aclarado que se infiltra bótox para poner fin a sus dolores. (Foto: Sofía Suescun/INSTAGRAM)
Esta imagen que la colaboradora de Mediaset publicó en su Instagram generó todo tipo de comentarios por la posibilidad de haberse sometido a un retoque estético. Ella mismo ha aclarado que se infiltra bótox para poner fin a sus dolores. (Foto: Sofía Suescun/INSTAGRAM)

En los últimos años se ha hablado mucho de los beneficios de la toxina botulínica en numerosas patologías faciales como el bruxismo, que se caracteriza por apretamiento de los dientes, la hipertrofia de los músculos maseteros o la luxación recidivante de la articulación temporomandibular (ATM), pero casi siempre dentro de un ámbito profesional, médico-científico.

Como en casi todo, existen opiniones a favor y en contra; y aunque algunas investigaciones sugieren que el bótox provoca serios daños en el hueso de la mandíbula, por otro lado, hay evidencias significativas de los beneficios de la toxina botulínica tipo A (TB-A) en estos y otros ámbitos.

No obstante, su utilización queda sujeta a la aprobación de las autoridades sanitarias y las regulaciones de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), que recoge su usos e indicaciones terapéuticas en una ficha técnica revisada en junio de este mismo año.

Ahora la conversación ha saltado de los papeles a las redes porque la toxina botulínica tipo A -conocida comúnmente como bótox- cada vez es más usada por los cirujanos maxilofaciales y orales “gracias a que tiene pocas contraindicaciones y que ayuda a evitar cicatrices y a reducir el dolor muscular en la cara”, apuntan desde Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial (SECOM).

Sus aplicaciones van más allá de la cirugía estética, y a día de hoy suele utilizarse para tratar diversos problemas de salud y patologías como estrabismo, distonía, tics y temblores, blefaroespasmo, tortícolis, migrañas, vejiga hiperactiva e hiperdrosis o sudoración excesiva.

Los odontólogos advierten de que cualquier medicamento o producto sanitario debe ser administrado por los especialistas en sitios autorizados, y en el caso concreto del bótox, desaconsejan su uso reiterado por cuestiones estéticas, limitando su dosis y su aplicación al diagnóstico médico. (Foto: Getty)
Los odontólogos advierten de que cualquier medicamento o producto sanitario debe ser administrado por los especialistas en sitios autorizados, y en el caso concreto del bótox, desaconsejan su uso reiterado por cuestiones estéticas, limitando su dosis y su aplicación al diagnóstico médico. (Foto: Getty)

Se calcula que, en España, padece bruxismo el 70 por ciento de la población adulta, una enfermedad multifactorial en la que confluyen factores generales como estrés o trastornos del sueño con factores específicos, como una mala oclusión de la dentadura o la irritabilidad muscular.

Las soluciones habituales

Las férulas bucodentales, ciertas técnicas fisioterapéuticas y algunos medicamentos son las estrategias que suelen combinarse para resolver los problemas asociados al bruxismo. Sin embargo, como apuntábamos, cada vez se está recurriendo más a una nueva terapia: las micro inyecciones de toxina botulínica tipo A o bótox.

Una alternativa a la que han recurrido algunos personajes populares como Sofía Suescun, ganadora de ‘Supervivientes 18’. La colaboradora de Mediaset ha contado que se ha visto obligada a inyectarse bótox para solucionar su bruxismo, lo que ha generado sorpresa, escepticismo y ciertas dudas sobre la eficacia y la seguridad de esta toxina.

"Tengo que inyectarme bótox por primera vez en la zona del masetero (músculo masticador) porque sufro de bruxismo. Por las noches muerdo con todas mis fuerzas y me estoy desgastando los dientes", confesaba en su Instagram la ex tronista de MYHYV. La modelo mostró su tratamiento vía redes sociales, para dar a conocer la alternativa a quienes sufren lo mismo.

Los criterios principales para el diagnóstico de bruxismo son el dolor facial o cervical, cefalea, apretamiento, rechinamiento y desgaste de los dientes. (Foto: Getty)
Los criterios principales para el diagnóstico de bruxismo son el dolor facial o cervical, cefalea, apretamiento, rechinamiento y desgaste de los dientes. (Foto: Getty)

Por qué rechinamos los dientes

Una mala postura, carencias en la alimentación o problemas emocionales son algunos de los principales desencadenantes de esta disfunción de la articulación temporomandibular (ATM), un problema de salud que no se debe ignorar pues va ligado a muchas otras dolencias.

Un mal funcionamiento de la ATM (responsable de las funciones de masticación, deglución y fonación) causaría “dolor miofascial, asimetría esquelética, patologías sistémicas como la artritis o un trastorno degenerativo e inflamatorio de las articulaciones temporomandibulares, explica el Consejo de Dentistas.

En concreto, el bruxismo afecta al músculo masetero, que interviene en el proceso de masticación y sirve para elevar la mandíbula y cerrar la boca, en coordinación con el músculo temporal. Al rechinar los dientes sometemos a una gran presión a esta zona y podemos levantarnos de la cama con la sensación de tener la mandíbula encajada.

Cuáles son las consecuencias

La personas que padecen bruxismo suelen tener dolores de cabeza y de cuello constantes, molestias en los músculos faciales o desgaste dental. También “puede generar cefaleas tensionales y la posible presencia de ronquidos, apneas y reflujo gastroesofágico”, apuntan expertos de la Sociedad Española de Disfunción Craneomandibular y Dolor Orofacial (SEDCYDO).

Y es que aunque el deterioro de la dentadura es la principal consecuencia del rechinar de dientes, este ‘trastorno dental’ puede provocar una cascada de reacciones adversas.

A las férulas bucodentales se ha sumado otro comodín menos convencional para tratar el bruxismo, las micro-inyecciones de toxina botulínica tipo A o ‘bótox’. (Foto: Getty)
A las férulas bucodentales se ha sumado otro comodín menos convencional para tratar el bruxismo, las micro-inyecciones de toxina botulínica tipo A o ‘bótox’. (Foto: Getty)

Desde migrañas y cefaleas hasta dolor en la columna vertebral, oídos, deformación del rostro e incluso vértigos y mareos, son algunas de las consecuencias. A Suescún, el bruxismo le ocasiona fuertes dolores de cabeza y cuello que le impedían realizar sus actividades cotidianas con normalidad y le provocaban insomnio.

Otra de las consecuencias es la hiperactividad muscular mantenida. El rechinamiento hace que el moflete, como se conoce comúnmente al músculo masetero, se desarrolle más de lo que debería provocando la aparición de ‘cara cuadrada’.

¿Qué consigue el bótox?

Bloquear esa musculatura y frenar esta hiperactividad; revirtiendo este efecto y el dolor asociado. Lo importante es que la decisión o no de someterse a este tratamiento no debe depender de cuestiones estéticas o caprichos pasajeros, sino de la opinión de un experto, que será quien tenga la última palabra sobre la conveniencia o no de infiltrarse bótox en el masetero.

Cómo actúa la toxina

La función de la toxina botulínica es la impedir la acción muscular y bloquear la transmisión del estímulo nervioso. Ese efecto ‘paralizador’ es lo que ayuda a relajar los músculos de la cara deteriorados por el estrés.

Por eso, el bótox se suele utilizar para aliviar las tensiones musculares involuntarias (como el bruxismo) y sus consecuencias. El objetivo de las microinyecciones es ‘dormir’ el músculo.

“En el caso del bruxismo, aunque la “orden” sigue saliendo del cerebro, el encargado de ejecutarla, la musculatura masticatoria, está bloqueado. Esto frena la hiperactividad muscular y hace que desaparezca el dolor derivado de ella”, explica el doctor Francisco Riba, médico especialista en Cirugía Maxilofacial y Director de Face Clinic.

La TB-A protege las estructuras orofaciales (dientes, músculos mandibulares, articulación témporo-mandibular) del daño inducido por el bruxismo, al tiempo que alivia el dolor y los síntomas relacionados con la excesiva contracción muscular.

El tratamiento consiste en una técnica "rápida e indolora" que "disminuye la hipertrofia del músculo al mismo tiempo que le da una nueva forma, consiguiendo un rostro más alargado y menos anguloso”. La intervención debería repetirse al menos dos veces al año.

No es un tratamiento aislado

No obstante, los expertos matizan que el bótox está especialmente indicado en los casos de bruxismo asociado a ansiedad, niveles elevados de estrés diurno o insomnio psicofisiológico.

“Cuando el bruxismo se asocia al apretamiento dental diurno o a importante contractura e hipertrofia de la musculatura maseterina y temporal podría estar indicada la infiltración con toxina botulínica de tipo A”, explican los doctores José María Torres Hortelano, Antonio Romero García y Sofía Rodríguez en un artículo publicado en la revista del Consejo de Dentistas, quienes también señalan la importancia de que vaya acompañado por una terapia cognitivo-conductual.

Asimismo, “podría estar indicada la farmacoterapia con ansiolíticos (clonazepam o busparina) antidepresivos (amitriptilina) o betabloqueantes (propanolol), siempre durante cortos periodos de tiempo para evitar los efectos secundarios inherentes a dichas medicaciones”, añaden.

Síntomas que pueden ayudarte a descubrir si eres bruxista

Si al despertar te duele la mandíbula, la cara y el cuello y sientes rigidez articular (como le pasaba a Sofía) es muy probable que sufras de bruxismo, pero además tienes que estar atento a estas señales:

  • Desgaste dental por la fricción provocando pérdida la caída de la corona dental.

  • Fracturas dentales o dientes rotos.

  • Recesión de encías y movilidad dental.

  • Sensibilidad dental.

  • Dolor de cabeza.

  • Dolor muscular.

  • Alteración en el patrón de sueño.

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