Los vampiros se distancian socialmente cuando caen enfermos
Una expresión que ha entrado recientemente en nuestro vocabulario es la “distanciamiento social”, la idea de mantener una lejanía suficiente con otras personas para evitar contagio. Pues bien, resulta que somos unos novatos en esto, porque de manera natural los murciélagos ya lo hacen cuando están enfermos.
En concreto, el estudio que demuestra este comportamiento se centra en vampiros (Desmodus rotundus). Que tiene todo el sentido ya que estos murciélagos mantienen relaciones sociales y familiares muy estrechas, y sus comportamientos son muy reconocibles y medibles.
Pues bien, lo que han podido detectar los investigadores es que, cuando los vampiros se sienten – o se saben – enfermos, cambian su comportamiento y pasan a mantener mayor distanciamiento social, que no físico.
En sus relaciones sociales, los vampiros dedican bastante tiempo al acicalamiento. Un individuo limpia a otro, de manera rutinaria, y de esta manera establecen un vínculo entre ambos. Salvo que un vampiro esté enfermo.
Cuando esto pasa, el vampiro enfermo dedica mucho más tiempo a acicalarse a sí mismo, y procura evitar tanto acicalar a otros vampiros como a ser acicalado. De esta manera evitan, o al menos minimizan, la posible transmisión de la enfermedad.
Pero no pierden el contacto íntimo con sus familias. Porque en los vampiros se dan cuidados parentales, como por ejemplo alimentar a las crías, y estos actos se siguen dando durante la enfermedad.
Es decir, que los vampiros no pasan a aislarse completamente, a mantenerse “en cuarentena estricta”. Aumentan su distanciamiento social para evitar contagios, pero siguen llevando a cabo los comportamientos que son necesarios para la supervivencia de otros individuos.
Y cuando se recuperan, también recuperan sus comportamientos anteriores. Lo que puede resultar, en cierta manera, esperanzador.