El récord de Victoria Ruffo que ninguna otra actriz mexicana ha podido alcanzar
"Yo únicamente voy a ser protagonista". Con esas palabras, dichas en el programa de Gustavo Adolfo Infante, 'El minuto que cambió mi destino', Victoria Ruffo causó una polémica tremenda. "Yo no hago un proyecto si no soy la protagonista".
Y lo que dijo es verdad; por eso ahora que han iniciado, bajo la producción de José Alberto Castro, las grabaciones de 'Corona de Lágrimas 2', la actriz, conocida en el medio como 'La Queen', rompe el récord de ser la actriz mexicana que ha sido protagonista de melodramas totalmente, en cuatro décadas.
Su debut fue con un papel de soporte en 'Conflictos de un médico', producción de Ernesto Alonso, en 1980, cuando solo tenía 17 años y hoy ostenta el número de 17 telenovelas como personaje titular o protagónico en las décadas de 1980, 1990, 2000 y 2010, algo que ni figuras legendarias como Amparo Rivelles, Rita Macedo, Jacqueline Andere, Sylvia Derbez, Julissa, Angélica María, Verónica Castro, Lucía Méndez, Ofelia Medina, Angélica Aragón o Thalía herself han podido lograr.
Será por ello que tiene bien ganado el título de 'Queen' y también por ello que se niega a aceptar cualquier otro tipo de personaje de carácter o de soporte o de actuación especial. Con Vicky (como también se le conoce) la cosa es simple: ¿la quiere en su telenovela? O es la prota, o nada. Así ha dejado pasar muchos proyectos —'El manantial', por ejemplo, donde Carla Estrada le ofreció el papel de la madre del protagonista y la Ruffo ni siquiera le devolvió la llamada— y este gambito le ha valido la pena.
Como Refugio Chavero, la abnegada y sufrida madre de los tres intrépidos, orgullosos y a veces irresponsables hermanos encarnados por el encantador Mane de la Parra, José María Torre y Alejandro Nones, la Ruffo encontró el filón de oro que buscaba y que la equipara con la inolvidable Marga López, la extraordinaria actriz de la época de oro, que hizo pocas (¡pero muy sustanciales!) apariciones en telenovelas, aunque fue ella quien creó la primera versión del personaje en 1967 en cine.
Hay quienes critican a la Ruffo por ser altiva, demandante y a veces, hasta arrogante. Puede ser así, pero tiene razones para hacerlo. En ella el público ha encontrado la encarnación perfecta de la heroína de telenovela mexicana: es bella, es empática, con personalidad y, si bien muchas veces pareciera que hace variaciones de sí misma, también es verdad que desde 'La Fiera' —su primer estelar, otorgado por Valentín Pimstein en 1983- su presencia resulta magnética en la pantalla y es imposible apartar los ojos de ella.
Así es como ha encabezado grandes producciones, a veces completamente increíbles, dándoles la verosimilitud necesaria. ¿Quién puede olvidar esa inenarrable escena en 'Simplemente María' (otra producción de Pimstein, lanzada en 1989, escrita por Carlos Romero, que a veces rayaba en el humor involuntario o hasta el surrealismo puro) cuando, después de ser secuestrada por la villana Lorena del Villar (Gabriela Goldsmith) a la que se le pasaron las cucharadas con el cloroformo lo suficiente como para borrarle el cassette, en la que María López abre los ojos, angustiada y exclama: "¿Quién soy? ¿Dónde estoy?...¡Dios mío, tengo amnesia, no recuerdo nada!"
Al margen de que su propia vida en algunas ocasiones ha parecido un melodrama real en el que lo mismo ha sido víctima que villana, la Ruffo tiene una personalidad avasallante que llena la pantalla. (Recordemos que durante las grabaciones de 'Simplemente María', Victoria saboteó las relaciones formales de Alma Delfina con Jaime Garza y de la cantante Guadalupe Pineda con el periodista Ricardo Rocha en beneficio propio, si bien no llegó al altar con ninguno, y el karma le vino a dar una mordida con aquella humillante historia al lado de Eugenio Derbez -que también tenía pareja, por cierto, antes de involucrarse con la Queen-, misma que no podrá sacudirse jamás del todo, aún teniendo ya 20 años de dicha al lado del político priísta hidalguense Omar Fayyad). No hay actriz que haya logrado la hazaña que ella se ha permitido.
Es una protagonista natural, y ahí están las pruebas. Y será muy difícil, por no decir imposible, que alguien tenga la estamina y el carisma para alcanzarla o desbancarla, jamás.