Si vas a beber alcohol en estas fiestas, mira qué le puede pasar a tu ciclo menstrual

Una copa de vino en Nochebuena, un cóctel en la cena de empresa o un brindis en Nochevieja. Las fiestas navideñas casi siempre se celebran con alcohol. De hecho, es una costumbre tan arraigada en la sociedad que la mayoría no concebimos el menú de Navidad o de fin de año sin pensar en qué vino vamos a comprar o qué cava enfriaremos en la nevera. Sin embargo, lo que muchas mujeres desconocen son los posibles daños para el organismo. No solo nuestro hígado se resiente. También el aparato reproductor. De hecho, ya son muchos los expertos que abogan por reducir al máximo o, incluso, no beber nada de alcohol. Y es que dejarlo tiene muchos beneficios.

Tal como afirma Irene Aterido, sexóloga y experta en ciclo menstrual y colaboradora de INTIMINA, “te sorprenderían todos los cambios que puedes experimentar si dejas de beber durante las fiestas de Navidad". Todos los efectos nocivos de su consumo a corto plazo deberían disminuir y "podrías empezar a ver cambios en la piel, en la duración del ciclo menstrual, en lo bien que duermes y en tu vida sexual”, señala. Pero, ¿cuáles son estos efectos dañinos? Te los contamos.

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¿Por qué el alcohol altera el ciclo menstrual de la mujer?

Debido a su constitución y fisiología, las mujeres experimentan los efectos negativos del alcohol con una menor cantidad que los hombres, ya que ellos poseen más enzimas que descomponen el alcohol que las mujeres. Además, las hormonas desempeñan un papel fundamental en el metabolismo, y el alcohol puede provocar cambios en sus niveles y equilibrio, lo que podría resultar en alteraciones en el estado de ánimo, la piel o el ciclo menstrual.

Varios estudios han revelado que el consumo de alcohol incrementa los niveles de estrógeno y testosterona, mientras que disminuye los de progesterona. Por lo tanto, existe una mayor probabilidad de que el ciclo menstrual sea irregular o incluso que se produzca un ciclo anovulatorio (sin ovulación), lo que puede llevar a la infertilidad. Además, a largo plazo, niveles elevados de estrógeno pueden aumentar el riesgo de padecer cáncer de mama.

La hormona del estrés, cortisol, también puede verse afectada por el alcohol. En concentraciones menores, puede mejorar el estado de alerta, pero cuando se libera de manera habitual, puede conducir al entumecimiento y disfunción del sistema inmunológico. Además, el consumo crónico de alcohol puede provocar mayor inflamación, menor densidad ósea (osteoporosis) y resistencia a la insulina.

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¿Cuáles son los efectos del consumo excesivo de alcohol?

Al consumir grandes cantidades de alcohol de manera constante, el cuerpo experimenta ciertos cambios que tienen consecuencias negativas tanto a corto como a largo plazo.

A corto plazo:

  • Alteraciones en el ciclo menstrual: como se mencionó anteriormente, el consumo de alcohol puede provocar cambios en el ciclo menstrual, como retrasos y cólicos debido a la formación de prostaglandinas, que contraen los músculos del útero. Para aquellas que intentan concebir, el desequilibrio hormonal causado por el alcohol puede dificultar la concepción.

  • Cambios en la vida sexual: el alcohol reduce el flujo sanguíneo vaginal, lo que puede retrasar el orgasmo y disminuir la intensidad del placer sexual. También inhibe las respuestas del sistema nervioso y dificulta alcanzar el orgasmo. Aunque pueda parecer que desinhibe, puede llevar a tomar decisiones equivocadas en cuanto a las relaciones sexuales, como no utilizar protección y experimentar arrepentimientos.

  • Problemas para dormir: el alcohol actúa como sedante y facilita conciliar el sueño, pero altera el ciclo del sueño al acortar las fases REM. La privación de sueño REM puede causar cambios de humor, ansiedad, irritabilidad y, en casos graves, alucinaciones.

A largo plazo:

  • Daño hepático: el consumo constante de alcohol puede dar lugar a la formación de pequeñas lesiones y depósitos de tejido graso en el hígado, llegando eventualmente a provocar cirrosis.

  • Problemas en la inmunidad: el alcohol puede causar inmunosupresión, lo que dificulta la capacidad del cuerpo para combatir enfermedades.

  • Colesterol: el alcohol puede aumentar la formación de colesterol LDL, conocido como colesterol malo, que puede formar placas en los vasos sanguíneos, interrumpiendo el flujo sanguíneo hacia el cerebro y el corazón.

  • Problemas en los huesos: como se mencionó anteriormente, el abuso prolongado de alcohol puede conducir a la osteoporosis.

Por tanto, ya ves los daños que puede provocar el consumo de alcohol en tu organismo. Merece la pena, quizá, plantearse celebrar la Navidad con otras bebidas que no sean tan nocivas para tu salud.

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