TV Retro: Malcolm, una sitcom que rompió las reglas, su conexión con Breaking Bad, y la tragedia de su protagonista

La serie Malcolm estuvo en el aire durante seis años, entre 2000 y 2006
De 10

A comienzos del siglo XXI, una comedia televisiva presentó una fórmula de lo más atípica, no tanto por su premisa, sino más bien por su envase. Malcolm era una sitcom sobre una familia de clase media de los suburbios, pero el desangelado retrato de las agridulces vivencias familiares, derivó en una propuesta que rápidamente conquistó al público.

De La familia Ingalls a Malcolm

Una serie que haga foco en la cotidianeidad de una familia no es nada nuevo. Y si bien a fines de los 90 los edulcorados relatos en la línea de Lazos de familia o Kevin, creciendo con amor le dejaban su espacio a registros vinculados a la sátira, resultaba difícil encontrar una ficción que dijera algo nuevo en lo referido a ese tópico. Sin embargo, Malcolm encontró un terreno virgen: contar eso que ya nos habían contado tantas veces pero de un modo distinto. Aquí el eje está puesto en el protagonista de la historia, un chico de unos doce años, que recibe la noticia de ser dueño de una inteligencia extraordinaria. En contraste, su familia resulta estar muy a tono con eso de ser “promedio”. Su padre no tiene demasiadas aspiraciones, su madre intenta imponer su autoridad, y Malcolm, junto a sus dos hermanos, se dedican a realizar todo tipo de travesuras. El retrato lo completa el hijo mayor de la familia, que debido a sus problemas de conducta, fue enviado a un colegio militar. De esa forma, Malcolm tiene sus pies en dos realidades opuestas; por un lado asiste a regañadientes a una clase llena de nerds súperdotados, mientras que por el otro, disfruta (y padece) esa pesadilla que es su familia.

El niño prodigio (Frankie Muniz) y su familia esperpéntica
El niño prodigio (Frankie Muniz) y su familia esperpéntica


El niño prodigio (Frankie Muniz) y su familia esperpéntica

El proyecto de Malcolm no llamaba demasiado la atención entre los ejecutivos de los grandes canales de TV norteamericanos. Su creador era el guionista Linwood Boomer, un ex niño actor cuyo papel más relevante fue en La familia Ingalls, en donde interpretó a Adam, el marido de Mary. Boomer había realizado algunos guiones para comedias como Night Court o 3rd Rock From the Sun, cuando se propuso escribir un piloto inspirado en su propia familia. Él también tenía una inteligencia superior a la promedio, sus hermanos eran todos varones, y su padre y su madre solían correr detrás de ellos y sus travesuras. Pero los productores que leyeron el libreto consideraron que la propuesta tenía poco potencial. Finalmente, el camino de Malcolm cambió cuando el guion llegó a manos del presidente de Fox, Doug Herzog, que se entusiasmó inmediatamente con esos personajes. Herzog en persona puso en marcha la producción de una serie basada en el guion de Boomer, con la intención de convertir a Malcolm en el nuevo gran éxito de la pantalla chica.

Frankie Muniz y Bryan Cranston: dos destinos que la casualidad unió

Como toda serie que se apoya en la perspectiva de su protagonista, encontrar al actor ideal para encarnarlo es el principal desafío. Con ese objetivo en mente, el equipo de casting comenzó la titánica tarea de entrevistar a niños de nueve años, la edad que Malcolm tenía según el guion de Linwood Boomer. Ninguno de los candidatos, todos desconocidos, terminaba de convencer al equipo, hasta que por error apareció un actor de trece años, llamado Frankie Muniz. Cuando terminó su prueba, Muniz salió desilusionado, le dijo a su madre que no iba a quedar simplemente porque el personaje era mucho menor que él. Sin embargo, pocos días después lo llamaron y le informaron que había sido elegido para interpretar a Malcolm. Emocionado y eufórico, Muniz no pudo más que empezar a saltar de alegría, en la cama de su hotel. Puertas adentro, a Boomer y a los productores les había gustado tanto Muniz que decidieron subirle la edad al protagonista de la historia. Frankie tenía ángel, podía ser tierno sin perder picardía, y el público iba a empatizar fácilmente con él. “Decidimos no dar precisiones con respecto a la edad de Malcom”, comentó el creador de la serie en una nota, y agregó: “Solo lo mostramos yendo a la escuela, sin dar cuenta del grado en el que está. No queremos atarnos a nada. Igualmente los chicos son tan eclécticos, que a veces pueden actuar como alguien de nueve años, y otras como alguien de treinta”. Esa poca precisión, lejos de ser un punto débil, Boomer la convirtió en una virtud, y así navegó a lo largo de la serie, sin confirmar ese y otros datos, como el apellido de la familia central, o el trabajo de Hal, el padre del clan, otro personaje que cayó en las manos idóneas gracias a una casualidad.

Bryan Cranston era conocido por sus trabajos en comedia. Su participación en series como Seinfeld, aunque breves, habían dejado huella. Se sabía que Cranston era uno de esos grandes humoristas que inexplicablemente no había recibido un protagónico a su altura. Pero al momento de armar el elenco de Malcolm, ninguno de los productores había pensado en él como una opción. Mientras Boomer supervisaba la construcción de los escenarios en los que iba a filmarse la serie, algunos de los actores ya elegidos ensayaban una escena. Cranston, que estaba filmando en un set vecino, pasó casualmente por ahí y para divertirse un rato, leyó algunas líneas que le correspondían a Hal. Cuenta la leyenda, que Boomer se tentó de tal manera, que terminó cayéndose de su silla, y en el momento lo comprometió a sumarse a la ficción. En la piel de ese padre de familia, Cranston demostró un talento enorme, y desarrolló a uno de los mejores personajes de su carrera.

En parte, el éxito de Malcolm se debió a la química entre Muniz y Cranston como padre e hijo, que desarrollaron un gran vínculo dentro y fuera de pantalla. En una entrevista, Frankie comentó que Cranston lo llamaba cada dos semanas para saber de él, aún en la época en la que triunfaba con Breaking Bad. Y sobre eso, Muniz confesó: “Él es un Dios en Hollywood, y nunca dejó de cuidarme. Es el mejor tipo que conocí jamás”.

El resto del elenco lo completaban Jane Kaczmarek como Lois, la temperamental madre de los chicos, y Justin Berfield y Erik Per Sullivan como Reese y Dewey respectivamente, los hermanos de Malcolm. Mención aparte merece Christopher Kennedy Masterson como Francis, el hijo mayor de la familia, un rol que estuvo muy cerca de quedar en manos de un desconocido intérprete llamado Aaron Paul. Varios años después, Paul tuvo revancha y trabajó junto a Cranston en Breaking Bad (en varias notas, Aaron dijo que de haber interpretado a Francis nunca le hubieran dado el rol de Jesse Pinkman, por lo que agradeció no quedar elegido en Malcolm).

El estilo Malcolm

Doug Herzog, presidente de Fox, tenía tanta fe en su nuevo show, que destinó una suma millonaria para promocionar el estreno del primer episodio. Y con el objetivo de destacarlo en la grilla, le dio un día y horario inmejorable: la noche de domingo, luego de Los Simpsons y antes de Los expedientes X. Gracias a esa estrategia, el piloto de Malcolm, emitido el 9 de enero de 2000, fue visto en 23 millones de hogares de Estados Unidos, un número notable para una comedia debutante, y el primer logro de un éxito que se prolongó durante años.

Malcolm era una sitcom de personalidad propia, que no temía renunciar a las estructuras típicas de las comedias televisivas. Algunos rasgos que la distinguían del resto, era la ausencia de risas grabadas, y el dinamismo de las cámaras, que no tenían la estaticidad habitual de las sitcoms. Otra característica poco habitual de este título era que su protagonista rompía la cuarta pared. En las ficciones, sobre todo en esa época, no era común que los personajes se dirijan al público, pero acá ese recurso tenía un gran valor, y Frankie Muniz sabía explotar ese teléfono directo que tenía con los espectadores.

Las primeras cuatro temporadas de Malcolm son imbatibles. La paleta de historias extravagantes derivan en pasos de comedia absurdos que no dejan de tener un pie puesto en esa dinámica familiar con la que es tan fácil empatizar. Los problemas de los adultos, las travesuras de los chicos, el crecimiento hacia la preadolescencia y ese agridulce retrato familiar son las herramientas con las que Boomer y su equipo construyeron uno de los primeros éxitos de la televisión siglo XXI. Pero la fórmula no era eterna, y con el inicio de su quinto año, el rating de Malcolm empezó a decaer. Fox empezó a darle un mayor protagonismo a su grilla de series animadas para el público adulto, y modfició el prime time del domingo por la noche, dejando a Los Simpsons, junto a Los reyes de la colina, Padre de familia y American Dad. Por ese motivo, cambia a Malcolm de día y horario, una decisión que resintió el rating, y que derivó en su cancelación en mayo de 2006.

A pesar de un final apagado que no estuvo a la altura de su mejor momento, el paso de los años mantuvo a Malcolm como una serie muy querida por el público. Y para los miembros del elenco haber formado parte de ese show, es motivo de orgullo. En ese sentido, Bryan Cranston es el que más celebra el legado de Malcolm, al punto que se animó a protagonizar un divertido sketch en el que cruzó a Hal con Walter White, otro de sus personajes más emblemáticos.

El drama de Frankie Muniz

Frankie Muniz. La insólita huida de la estrella infantil que abandonó la fama, perdió la memoria y acabó vendiendo aceite
Shutterstock


Frankie Muniz (Shutterstock/)

Hace algún tiempo, los fans de Malcolm se entristecieron frente a una confesión de Muniz, sobre un problema de salud que afectaba su memoria. Según contó el actor, a partir de 2012 comenzó a sufrir de un cuadro llamado auras migrañosas, que muchos asociaron a pequeños accidentes cerebrovasculares. Luego de confesar que no recordaba mucho de lo sucedido durante los años en los que filmó Malcolm, los medios aseguraron que Muniz padecía una suerte de amnesia como producto de su cuadro neurológico. Pero recientemente, el actor negó que eso fuera así, y que en muchos casos no recuerda lo que sucedió, porque la época de Malcolm fue muy exigida, y le sucedieron muchas cosas en poco tiempo.

Aunque Muniz insiste en que su cuadro no es tan grave como lo retratan, es innegable que su salud preocupa a sus fans, y eso es porque el cariño de su público no se esfumó. Su personaje acompañó el crecimiento de millones de chicos en el mundo, y para muchos, Malcolm fue un amigo más durante varios años, un vínculo que aún perdura, y que invita a ver una vez más los episodios de esta gran sitcom.

  • Malcolm está disponible en Disney+