La visita relámpago de Harry: 45 minutos de conversación con su padre y ninguna reunión con su hermano Guillermo

El príncipe Harry ya se encuentra a estas alturas en un avión de regreso a California, donde reside actualmente, tras realizar una visita relámpago a Inglaterra que ha durado 24 horas. El motivo es de sobra conocido: su padre hizo público esta semana que le han diagnosticado un cáncer de tipo desconocido y el menor de sus dos hijos decidió que esa era razón más que suficiente para subirse a un avión.

Harry aterrizó en el aeropuerto de Heathrow el martes al mediodía, tras un vuelo nocturno de diez horas que realizó en solitario porque su esposa Meghan Markle no le ha acompañado en esta ocasión. Desde allí se trasladó rápidamente a Clarence House, la residencia oficial de su padre en Londres, para reunirse con él. Según la prensa británica, estuvieron hablando durante 45 minutos y la brevedad del encuentro se puede interpretar de dos maneras.

Por un lado, parece una reunión demasiado breve para hablar de un tema tan serio como el diagnóstico que ha recibido el monarca. Por otro, se rumorea que Carlos modificó su agenda para hacerle un hueco a su hijo, algo que rara vez hace, e incluso retrasó durante 45 minutos el despegue del helicóptero que estaba previsto que le llevara a Sandringham, su casa de campo en el condado de Norfolk, para que pudieran charlar.

Con quien no ha tenido la oportunidad de verse cara a cara ha sido con su hermano Guillermo. Él tenía la excusa perfecta porque hoy miércoles ha retomado sus funciones oficiales tras aparcarlas durante un par de semanas para acompañar a su esposa Catalina mientras se recuperaba de una intervención abdominal programada. En su primer día de apariciones públicas, Guillermo asistió por la mañana a una ceremonia de investidura en el castillo de Windsor, para nombrar Miembro de la Orden del Imperio Británico a la jugadora de fútbol retirada Ellen White, y se espera que esta noche acuda a una cena de gala en Londres para apoyar el sistema de ambulancias aéreas.

No es ningún secreto que la relación entre los dos hermanos alcanzó un punto de ruptura después de que Harry desvelara varios episodios desagradables en su libro de memorias, donde acusó a la familia real británica de racista y no pintaba un retrato demasiado halagador de Guillermo. El revuelo obligó a este último a realizar unas raras declaraciones improvisadas para negar que nadie en su familia fuera racista.

Harry ni siquiera se alojó en alguna de las residencias de la monarquía y en su lugar pasó la noche en un hotel de cinco estrellas en Londres antes de poner rumbo a su hogar.