"La vida puede florecer en la adversidad": Verdecruz

CIUDAD DE MÉXICO, diciembre 5 (EL UNIVERSAL).- Verdecruz o los últimos lazaretos ha sido un proyecto largo. Lo iniciamos antes de la pandemia y nuestro proceso quedó pausado como uno de los muchos procesos que quedó pausado por el aislamiento, justamente en el aislamiento desarrollamos un work in progress en audiovisual y seguimos trabajando desde nuestras casas por lo cual el proyecto adquirió una naturaleza muy especial pues es un proyecto que habla de reclusión y justo estábamos recluidos. Lo presentamos en funciones virtuales y después del proceso pudimos llevarlo a escena y ahora es la segunda temporada", dice, en entrevista, José Juan Sánchez, productor ejecutivo de la puesta en escena que se presenta en el Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico.

El punto de partida de la obra es el libro Nuestra historia no es mentira. Vivir con lepra en Ecuador, de Beatriz Miranda Galarza, que publica 17, Instituto de Estudios Críticos y puede adquirirse en la tienda en línea de Herder.

A través del teatro documental, la pieza recoge los testimonios de personas con lepra que estuvieron recluidas en el hospital Gonzalo González en Quito, Ecuador, así como de Agua de Dios, en Cundinamarca, Colombia.

"Cuando estrenamos la obra aún había personas vivas de los leprosarios. Hoy, ya han fallecido todas en su totalidad", explica Sánchez y detalla que el principal reto, no sólo del teatro documental, sino de una obra de este tipo es hacer honor a la palabra de quienes están testificando: "No caer en una interpretación que no le dé el peso adecuado al sentido de sus vidas. Es una gran responsabilidad resguardar la vida, el testimonio y la experiencia de las personas que atravesaron por esa situación. También lo es el hecho de que nosotros podamos hacerlo llegar de la manera más fiel posible", afirma sobre la pieza que tiene como dramaturgia a Ingrid Bravo; a Mario Espinosa, en la dirección y a Sandra Cecilia, Sebastián Cobos, María Kemp, Sabrina Tenopala y los ya mencionados Bravo y Sánchez en el elenco.

Sobre si esta historia de reclusión puede leerse también como una referencia a los sistemas totalitarios, el productor cuenta que "tenemos la experiencia individual, pero también tratamos de rescatar la experiencia del colectivo. Nosotros nos comportamos de manera diferente desde nuestra percepción hacia nosotros mismos y está cambia ya que nos sumamos a una experiencia colectiva donde compartimos el espacio, las normas de convivencia, el territorio. Bajo cierta reglamentación las cosas cobran un peso diferente porque así tiene que regir nuestra forma de vida. Son lineamientos se quedan cortos para comprender la raíz de la convivencia", abunda Sánchez para comprender la pieza elaborada a partir del teatro documental Verbatim, y en la que participan actores y actrices egresados del Centro Universitario de Teatro (CUT) de la Universidad Nacional Autónoma de México; además de que colaboraron investigadores de Colombia, Ecuador y México.

"Sin importar el espacio; sin importar la necesidad venidera, la vida es absoluta: llega, se planta y florece. Los lineamientos la acotan, le exigen, le evitan y deciden de manera tajante y violenta; pasan por encima de muchas garantías individuales. Damos fe de la gran fuerza de los enfermos de lepra que estuvieron viviendo en estos lugares y cómo sobrevivieron y pudieron reponerse. Pero también damos una denuncia de cómo fueron sometidos a unos lineamientos médicos, a unos lineamientos políticos y cómo están siendo expuestos a reincorporarse a un sitio en el cual ya no tienen un espacio para regresar. Es un sistema político que quiere decidir por ellos, cuando en realidad no hay un estudio profundo de cómo ha sido el trayecto de estos individuos", concluye.

La obra se presenta los miércoles y jueves a las 20:00 horas, hasta el 14 de diciembre.