Así fue la unión espiritual de Carlos Adyan y Carlos Quintanilla
Rodeados de más de 400 invitados, el presentador de En casa con Telemundo unió su alma a la del empresario de televisión Carlos Quintanilla, ¡fotos y detalles exclusivos!
Más de cincuenta viajes de trabajo, inauguraciones y alfombras rojas conspiraron para que Carlos Quintanilla no tuviera más remedio que escribir los votos de amor y lealtad a su esposo Carlos Adyan en el agitado vuelo a su boda en México.
“Estuvimos llore y llore con las azafatas que no entendían qué pasaba. Pensaban que tenía miedo de volar porque había una turbulencia terrible”, cuenta el vicepresidente de contenido original de Sony Pictures Television para Latinoamérica. “Mis votos fueron los que me mantuvieron vivo en la turbulencia”.
Eso y el amor que une a la pareja desde hace cuatro años. “Carlos y yo tenemos personalidades fuertes y somos exitosos de manera independiente, eso es: ‘Vamos a dejar el ego a un lado, vamos a entender que queremos que la relación fluya'”, confiesa Adyan. “Eso es lo que hemos ido trabajando y lo que ha dado éxito en la relación”.
Tanto, que después de celebrar una boda civil en la casa de María Celeste Arrarás en octubre en Miami, la pareja decidió hacer una boda espiritual en el pueblo mágico mexicano de San Miguel de Allende rodeada de 400 invitados. “Esto era lo que ambos queríamos”, explica el presentador de En casa con Telemundo. “Cuando uno se casa a nivel civil es una firma, pero la espiritualidad para nosotros es sumamente importante y además celebrar con la gente que queríamos”.
Lele Pons, Bárbara de Regil, Zuria Vega, Marimar Vega, Nacho Lozano y Jimena Gállego, entre otros; fueron testigos del momento este sábado en el que Adyan y Quintanilla anudaron sus dedos meñiques con una fibra para declararse almas gemelas. “Hicimos una ceremonia espiritual del hilo rojo que es una tradición japonesa”, dice el presentador puertorriqueño. “En esta boda quisimos que el enfoque [fuera que] la gente disfrute y goce más allá de las celebridades”.
Momentos emotivos y llenos de luz y el baile de los novios fueron el punto culminante de la noche. “[Para nuestro baile] fusionamos tres canciones que nos encantan, la de Luis Fonsi con Juan Luis Guerra “Llegaste tú”; y dos de Fonseca “Caminar de tu mano”, y “Sueños”, fue un remix”, dice Adyan. “Fue un proceso divertidísimo, Carlos y yo nos conocimos más”.
De hecho, ese mix de personalidad y culturas fue la sazón de la celebración. “Defendí mi creme brulee de mamey [fuera el postre] como nadie, defendí que fuera en San Miguel, la banda de la callejoneada, con Banda Sinaloense”, cuenta el ejecutivo mexicano.
“Carlos quería que hubiera banda, yo DJ, así que hicimos las dos”. A lo que agrega: “Ha sido descubrir a mi marido todos los días. Carlos es mi gran maestro todos los días y aunque él no lo diga, yo también”.
De ese amor inquebrantable y cada detalle de esta unión espiritual, los Carlos hablaron en exclusiva. ¡Vivan los novios!
¿Estuvieron nerviosos antes de la boda?
Carlos Adyan: Estábamos nerviosos, pero confiados. Cuando uno prepara una boda como esta, que tiene tantos detalles uno pone el corazón. Trabajamos muchísimo para que nuestros invitados se sientan felices. Esto era lo que ambos queríamos. Disfrutamos la boda de principio a fin.
Carlos Quintanilla: Lo disfrutamos; sabíamos que esto se iba a pasar rápido. Desde que puse un pie en San Miguel traté que los nervios no me ganaran, que la ansiedad no me hiciera comerme todo lo que veía (risas), traté de disfrutar. Estábamos listos para disfrutar y compartir con nuestros seres queridos.
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Sé que no se habían visto mucho por trabajo, ¿cómo manejaron la distancia para organizar la boda?
CQ: Somos dos hombres que trabajamos mucho para organizar la boda y eso es algo que admiro de Carlos, él todo lo hace con pasión; a mí me enamora todo lo que hace y entendemos muy bien que nosotros tenemos que hacer eso.
El año pasado, a él le tocó mucho viajar y ahora fue mi venganza (risas), ahora yo estoy viajando mucho. Él no puede salir de Miami porque tiene shows a todas horas, entonces estuvimos en eso. Ahora él estuvo apoyándome con mis viajes. Literal, encontramos el espacio para poder casarnos.
Tuvimos que hacer un sudoku para hacer el espacio para casaros y ahora estamos encontrando el mejor espacio para nuestra luna de miel. Nos hemos tenido que dividir estratégicamente, no es fácil, pero somos un gran equipo y nos entendemos muy bien, nos divertimos mucho con los chistes del universo y vamos caminando juntos y con todo lo que implica, no estar tan cerca, pero cuando estamos la pasamos muy bien.
CA: Hay tiempo para todo, hasta para cuidarte físicamente.
CQ: Para mí es importante lo que Carlos desee. Mi política a veces a regañadientes (risas) es lo que Carlos quiere. Yo decidí algunas cosas, pero tomó trabajo tomar el ‘yes’. Yo decidí cuatro cosas importantes: defendí mi creme brulee de mamey como nadie, defendí que fuera en San Miguel, que fuera en México, la banda de la callejoneada, con Banda Sinaloense, Carlos quería que hubiera banda, yo DJ, así que hicimos las dos.
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Su boda fue espiritual…
CA: La boda en casa de María Celeste fue una boda para 35 personas, fue una boda nítida. Siempre tuvimos en cuenta que queríamos hacer nuestro bodorrio y unir los dos mundos. Hicimos una ceremonia espiritual, que es una ceremonia del hilo rojo, que es una tradición japonesa e incluímos la ceremonia de la luz, que es con nuestras madres.
Cuando uno se casa a nivel civil es una firma, pero la espiritualidad para nosotros es sumamente importante y además celebrar con la gente que queríamos. La boda civil se planeó en dos semanas, ahora sí queríamos nuestra fiesta. Trabajamos fuerte y nos la merecemos.
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400 invitados, ¿quiénes los acompañaron en su gran noche?
CA: Básicamente, por parte de Carlos serán los mismos padrinos: Claudia Álvarez y Billy Rovzar. En mi caso, son los dueños del rancho en donde nos vamos a casar, Mariana Gutiérrez y su esposo.
Siempre nos han apoyado en nuestra relación, me parece importante destacar eso, son grandes amigos, un ejemplo a seguir como pareja. Desde un principio queríamos gente que vibre la misma sintonía que nosotros.
En esta boda queremos que el enfoque la gente disfrute y goce más allá de las celebridades, viene Lele Pons, Bárbara de Regil, Zuria Vega, Marimar Vega, Nacho Lozano, Jimena Gállego, mis compañeros de En casa con Telemundo, que están más emocionados que yo. Vino Lenier, que hace un baile para las madres.
Qué tal el menú…
Hubo margaritas representando a México y piña colada, que fue inventada en Puerto Rico. Incluímos las culturas a través de la comida, también en los canapé hubo empanadillas, piononos, sancocho también, esquites mexicanos y tacos de canasta.
El vestuario, sus trajes, tardaron más 200 horas en hacerlos.
CA: El diseñador es un tipazo, es un chico muy talentoso. De los trajes, el de Carlos y el mío son alineados con el mismo concepto. Eso fue algo que nos gustó que pudimos tener ambos nuestro estilo y nuestra esencia.
La promesa de amor…
CA: Hicimos nuestro esfuerzo. Hemos estado corriendo, Carlos en el avión escribió sus votos…
CQ: Estuvimos llore y llore con las azafatas, que no entendían qué pasaba. Pensaban que tenía miedo de volar porque había una turbulencia terrible para llegar aquí. Mis votos fueron los que me mantuvieron vivo en la turbulencia.
CA: Ambos nos guiamos por cómo ha crecido los Carlos en la relación, qué ha sido lo más bonito, y qué queremos construir juntos. Son votos hechos de nuestro corazón y queremos que cada palabra que contengan se mantengan por siempre.
La fiesta
Hay una coreógrafa puertorriqueña que se llama Gisela, nos hizo el trío perfecto. Fusionamos tres canciones que nos encantan: la de Luis Fonsi con Juan Luis Guerra “Llegaste tú”; y dos de Fonseca, “Caminar de tu mano”, y “Sueños”. Fue un remix de tres canciones increíbles. Ensayamos por tres meses. Fue un proceso divertidísimo, Carlos y yo nos conocimos más.
CQ: Nos seguimos conociendo todos los días.
¿Qué han aprendido el uno del otro?
CQ: Carlos y yo descubrimos que tenemos carácter idéntico, personalidad muy distinta. Tenemos una esencia que es muy nuestra y donde estamos absolutamente alineados, pero nuestra realidad hacia afuera lo resolvemos distinto. Ha sido descubrir a mi marido todos los días.
Algo que le agradezco es que los dos somos muy líderes, 'mandoncitos', y con Carlos he aprendido a relajarme, es mi gran maestro todos los días y aunque él no lo diga, yo también.
Somos un espejito que de pronto vamos aprendiendo cosas juntos. El amor de Disney no existe como tal. El amor de generar una complicidad, el respeto por el otro y caminar realmente de la mano y juntos, eso es lo cotidiano y con Carlos cada vez me fascina más porque estamos trabajando para ser mejores seres humanos juntos y eso me enamora todos los días.
CA: Carlos y yo tenemos personalidades fuertes y somos exitosos de manera independiente, eso es de vamos a dejar el ego aun lado, vamos a entender que queremos que la relación fluya y no vamos a permitir que el ego sea parte de nuestra relación y eso es lo que hemos ido trabajando y lo que ha dado éxito en la relación. Y de respetar el espacio.