Tu edad y la de tus dientes

Texto: Juan José Aguilar

p>Algunas personas piensan que con el paso del tiempo, tarde o temprano terminarán perdiendo todos sus dientes. Esto no es el todo cierto, la manera en que funcionan y envejecen nuestros dientes es un tanto distinta al resto de nuestro cuerpo.

Foto: Thinkstockphotos
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¿Por qué envejecemos?

Nuestro cuerpo es un conjunto de células que se replican día con día, como copiar un disco compacto, o sacar una fotocopia. Este proceso de copiado hará que con el paso del tiempo las copias ya no sean las mismas, y que poco a poco se vaya perdiendo la información original.

Los dientes funcionan de manera distinta, ellos no están replicándose constantemente, sólo se forman, y se nutren durante toda la vida, por lo que serán los mismos que aparecieron cuando tenías 6 años, y deberán perdurar el resto de tu vida (con los debidos cuidados).

Los dientes no tienen el problema de la replicación, pero ellos tienen que soportar una vida más difícil; a ellos solo les afecta paso de los agentes irritantes, abrasivos, solventes, kilos y kilos de masticación, fricción, temperatura, etc.

La buena noticia: ellos pueden soportar todo ese tipo de inclemencias, todo el tiempo se están remineralizando, fortaleciendo y adaptando.

Con buenos cuidados, detecciones tempranas, tus dientes pueden ser fácilmente reparados cuando estos ya no pueden hacerlo por sí mismos.

¿Entonces que te hace perder los dientes?

Una de las principales causas de pérdida dental con la edad es la periodontitis.

Es una enfermedad de las encías, causada por acumulo de bacterias que destruyen los tejidos que soportan tus dientes.

Las bacterias se van acumulando y los desechos producidos (ácidos y toxinas) afectan directamente a las encías y el hueso, provocando que se inflamen, retraigan y vayan perdiendo la fuerza para soportar al diente.

Día tras día se pierden miles de dientes sanos, tan solo por el hecho de que la encía ya no los puede albergar.

Algunos de los signos que pueden ayudarte a detectar si padeces esta enfermedad son:

  • Encías enrojecidas o inflamadas que sangran al cepillar los dientes o al usar el hilo dental o sangrado injustificado.

  • Dolor de las encías o sensibilidad dental

  • Mal aliento persistente

  • Dientes permanentes flojos

  • Cambio en la posición de los dientes

  • Encías retraídas

Solución

Mantener tus encías sanas con limpiezas y revisiones periódicas.

El secreto está en la prevención.

Visita a tu odontólogo.