‘Venus’ da con la fórmula para ser la nueva ‘Verónica’ del terror español
Hacia finales de los 2000, Jaume Balagueró y Paco Plaza revolucionaron el terror español con [REC], aquel título protagonizado por Manuela Velasco donde a través de la cámara de una reportera vivíamos de primera mano el horror zombie y sobrenatural que se cocía en un edificio de Barcelona. Este éxito derivó a una saga de cuatro películas, a su exportación al resto del mundo, a un remake en Hollywood titulado Quarantine y a la consolidación de sus directores como dos maestros del horror en nuestro país.
Quedó demostrado cuando Balagueró sobresalió con Mientras duermes, el thriller que dirigió en 2011 con Luis Tosar sobre un temible portero de de un edificio, y Plaza con Verónica, la historia de posesiones en el Vallecas de los años 90 que estrenó en 2017. Especialmente fue notorio el caso de esta última, que se convirtió en un fenómeno internacional en Netflix (obteniendo hasta el interés de actores como Dwayne Johnson) e incluso derivó a que el servicio de streaming pusiera en marcha una precuela para el próximo 2023.
Ahora, Balagueró regresa a los cines con Venus, película protagonizada por Ester Expósito que se ubica en la colección de terror denominada The Fear Collection que Álex de la Iglesia lanzó el pasado abril con Veneciafrenia. Sin embargo, aunque sea una propuesta de horror cósmico que bebe de muchos clásicos del género y consigue una identidad propia, viéndola he tenido la impresión de que su director no ha pasado por alto el éxito de su compañero de [REC], porque casi todo lo que funcionó en Verónica vuelve a estar muy presente en Venus.
Lo que más disfruté de Verónica fue su ambientación tan marcadamente española. Aunque en el fondo su trama fuera una historia de posesiones vista en infinidad de ocasiones, el remitirse a una historia real acontecida en el madrileño barrio de Vallecas en los 90 le aportaba un toque local con el que marcar la diferencia. Las muchas referencias a la España de la época, la música de Héroes del Silencio, los colegios de monjas o el ambiente de barrio obrero, derivó a una ambientación sobresaliente de los esquemas del terror clásico a nuestra propia iconografía, derivando a un producto personal y único a la vez que terrorífico. De ahí su gran éxito.
Curiosamente, en Venus encontramos ingredientes similares, siendo una historia proveniente del universo de H.P. Lovecraft con un desarrollo casi idéntico al de La semilla del diablo de Roman Polanski pero con un fuerte componente español. La cinta nos cuenta cómo una bailarina, tras robar una bolsa de dinero en el club nocturno donde trabaja, se refugia en el apartamento de su hermana en el extrarradio de Madrid. Sin embargo, el edificio esconde un oscuro secreto que la hará enfrentarse a un horror proveniente de otro mundo.
En este ambiente, empiezan a surgir rituales, vecinos siniestros y sucesos extraños que irán creando un misterio alrededor de su trama. Es decir, nada que no hubiéramos visto antes en un montón de películas del género. Pero estos lugares comunes quedan sepultados cuando la ambientación tan local que nos trae Balagueró comienza a imponerse. Y es que Venus, al igual que Verónica, vuelve a transportarnos a esa atmósfera de barrio obrero de ciudad, pero a una con un aura más decante que juega un papel importante en la construcción de la trama.
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En concreto, nos vemos trasladados a una zona de Villaverde, en Madrid, en donde esa dejadez de los barrios de las afueras de las grandes urbes, representado en el edificio casi abandonado donde transcurre la acción de la película, es clave para crear el terror y defender cómo el horror surge en estas zonas ante la negativa de prestar atención a lo periférico. Lo mismo ocurre con el ambiente de clubes nocturnos de extrarradio al que la trama nos remite en sus primeros compases, desde donde un punto más realista y explícito se aboga por defender la misma idea y dar punto de salida a la trama fantástica.
Es decir, que Venus parte del lado oscuro de nuestra realidad para remitirnos al terror y a la fantasía lovecraftiana con los códigos de maestros del género como Polanski. Todo un logro que la diferencia de las muchas películas que tratan de copiar a la desesperada estos lugares comunes, y que, al igual que ocurrió con Verónica, la eleva a ser un producto fresco en el que merece la pena adentrarse en su escalofriante experiencia.
A título personal no me ha gustado tanto como Verónica. Creo que a ratos peca de ser demasiado grandilocuente, precipitada y ruidosa, lo que evita que la atmosfera de horror y misterio fluya como debería. Sin embargo, no puedo negar que tiene pasajes de mucho mal rollo, personajes escalofriantes, un imaginario visual muy potente y a una Ester Expósito que irradia carisma en pantalla. Así, creo que su director ha sabido encontrar la fórmula idónea para crear un nuevo fenómeno de terror en nuestro país, una película que bebe de lo mejor del terror clásico mientras encuentra un toque local con el que hacerla única y especial.
'Venus' está disponible en cines desde el viernes 2 de diciembre.
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