Vacaciones de invierno. Disney on Ice es la oportunidad para revivir las películas favoritas y admirar la destreza de los trompos a ras del hielo

Elsa, de Frozen, sacando lustre al hielo, en Disney on ice
Elsa, de Frozen, sacando lustre al hielo, en Disney on ice

Descubriendo aventuras. Sala: Luna Park. Directora y coreógrafa: Jacqueline Soames. Patinadores principales: Shanda Dewitt, Piamaria Martikainen, Sarah Santee, Sergei Muhhin. Funciones: todos los días hasta el 31 de julio. Duración: 100 minutos.

Disney on Ice es un clásico de la temporada invernal porteña. Las historias llevadas a la pista de hielo en Descubriendo Aventuras, el espectáculo que retoma la tradición tras la pausa pandémica, fueron tematizadas ya en ediciones anteriores, en particular en el show que nos visitó en la última temporada prepandemia.

Ahora encuentran, sin embargo, un desarrollo más extenso, no siempre favorable a su contundencia visual, al tener que sobrepasar puentes narrativos de la voz en off. Son, en tanto, siempre las canciones, tan distintivas de la cultura Disney, las que impulsan la coreografía sobre hielo a cobrar un vuelo mayor.

Es así que se luce la explosión de energía de Gastón en La Bella y la Bestia, con sus saltos espectaculares que exponen su prepotencia de galán supuestamente irresistible, rodeado por el entorno coral de quienes lo festejan. O en la apertura del show, al son de “Bajo el mar“, el despliegue colorido de La Sirenita en la representación de los desplazamientos acuáticos, emparentados en su fluidez con la de los artistas sobre patines en el hielo.

El segmento de Rapunzel, en Disney on ice
El segmento de Rapunzel, en Disney on ice

Y sobre el final, brilla el dúo contrastante de Elsa y Anna, las hermanas protagonistas de Frozen, la primera, gélida y con vuelo cristalino, la otra terrenal y emotiva, en un contrapunto de personajes por momentos con entidad casi teatral, con su culminación en el solo de “Libre soy“.

Disney on Ice es siempre una oportunidad para revivir con los chicos los personajes de las películas favoritas, para admirar la elegancia del patinaje hielo y la destreza de los trompos a ras del hielo o bien en el aire. Esta vez, la selección abarca filmes que tienen ya su recorrido en el imaginario de grandes y chicos: desde La Sirenita, de 1989, y La Bella y la Bestia (1981), hasta Frozen (2013) y Moana (2016).

Pasa por tanto en buena medida por el grado de afinidad con el mundo Disney el atractivo para revisitarlo en esta versión que, con todo el profesionalismo impecable del elenco de patinadores, pero algún efecto de déjà-vu.