Un ingeniero británico se opera a sí mismo por miedo a morir de tanto esperar ‘turno’

Incapaz de soportar los dolores provocados por una infección inventó el instrumental necesario y retiró los restos de nailon de una operación anterior

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Este ingeniero británico agarró al toro por los cuernos y se realizó una auto-cirugía que le salvó la vida. (Foto: Getty Images)

Esta es una historia real de un hombre ‘enfermo’ cansado de esperar, de esas que superan la ficción por lo brutal e impactante que resulta. Cuando le operaron todo pareció ir bien y nadie sospechó que se hubiera producido una negligencia médica.

Pero en 2011, Graham Smith acudió de nuevo al Hospital Aintree (Liverpool), donde había sido sometido a la intervención original, porque notaba unos bultos bajo la piel.

Fue entonces cuando los médicos se dieron cuenta de que algo no iba bien. Los cirujanos se habían dejado dentro unos cuantos puntos de sutura, doce en concreto, que le estaba complicando mucho la existencia.

Sin embargo, en la vida no todo es llegar y besar el santo. Ya se sabe que las cosas de palacio van despacio, y todo tiene que seguir su curso. A Graham le tocó esperar, y esperar, y esperar.

Intentó armarse de paciencia y seguir el procedimiento habitual, pero aunque el hospital asegura que ya tenía fijada una cita para la intervención, Graham lo niega alegando que no podía soporta más la espera.

Al dolor, “insoportable”, se sumó una nueva complicación (muy grave), la septicemia. Una infección que, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS,) se produce cuando el sistema inmunológico, o la forma en la que el cuerpo responde ante los organismos infecciosos, se sobrecarga.

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Además de la destreza y los conocimientos, gran parte del éxito de una operación depende de los medios y el material utilizado. (Foto: iStock)

Ante la gravedad de la situación, Graham se vio forzado a tomar una decisión poco convencional y nada recomendable, “porque no estaba dispuesto a seguir en la lista de espera y morir", cuenta a la BBC.

Asegura que no tomó la decisión a la ligera: “estaba desesperado y tenía que tomar el control de la situación porque no estaba preparado para morir".

“Soy ingeniero y hago cosas que otras personas no pueden”, añade. Así que, valiéndose de sus conocimientos, adaptó los instrumentos de titanio que le proporcionó un amigo dentista y procedió a operarse.

La sangre y el dolor no le hicieron desistir ya que “tenía confianza en lo que estaba haciendo”, cuenta Graham.

“Al abrir me di cuenta de que tenía dentro un pequeño trozo de nailon que me sobresalía del abdomen. Media sólo 8 centímetros e incluía 12 nudos realmente apretados”, explica.

Su ingenio y determinación los que le permitieron fabricarse sus propios utensilios quirúrgicos. (Foto: BBC)

“No podía cortarlo directamente, porque se habría retraído y me habría metido en un problema muy serio, admite. Así que tuve que deshacer los nudos uno por uno, y eso no lo podría haber hecho sin unos instrumentos a medida”, cuenta el ingeniero.

Al echar la vista atrás, Graham reconoce que lo que hizo fue una temeridad pero aún así está satisfecho con su actuación: “Soy un hombre nuevo. Durante 15 años, tuve que caminar encorvado e inclinado hacia la izquierda”.

Por su parte, el colegio oficial de cirujanos del Reino Unido se ha mostrado radicalmente opuesto a este tipo de prácticas y ha pedido encarecidamente a los ciudadanos que no tomen decisiones drásticas ni lleven a cabo iniciativas similares porque las consecuencias pueden ser mucho más graves que el problema inicial.

“Si intentas realizarte operarte a ti mismo, hay muchas posibilidades de que el procedimiento sea erróneo y acabe dañando alguna otra parte de cuerpo. También existe la posibilidad de contraer una infección”.

Parece que el protagonista de esta rocambolesca historia sí que está de acuerdo en esto, así que como él mismo advirtió: “No intentes hacer esto en casa”.

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