Un cerebro digital para el planeta hot

NASA

Todo indica que no faltan muchos años para que el hombre ponga el pie sobre la superficie marciana. Para esto ya hay proyectos oficiales (la NASA, por ejemplo, los tiene) y privados (en estos ya se puso fecha: en algún momento de la próxima década). Pero el Planeta Rojo es hasta cierto punto más amigable para los humanos si lo comparamos con el astro que en la Antigüedad se asociaba con el amor. Hablamos de Venus, que en realidad se parece más al infierno descripto por Dante.

Aunque Venus es el planeta que puede llegar a estar más cerca de la Tierra y tiene algunos parámetros (como su tamaño y el valor de la gravedad) que se asemejan a los de nuestro planeta, esto no lo hace para nada habitable. Envuelto permanentemente en una atmósfera tóxica compuesta de dióxido de carbono y nitrógeno, a una presión 90 veces superior a la terrestre y una temperatura capaz de derretir el plomo al instante (462° C), es capaz de destruir rápidamente cualquier dispositivo que la raza humana pudiera construir. La nave que más tiempo logró permanecer activa en su suelo fue la soviética Venera 13, que en 1982 trasmitió información de cómo es la superficie venusina durante un poco más de dos horas.

Por lo que se publica en un trabajo del American Institute of Physics (http://bit.ly/2lPVrHY), reproducido en el sitio de tecnología Arstechnica (http://bit.ly/2kHte6T), se acaba de lograr que las interconexiones entre circuitos integrados soporten durante 21,7 días un clima similar al de Venus, antes de que los científicos del Glenn Research Centre de la NASA decidieran desactivarlos. Por supuesto, si a esto se sumara un sistema combinado de enfriamiento y de aislamiento de la alta presión, la vida útil se podría incrementar.

Nadie todavía habla de misiones tripuladas al planeta del amor. Para que esto suceda, posiblemente falten muchas décadas.

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