Yahoo Estilo Viñedo Doffo: Una parada 'obligatoria' en el valle de Temecula
Para los conocedores, un buen vino se caracteriza por el aroma, la densidad o cuerpo del líquido, el color, y por supuesto, el sabor.
Por más de ocho mil años el jugo de uva fermentado ha sido la bebida preferida de los cultos religiosos y hoy se ha convertido en la bebida que acompaña comidas y amigos.
El valle de Temecula, a solo dos horas de Los Angeles es una zona reconocida por la organización americana de zonas vitivinícolas (AVA). Los primeros viñedos comenzaron en los años sesenta y hoy un selecto grupo de apasionados a la creación de vinos producen bebidas que a veces superan lo mejor de NAPA.
En 1997 Marcelo Doffo plantó varias filas de Cabernet Sauvignon y Syrah en un viejo rancho de este valle en el condado de Riverside. Con sus propias manos, años de sudor y mucho amor a la tierra, la finca comenzó a dar frutos.
El sueño de crear su propio vino para compartir con los amigos se cumplió. Pero al mismo tiempo la cosecha superó sus expectativas y de repente se encontró con exceso del vino realizado para compartir con sus mejores amigos. Uno de ellos le sugirió que mezclara ambos barriles y ofreciera este vino al mercado bajo el nombre Mistura.
Veinticinco años después los vinos Doffo son algo muy especial. Además de ser altamente reconocidos por la industria, estos morapios refuerzan las amistades establecidas alrededor del mismo. Los tintos no son solo una bebida más. Al degustarlos, el aroma desborda la geografía de este valle y las flores que rodean al establecimiento. El cuerpo de los cabernet se mantiene en la copa y se siente en el paladar. Colores rojos intensos y brillantes como un rubí elevan este vino a estar para estar entre los mejores de California. Y el sabor la recompensa luego de haber hecho algo bien y sin compromisos.
Mistura sigue siendo el más vendido y el que mejor conexión tiene a este viñedo que posee personalidad propia. Claro todo es una extensión del Doffo, quien hoy sigue trabajando duro rodeado por su familia. Este ambiente familiar y los productos están interconectados de una manera íntima que los separa de los otros. Los nombres de los diferentes vinos en producción hablan de esta intrínseca relación. Paulina, Don Armando, Los Nietos, Tiago, Lucca, Rosario, todos tienen un significado para la familia Doffo.
“Mi filosofía es de mantener la tradición familiar de producir bajas cantidades de vinos que sobrepasen las expectativas. Aquí hacemos las cosas a mano, con orgullo, y el resultado es para compartir entre amigos”, dijo Doffo. Hoy su hijo e hijas, incluso los nietos, trabajan a la par manteniendo esa ideología para producir vinos que celebren la amistad.
El viñedo Doffo es un lugar parta visitar durante todo el año. Rodeado de cerros verdes y plantaciones vecinas hacen que esta destinación nos haga olvidar del trajín diario. La bodega está llena de barriles de roble que albergan además del Cabernet y Syrah, Petit Verdot, Malbec y Cabernet Franc. Una gama de vinos dulces y hasta una edición de grapa limitada complementan un menú de carnes y empanadas exquisito. Pero lo mejor de visitar este lugar es que pasen a ser parte de esta gran familia.
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Este artículo fue publicado por primera vez en Los Angeles Times en Español.
