El verano que robó la inocencia de tres amigos

CIUDAD DE MÉXICO, junio 21 (EL UNIVERSAL).- Fiona Palomo será la vecina de dos jóvenes que están enamorados de ella, en una historia dramática inmersa de misterio, investigación policiaca y denuncia social.

Jardines del bosque, película que terminó su rodaje en locaciones de Guadalajara, se ubica en el verano de 2014, cuando las desapariciones de personas se incrementaron. Contará la vida de tres amigos de 13 años de edad, interpretados por Maximiliano Nájar y los debutantes Daphne Méndez y Beto Ramírez, cuya inocencia acaba en ese momento, junto con el de la chica a la que adoran y admiran.

El codirector Alex Barragán adelanta a EL UNIVERSAL: "La premisa es que hay una chica que desaparece y eso cambia todo. Contamos una historia de amistad de adolescentes que van creciendo en un contexto social profundo", comenta Barragán.

"Mientras los tres niños necesitan una motivación para entrar a esta aventura, la relación del personaje de Fiona hacia ellos es como de nostalgia, son vecinitos y se acaba de cambiar de barrio, así que interactúa con ellos como si fueran sus primitos", añade el creativo.

Fiona es una de las actrices más buscadas por el cine nacional después de la pandemia, pero ya brincó también al extranjero, interpretando a la Virgen María en la película musical navideña Camino a Belén —con Antonio Banderas—, y la serie estadounidense Outer Banks. También, recién se le vio en la cinta mexicana Un actor malo, sobre el abuso a mujeres.

El trabajo de Alex y su hermano Diego se conoció este mismo año al estrenarse No vayas a clase mañana, donde dos jóvenes pasaban juntos una tarde, antes de hacer un acto violento en el colegio.

Al igual que esa cinta, Jardines del bosque es un coming of age, subgénero cinematográfico en el que las personas van convirtiéndose en adultos por algo que ocurre en su vida. Una de las cintas más emblemáticas de esta corriente es la estadounidense Stand by me.

El título del filme proviene del nombre de una colonia popular tapatía, donde los abuelos de los realizadores vivieron, al igual que ellos mismos por unos años.

El rodaje, con la mayoría de recursos independientes, constó de tres semanas y media y contó con el apoyo de Filma Jalisco. La película es producida por Alex Barragán, Jacobo Fontana y Cine Chacal.