Vivir con 6 ‘alters’, terapia y sacudirse el estigma: así es tener Trastorno de Identidad Disociativo

Imagina lo siguiente: frente a ti está una persona a quien conoces desde hace años, sabes que hace un gesto chistoso con el sabor de la vainilla porque no le gusta, su voz suele ser aguda y su conversación favorita gira en torno a la película del Viaje de Chihiro. Pero hoy la ves comiéndose con gusto un helado amarillo, su voz suena igual, pero tiene un tono distinto y luego te dice que no es taaan fan de Miyasaki. Te extraña muchísimo y preguntas ¿qué pasa? Como hay confianza entre ustedes, te comparte que vive con Trastorno de Identidad Disociativo (TID) y que, en ese momento, es otro alter quien está al frente.

¿TID? ¿Alter? ¿“Estar al frente”? ¿Qué significa todo eso? Si estás viendo físicamente a tu amiga de años, ¿por qué parece ser otra persona?

A partir de ese momento, tu amiga (o el alter al frente) comienza a relatarte que, en realidad, desde hace un tiempo vive con este trastorno y que es host de seis alters distintos —mal llamados personalidades—.

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También te explica que, generalmente, esto sucede por un evento traumático severo y que hay mucha desinformación y miedo alrededor, causada por el cine (y pésimas películas como Fragmentado).

Ahora algunos detalles tienen sentido: la reticencia a hablar de cuando era niña, el que a veces fuera un poco distante y otras mucho más cercana, que algunos gustos en comida o música cambiaran. Y sí, esa es la razón de ciertos comportamientos, pero hay mucho mucho más de fondo.

¿Qué es el Trastorno de Identidad Disociativo (TID)?

A este trastorno antes se le llamaba “de personalidad múltiple”, pero conforme se sabe más, ha cambiado desde el cómo nombrarlo, hasta su descripción y tratamiento.

Las personas que viven con este trastorno “alternan” entre distintas identidades: a veces, en su fuero interno, sienten la presencia de dos o más personas que pueden tomar el control.

Estas identidades tienen diferencias de voz, género, historia personal, características únicas y hasta cualidades físicas. A veces cambian de ropa o accesorios para diferenciarse de las demás y que su físico vaya más de acuerdo a su personalidad.

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El conjunto de las identidades funciona como un sistema y cada una tiene una función distinta.

Aunque cada sistema es único, en lo que todos coinciden es que existe un host, que es la conciencia original (o núcleo). Y, entre todas las identidades acuerdan si desean o no ponerle un nombre al sistema.

¿Cómo se diagnostica el TID?

Hace un tiempo hablamos con Víctor, Walter y Wilson, quienes son una parte de Darwin System.

Víctor, de 20 años es el host, es decir, la persona que desarrolló TID en la infancia y que alberga 14 identidades.

“En los primeros seis meses diagnosticaron a Víctor con ansiedad severa y el psicólogo dijo que había indicios de esquizofrenia. Nosotros no nos sentimos cómodos con ese psicólogo y pasamos al psiquiatra quien, también en un inicio nos diagnosticó esquizofrenia y pasamos seis meses con antidepresivos y sedantes. Fueron seis meses difíciles para todos”, relata Walter, la identidad de 28 años quien actúa como protector y que puede estar en co-conciencia con otras identidades, incluído Víctor.

(Ojo: en co-conciencia quiere decir que ninguno toma el control por completo en ese momento -aunque alguno domine más- y pueden intervenir en una conversación dos o más identidades).

“Después del diagnóstico de esquizofrenia, se empezó a tratar como trastorno de bipolaridad y luego ya a ver sospechas de TID, pero fue a través de varias consultas”, relata Walter.

Una vez que comenzaron formalmente a visitar a un especialista con el que se sintieron cómodos, el diagnóstico final les llevó poco más de un año.

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Para Lore / Ray, host de Long Soul System, el proceso fue similar. Llegar al diagnóstico llevó alrededor de un año, aunque -como Víctor-, tenía más tiempo conviviendo con sus otras identidades.

La primera psicóloga a la que visitó en Monterrey, la canalizó con un psiquiatra “fue un poco feo porque parecía que ambos no parecían querer hablar de esto y sólo decían «tómate los antipsicóticos y después hablamos»”, cuenta a Animal MX.

Después de esa experiencia decidió volver a Ciudad de México y visitar a un psiquiatra al que conocía desde la infancia. Este especialista la vio disociada y la canalizó con un psicólogo especialista en maltrato infantil y tratamiento de trauma complejo en la niñez.

Cuando llegó con él, coincidió con que vivió un evento traumático y tuvo un rapid switching, es decir, un cambio de identidad rápido, “fue muy evidente para él“.

Long Soul System, que ha creado una comunidad educativa en redes sociales sobre el TID, hizo esta animación relatando su historia y cómo dieron con el diagnóstico:

  • ¿Qué es la disociación?

Antes de continuar, conviene aclarar este punto. La disociación es una desconexión entre uno o varios elementos de la mente: conciencia, memoria, identidad, emoción, percepción, representación corporal, control motor y conducta.

Cuando se da esta desconexión, puede haber amnesia, confusión, estrés, percepciones distorsionadas de la realidad.

Las personas que viven con TID y atraviesan disociación posiblemente que no recuerden personas, caras, voces, situaciones y experiencias que vivieron cuando alguna otra identidad estaba al frente.

Pero… ¿Por qué una persona puede desarrollar TID?

Tanto Víctor como Ray nos explican que esto se debe a que se vivió un trauma complejo, generalmente durante la infancia, entonces para protegerse la mente crea a estas identidades y cada una puede cumplir un papel distinto.

Es poquísimas palabras : es la reacción a un trauma que ayuda a mantener los recuerdos difíciles controlados.

“A quien tuvimos que ayudar mucho fue a Víctor, que es la persona con más inseguridades del sistema, es el que tiene más miedos y dudas de sí mismo, nosotros lo que hemos hecho es recordarle que sí puede y puede acudir a nosotros”, dice Walter.

En el caso de Darwin System, en el que Víctor es el host, es Walter el que actúa como la identidad protectora.

“Nuestro psiquiatra nos explicó que las edades dependen mucho de la figura y qué necesitaba el cuerpo en ese momento para sobrellevar las cosas; por ejemplo, un alter de la misma edad es porque en ese momento Víctor —que es el núcleo— necesitaba de un amigo. Como nosotros somos más adultos nos explicó que tal vez necesitaba figuras paternas que le pusieran límites, reglas y ejemplos a seguir“, dicen Walter y Wilson en entrevista.

En el caso específico de Lore/Ray, la identidad de Antef es el protector principal de su sistema TID, y convive además con Zalax, Alexia, Nova y una chiquita que aun no dice su nombre y a la que le encanta dibujar.

¿Cómo es vivir con este trastorno?

Víctor, Walter y Wilson explican que existen triggers positivos y triggers negativos que provocan los cambios de identidad.

En su caso particular, los negativos son los espacios muy ruidosos, los destellos de luz muy potentes y las agresiones al cuerpo y pueden provocar cambios abruptos de una identidad a otra.

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Por otro lado, la música puede funcionar como un trigger positivo y el cambio es más suave.

“Se siente como si te desconectaras poco a poco del exterior, parece que te quedas viendo a la nada. Físicamente te quedas como inactivo y, por dentro, sientes como si te estuvieras durmiendo”, relata Víctor quien pone un ejemplo muy claro: es como si la identidad que “duerme” entrara a un cuarto oscuro, mientras alguien más va saliendo. “A Walter le gusta la música clásica”.

En preferencias musicales, lo único en lo que coinciden todas las identidades de Darwin System es en escuchar soundtracks de películas. De ahí en más, cada uno tiene sus propios gustos, no sólo en música, también en comida, ropa, cine y hasta amigos o pareja.

Como comentábamos, dos o más identidades pueden estar en co-conciencia, aunque será una la que en ese momento domine más.

¿Hay tratamiento para el Trastorno de Identidad Disociativo (TID)?

Lore/Ray, quien comenzó a estudiar Psicología hace un par de años como una forma de entender qué pasa en la Academia que no se habla de este trastorno, es muy clara: el tratamiento a seguir es con terapia psicológica y, de preferencia, con terapeutas que estén especializadas en trauma. Si acaso en algún momento se recetan medicamentos es más para abordar padecimientos como depresión o ansiedad, pero no para TID.

Sin embargo, para Lore/Ray lo más importante es que las pacientes que viven con el trastorno tengan un grupo de gente que les acompañe y apoye, un nidito en el que se sientan seguras y amadas.

“Lo pongo en una prioridad más alta tener un grupo de gente que te quiere. Y lo pongo más alta que la terapia porque si sólo tienes terapia y no un sistema de apoyo, lo que puedes conseguir es muy poco; tu terapeuta te ayuda a procesar algunas memorias, pero ¿quién te ayuda cuando estás teniendo un mal día? El terapeuta no puede estar contigo todo el tipo”, dice.

Incluso, explica, es más sencillo procesar ciertas memorias cuando la familia, la pareja, los amigos, están cerca.