Verano de inclusión: la historia de Santi en un singular campamento

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Santiago Morales Alemán, Santi, como lo conocen en el campamento, cumplió su sueño de lanzarse por el tobogán en el parque acuático Gogorrón, una actividad que podría resultar sencilla y excitante para un joven, pero para él resultaba casi imposible.

Sin embargo, un grupo de voluntarios y su determinación lo hicieron posible en el campamento de verano de Juntos en San Luis Potosí, una experiencia que marcó no sólo la vida de Santi, sino la de todos los participantes.

Vivir con un diagnóstico de cuadriparesia espástica secundaria a parálisis cerebral infantil y epilepsia representa muchos cuidados y desafíos en el entorno, y con todo lo que ello representa, pero son estas las historias que protagonizan el campamento de Juntos desde hace 28 años.

Ante la falta de accesibilidad que tienen los toboganes para subir a la cima, un voluntario fue el encargado de subir a Santiago en sus brazos. Para protegerlo de que, por los movimientos involuntarios en sus brazos y piernas, pudiera lastimarse, usaron dos playeras para mantener sus extremidades a salvo, además estaban presentes los paramédicos que la organización del campamento contempla para algún caso de emergencia.

Toda esta inolvidable aventura quedó grabada en un video, pero sobre todo guardada en el corazón de quienes la protagonizaron.

Campamento de verano juntos
Campamento de verano juntos

Campamento inclusivo: La llave mágica del cambio

La inclusión se trata de lograr que las personas con discapacidad puedan disfrutar sus  derechos humanos en equidad de condiciones, y sin duda esto se logra con la suma de esfuerzos. El campamento de Juntos cuenta con 220 voluntarios juveniles, 43 personas en staff y coordinación, además de la participación diaria de 50 personas del voluntariado corporativo de las empresas patrocinadoras.

Fui testigo de la dedicación del voluntariado en apoyar y acompañar a todo asistente al campamento, según las necesidades individuales de los 180 “partis” (participantes), que viven con diferentes tipos de discapacidad y son incluidos en todas las actividades.

Ir al teatro, bailar en un antro, nadar en una alberca, bajar de un tobogán, cocinar, pintar, hacer esculturas, aprender de robótica, cantar, hacer comunidad son algunas de las actividades que se viven en este campamento que requiere una planeación mínima de seis meses.

Juntos se encarga de transportar a los asistentes de su domicilio, la Pila en San Luis Potosí y de la Casa Hogar Ebenezer, al campamento o lugar de las actividades, darles talleres, aprendizajes, espacios seguros, amistades y experiencias muy significativas, desde la convivencia empática, hasta lograr los sueños que en otros espacios pueden ser impensables.

Durante dos semanas todo es posible para un gran número de niños y niñas, adolescentes, adultos y adultos mayores que participan. Hay algunos que llevan más de 20 años asistiendo al campamento.

La organización de este tipo de campamentos abre la oportunidad de inclusión, pero también de responsabilidad social por parte de la juventud y de las empresas, lo que lleva a conjuntar resultados de acciones afirmativas que se pueden replicar en diferentes espacios.

Campamento de verano juntos
Campamento de verano juntos

Nota de la redacción: La experiencia del campamento de Juntos nos remonta al pasado, al campamento Jenet, que dio pie al movimiento de personas con discapacidad en Estados Unidos. La memorable historia fue llevada a la pantalla en un documental producido por Barack y Michelle Obama: “Crip Camp: A Disability Revolution”.

Esta nota la retomamos de Yo También.