Valeria Lynch: entre infidelidades, dos amores sin final feliz y un presente dichoso
Valeria Lynch piensa que el mejor estado es el de estar enamorada y su vida es un reflejo de eso. Hoy su amor es el músico Mariano Martínez, de Ataque 77. Se conocieron en 2017 cuando ella trabajaba en su disco Extraña dama del rock. Empezaron a trabajar juntos y tuvieron buen timing laboral, pero Lynch dijo en PH Podemos hablar: “Él no me gustó de entrada. No lo registré. Mariano estaba sentado en un sillón en el estudio de Álvaro Villagra y yo quería grabar “Arrancacorazones”, que era un tema de Ataque. Conocía la banda pero a él, particularmente, no. Estaba ahí sentado y empezó a opinar y opinar de lo que yo hacía. Entonces Álvaro le dijo: ‘sos el productor, ya está’. Así fue. Trabajamos muy bien en ese disco y en otros también. Empezó a gustarme. Yo pensaba: ‘no puede ser, es más chico que yo’. Hasta que un día me dijo: ‘te llevo a tu casa’ y yo pensé ‘apa’. Yo estaba casada, eh... Me llevó a mi casa, punto, adiós, se fue”.
En ese momento, Valeria estaba en pareja con Cau Bornes y Martínez también estaba comprometido. Apenas eran buenos compañeros de trabajo que se entendían bien, pero el tiempo pasó, ella se separó y él también. En 2019, el músico blanqueó sus sentimientos. “Me dijo: ‘mirá, me está pasando esto desde hace un tiempo’. Le dije que a mí también, pero lo primero que hice fue tirarme tierra: ‘viste que soy más grande que vos’ (ella le lleva 19 años). Me propuso: ‘probemos a ver qué pasa’. Pensé que estaba bien porque yo no me lo quería perder y él tampoco . Así empezó todo. Él me hizo notar que la edad es un hecho cronológico y no tiene nada que ver. La edad la lleva uno en la cabeza”.
Desde entonces, Lynch y Martínez trabajan juntos y conviven . La pandemia los empujó a probar y la cosa funcionó muy bien. “El complemento de la admiración está bueno. Está buenísimo que haya alguien al lado tuyo que sea talentoso y aporte en lo artístico de la misma manera que vos. Nos llevamos muy bien. Me gusta su rebeldía y autenticidad. Me gusta mucho que tenga sus convicciones y las pelee a muerte. Eso es una enseñanza y está buenísimo porque me obliga a tener la rebeldía de hace muchos años y me conecta con algo más auténtico”, contó la cantante hace un tiempo en el ciclo de Telefe.
Sin final feliz
En 2019, Lynch se separó del cantante brasileño Cau Bornes después de 13 años de amor. Aunque ya no tenían buena relación y la decisión estaba tomada, compartieron durante algún tiempo la casa de la cantante en el barrio Santa Rita. “La decisión fue de común acuerdo. Dentro de todo estoy tranquila”, decía ella al principio. Pero las cosas cambiaron y terminaron en juicio porque Bornes no quería abandonar la casa y cuando lo hizo le exigía una compensación económica, responsabilizándola de haberse alejado de su propia carrera musical para acompañarla.
En ese momento, Bornes pidió que la cantante le pague de forma mensual una suma de 80 mil pesos y además, solicitó que se le restituya la obra social de SADAIC. Adujo problemas económicos y gastos personales que no podía afrontar. La Justicia falló a favor de la famosa artista. En una entrevista, Lynch dijo sobre su separación: “Cuando hay un conflicto de esta naturaleza, hay que tener dignidad. Cuando una de las personas no tiene dignidad, todo se embarra. Yo venía sospechando desde hace bastante de cosas turbias o feas, pero eran sospechas nada más. Cuando te separás, terminás conociendo a la persona realmente”.
Tais, la hija de Bornes y la folclorista Tamara Castro, fallecida en un trágico accidente, eligió quedarse a vivir con Valeria, a quien amaba como a una madre. Todo estuvo bien durante unos años, pero la cantante se sintió traicionada por la chica en pleno juicio de divorcio con Bornes y le pidió que se mudara. Supuestamente, la joven le habría reenviado audios de Lynch a su padre en los que ella hablaba mal de su relación, con el propósito de que el cantante los usara en su defensa durante el conflicto legal.
Lynch y Bornes se conocieron en 2006 cuando ella compartía escenario con Raúl Lavié, en Víctor Victoria. Lavié fue el celestino de este romance y el flechazo fue inmediato. “Es una persona maravillosa, con un corazón único. Me encanta su espontaneidad, es divertido y seductor”, contaba, por entonces, ella. Al poco tiempo se fueron a vivir juntos. Se casaron dos años después en la Iglesia de Santa Teresita del Niño Jesús, en Villa Urquiza, y todo fue felicidad durante muchos años.
Un amor que dio que hablar
Miguel Habud y Lynch se conocieron haciendo El beso de la mujer araña, en teatro. Ella estaba recién separada de Héctor Caballero y él estaba soltero. Sin embargo, la pareja fue criticada porque ella le llevaba 13 años. A ellos no les importó lo que se decía y enseguida probaron la convivencia. Corría el año 1995. Todo fue felicidad hasta que empezaron las primeras crisis y diferencias y en 2003 se separaron con un juicio de división de bienes de por medio. Lo ganó el actor. “Recuperé mi dinero de la casa que ella no me quería dar. No reclamé bienes gananciales porque nunca nos casamos, pero compramos una casa juntos, pidiendo un crédito en el Banco Galicia y fuimos pagando en cuotas. Nos separamos antes de terminar de pagarla y yo reclamé mi parte, que cobré recién en 2012. Me fui a un departamento de San Isidro a vivir solo y me llevé mis cosas”, contaba hace unos años Habud, en entrevistas televisivas.
Lynch también se refirió a esta pareja: “ Estuve siete años con él. Cinco normales y dos de terror. Tuvo sus buenos momentos. Lo conocí cuando yo todavía estaba con Héctor (Cavallero), pero esa relación ya venía muy mal, se venía la separación. Fue como un reemplazo, y eso no se hace porque generalmente no sale bien. Hay que tomarse un tiempo para pensar, ver qué quiere uno. Y eso no me sucedió en ese momento. Fue denso lo que pasó después. Me di cuenta de que iba todo mal cuando descubrí las infidelidades . En un momento, él me dijo que se iba de casa, de mi casa, de la que yo compré. Después la Justicia falló que yo tenía que darle el 14% del valor de la vivienda. Él quería el 50%”, contó en el programa Secretos verdaderos (América).
Y sumó: “Yo vi sus infidelidades. Ahí me di cuenta de que se había terminado todo, que la relación era un fracaso. Cuando pasa algo así, no hay forma de recomponer. Las infidelidades para mí son producto del desamor. Si vos estás bien con tu pareja, no tenés ganas de ser infiel y que te descubran. No hubo tiempo ni de charlarlo. Él un día me dijo: ‘no te quiero más, me quiero ir’. Yo me quedé dura y le dije: ‘bueno, ok’. Y se fue... Me hizo un favor yéndose”.
Habud, por su parte, siempre negó las infidelidades.
El padre de sus hijos
El productor Héctor Cavallero y Lynch se conocieron cuando él estaba todavía en pareja con Pata Villanueva. Por ese entonces, la cantante ya era una artista consagrada. Hace algunos años, Villanueva contó en el programa Incorrectas: “Cuando él la vio dijo ‘cómo canta’ y yo dije ‘para mí, grita’. A él le encantó y en ese momento, yo lo sentí. Y de ahí pasaron unos meses, yo estaba embarazada de Agostina, todo bien, pero veía que había cosas, miradas. Un día no sé por qué me desperté y le dije: ‘No me dejes por Valeria’. Él me dijo: ‘¿de qué me estás hablando?’. Tuve el bebé, todo bien y un día fui a la oficina a visitarlo y él no estaba. Empecé a revisar y vi en un cajón un cuadrito con un corazón. Héctor se hizo el tonto, pero la llamé a Valeria, le dije que él me había contado todo y confesó que estaban juntos desde hacía cinco meses , que se encontraban en la oficina porque él era el representante”.
Lynch y Caballero estuvieron juntos desde 1976 a 1995 y tuvieron dos hijos: Federico y Santiago. Hoy tienen una buena relación y disfrutan de sus nietos.