Cuando tu media naranja tiene cuatro patas y pelaje

Elizabeth Robinson con su perro, Watson, en su casa de Brooklyn, el 2 de noviembre de 2023. (Maansi Srivastava/The New York Times)
Elizabeth Robinson con su perro, Watson, en su casa de Brooklyn, el 2 de noviembre de 2023. (Maansi Srivastava/The New York Times)

Alexandra Clayton ha estado soltera durante dos años, y eso le ha dado tiempo suficiente para llegar a una conclusión sobre las citas: en realidad no es lo suyo, al menos por ahora.

“Simplemente no tengo la energía para hacerlo de forma constante”, dijo Clayton, cineasta independiente de 36 años en Los Ángeles. Para lo que sí tiene tiempo es para darle 100 besos diarios a Roo, su “supermestizo” de 8 años y 11 kilogramos. Su agenda diaria también consiste en paseos tranquilos y largas sesiones de abrazos en el sofá con su perro.

Recientemente, Clayton ha pasado poco tiempo en las aplicaciones de citas y, en cambio, se ha instalado con Roo. La angustia por las citas que la consumió durante años está en el pasado, dijo, y su vida nunca se ha sentido más completa. Con Roo a su lado en lugar de un compañero humano, “he madurado a un punto en el que estoy realmente segura y feliz”, dijo.

No todos comprenden su decisión actual de dejar de buscar pareja; algunos familiares han señalado su edad y su deseo de tener hijos. Pero Clayton no es la única. En una encuesta de octubre patrocinada por Rover, una empresa de cuidado de mascotas, casi 250 de cada 1000 dueños de perros y gatos en Estados Unidos dijeron que habían pospuesto intencionalmente las citas o el matrimonio debido a los profundos vínculos que tenían con sus mascotas.

Cuando se trata de elegir un compañero de vida, “tenemos tres sistemas cerebrales muy básicos”, afirmó Helen Fisher, antropóloga e investigadora principal en el Instituto Kinsey. “Estos son el deseo sexual, los sentimientos de amor romántico profundo y los sentimientos de apego profundo”, dijo Fisher. Cuando las mascotas demuestran afecto y las acaricias, dijo, aumenta “tus niveles de oxitocina y sientes una sensación de apego”.

Elizabeth Robinson, de 54 años, nunca ha estado casada y no ha tenido citas en más de 10 años. Y eso le parece bien porque comparte apartamento con su perro rescatado, Watson, y Legs, un gato que heredó cuando murió su vecino. “Sé que es un cliché decir que los perros son mejores que las personas”, pero a veces es cierto, dijo Robinson, entrenadora de perros profesional y consultora de comportamiento canino en Clinton Hill, un vecindario en el distrito de Brooklyn de la ciudad de Nueva York.

Robinson tuvo citas entre los 30 años y principios de los 40, y entabló relaciones románticas con hombres que todavía considera “encantadores”. Pero ya no quiere sumergirse en la cantera cada vez más reducida de hombres disponibles ni siquiera para echar un vistazo superficial, aseguró.

“No siento la necesidad de seguir intentando relación tras relación”, dijo Robinson, con la esperanza de conocer a una pareja humana que pudiera tener más que ofrecer que Watson y Legs.

Los vínculos con otras personas son importantes, dijo, pero los perros hacen que sean fáciles de formar. Robinson ha desarrollado docenas de amistades cercanas a través de las caminatas regulares por el Parque de Fort Greene con Watson y su predecesor, Ed, quien murió el año pasado.

Clayton ha encontrado una red similar en Los Ángeles.

Por ahora, tanto Robinson como Clayton consideran que la falta de intimidad romántica es una transacción que vale la pena.

“Me encantaría volver a encontrar el amor”, dijo Clayton. “Pero siento que pasé mucho tiempo contorsionándome a mí misma y a mi vida por mis relaciones”. Con Roo, su mascota durante los últimos seis años, no hay que hacer lo imposible. “Es un tipo feliz y optimista”, dijo. “Y nunca peleamos”.

Robinson sabe que, incluso sin pareja, está en buena compañía. “Muchas personas en mi círculo no tienen pareja ni son padres”, dijo, y agregó que perderse la experiencia de criar hijos no ha hecho que su vida se sienta insatisfecha o menos dimensional. “A todos nos encantan los niños, pero simplemente no los tenemos”.

A Coppy Holzman, propietario de 68 años de Boris & Horton, una cafetería que admite perros y tiene sucursales en Williamsburg, Brooklyn y el East Village en Manhattan, también le encantan los niños. Tiene tres nietos y tres hijos y administra su negocio junto a su hija, Logan Mikhly. (Los cafés llevan los nombres de sus perros).

Holzman, quien está divorciado, ha experimentado las recompensas de casarse y formar una familia. Pero aun así, entiende por qué algunos dueños de mascotas eligen permanecer solteros, dijo.

“Tras haber estado casado y haber tenido muchas relaciones, puedo decir que Boris es genial”, dijo Holzman, que vive en West Village con su pitbull de 36 kilogramos. “Lo amo hasta la muerte y me siento apoyado emocionalmente por él”.

La compañía de Boris ha llevado a Holzman a volverse más selectivo en lo que respecta a las relaciones humanas. “No quiero decir que no tengo citas en absoluto, pero no busco nada”, dijo. “No estoy saliendo de forma tan activa como lo haría sin él; lo que tenemos parece funcionar”.

Las personas que le dan prioridad a sus mascotas sobre parejas románticas podrían terminar deseando nuevamente la compañía humana, aunque solo sea porque los perros y los gatos viven vidas más cortas que las personas. Con las mascotas, “obtienes algo que te calma y te hace sentir amada y apreciada”, dijo Fisher. Pero al renunciar al romance y la intimidad, “solo estás estimulando uno de esos tres sistemas cerebrales básicos”, dijo. “Los demás evolucionaron para mantenernos viviendo vidas largas y felices. En mi opinión, es más saludable activar también los otros sistemas cerebrales”.

Tom Blake, columnista de consejos sobre relaciones en Dana Point, California, dijo que “la mayoría de las personas que conozco y que están contentas con sus mascotas todavía admiten en secreto que les gustaría una pareja humana”. Blake anima a la gente a satisfacer ese deseo secreto: “Sal y conoce gente. Abraza a tu mascota cuando llegues a casa”.

c.2023 The New York Times Company