Vivir sin vesícula y sin páncreas: así afronta Fedez su futuro tras eliminar el tumor

Federico Leonardo 'Fedez', marido de Chiara Ferragni, ha tenido que hacer frente a un cáncer muy raro: un tumor neuroendocrino de páncreas. El rapero recibió el diagnóstico hace un par de meses y acaba de contar que para vencerlo le han quitado quitado el duodeno, la vesícula biliar, el páncreas y un trozo de intestino. (Foto: Elena Di Vincenzo/Getty Images)

Al rapero Federico Leonardo Lucia, alias 'Fedez', le han quitado el duodeno, la vesícula biliar, el páncreas y un trozo de intestino. Su testimonio supone una vuelta de tuerca en la lucha contra el cáncer y en la forma de entender la vida tras una operación de semejante envergadura.

Existe la creencia de que la extirpación de órganos conlleva graves efectos secundarios y empeora notablemente la calidad de vida, incluso poniéndola en riesgo, pero en casos como el de Fedez, marido de la influencer italiana Chiara Ferragni, es justo al contrario. Su forma de afrontar el diagnóstico y su valentía a la hora de contar en qué ha consistido el tratamiento son un ejemplo de superación y fortaleza.

El propio Fedez ha explicado en una rueda de prensa que se considera afortunado porque el tumor estaba en estadío 1, el menos grave; y "el informe histológico ha mostrado que los ganglios linfáticos no se han visto afectados (lo que significa que la enfermedad no se había expandido) y al no haber micrometástasis, no he tenido que recibir quimioterapia".

"El 90 por ciento está bien, solo tengo que recuperarme porque me han quitado el duodeno, la vesícula biliar, el páncreas y un trozo de intestino" , ha contado durante la presentación en Milán (donde reside) de un concierto benéfico que tendrá lugar a finales de junio, tal y como recoge el medio local Milano Today.

Debido a las peculiaridades del cáncer que le diagnosticaron (un tumor neuroendocrino pancreático), el músico se ha tenido que someter a una 'duodenopancreatectomía'. Esta operación también llamada 'procedimiento de Whipple' o 'cirugía con la técnica de Whipple' se lleva a cabo a través de un corte o incisión grande en la mitad del abdomen, y consiste en la extirpación de la cabeza del páncreas, el duodeno, la vesícula biliar y la vía biliar extrahepática en una primera fase.

El rapero y su mujer han ido compartiendo en redes imágenes del proceso e incluso han mostrado las cicatrices de la intervención para normalizar y desestigmatizar el cáncer.

En una segunda fase de la intervención, se procede a la restauración de la continuidad pancreática, biliar y digestiva, que se consigue mediante una técnica denominada 'anastomosis'. Es decir, con empalmes entre el páncreas, la vía biliar y el estómago, con el intestino delgado.

Hasta ahora sabíamos que con la extirpación de la vesícula no se limita la vida en nada; "la adaptación del organismo a la ausencia de vesícula es muy temprana, en tres o cuatro semanas; el dolor es perfectamente tolerable y desaparece rápidamente", explican los especialistas en Aparato Digestivo del hospital Ruber Internacional de Madrid.

Sin embargo no se sabe tanto sobre la operación a la que se ha sometido Fedez y las implicaciones que tiene. Por eso su testimonio es tan valioso y sirve para entender cómo vivirá de ahora en adelante.

También ha dado visibilidad a un tipo de cáncer raro del que apenas se habla. Un tumor neuroendocrino pancreático se inicia en las células neuroendocrinas, una clase especial de células que se encuentra en el páncreas y que se organizan en pequeños grupos que se conocen como 'islotes'. Estos islotes producen importantes hormonas, como la insulina y el glucagón (que ayudan a controlar los niveles de azúcar en la sangre), y las liberan directamente en la sangre. Cuando crecen sin control, estas células neuroendocrinas dan lugar a tumores que pueden originarse en cualquier órgano, pero la inmensa mayoría se generan en el tracto gastrointestinal, el páncreas o el pulmón.

Es un tipo de cáncer poco frecuente (se estima que hay menos de 10 casos por 100.000 habitantes). Sin embargo, según apuntan la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), se ha observado un aumento en su incidencia en los últimos 40 años debido a varios motivos, principalmente a la mejoría de las técnicas diagnósticas y a la mejor identificación de los casos.

“Se conocen más, los clínicos y los radiólogos piensan más en ellos y cada vez hacemos más pruebas diagnósticas en general”, cuenta a CuídatePlus la oncóloga Rocío García Carbonero, de la Unidad de Tumores Digestivos y Neuroendocrinos del Servicio de Oncología del Hospital Universitario 12 de Octubre, de Madrid, quien puntualiza que se trata de “una familia muy heterogénea de tumores que se pueden desarrollar en cualquier órgano de nuestra anatomía”.

Aunque su incidencia es baja, su prevalencia es significativa debido a la historia natural de la mayoría de estos tumores, de lento crecimiento y de larga supervivencia. Así, por ejemplo, los tumores neuroendocrinos suponen la segunda neoplasia (el término que se usa en medicina para la formación anormal de un tejido de carácter tumoral, tanto benigno como maligno) avanzada más prevalente del tracto digestivo tras el cáncer colorrectal.

Si se detectan de forma precoz, buena parte de estos tumores se pueden curar con cirugía, como le ha pasado a Fedez. Sin embargo, el tratamiento se complica cuando se diagnostican en estadios avanzados.

El cirujano que le ha operado, el doctor Massimo Falconi, director de la unidad del páncreas del hospital de San Rafael de Milán, ha explicado que aunque la de Fedez "es una de las operaciones más complejas -se han extirpado varios órganos y se ha reconstruido la continuidad entre los diversos conductos del sistema digestivo- se puede vivir bien, como lo demuestra Federico, que ha dado un espléndido testimonio".

Sin duda, el páncreas es un órgano fundamental para el bienestar y el correcto funcionamiento de las personas. Su doble función digestiva y de control del azúcar en sangre permite por un lado, poder absorber correctamente los nutrientes ingeridos, y por otro lado, mantener los niveles de glucosa en sangre dentro de un margen óptimo.

Sin embargo, es posible vivir sin el páncreas. Lo que ocurre es que esa doble función queda mínimamente alterada en la mayor parte de los pacientes sometidos a una extirpación parcial del páncreas.

Cuando el páncreas se extirpa por completo puede ocasionar efectos secundarios más o menos graves como dolores de abdomen e inflamación de éste, trastornos digestivos o sensación de llenura, ya que según explica la Asociación Americana contra el Cáncer , "a esas personas se les deja sin células de los islotes, que son las productoras de insulina y otras hormonas que ayudan a mantener seguros los niveles de azúcar en la sangre. Estas personas llegan a padecer diabetes que puede ser difícil de manejar debido a que dependen totalmente de inyecciones de insulina. Las personas que se han sometido a esta cirugía también necesitan tomar enzimas pancreáticas en forma de pastilla para ayudarlas a digerir ciertos alimentos".

No obstante, una persona sin páncreas puede vivir normalmente sin ningún problema, siempre y cuando se someta a un tratamiento de reposición de las hormonas y enzimas que esta glándula producía, un tratamiento que hay que mantener de por vida.

Pero hoy en día, "gracias a los avances en materia de enzimas pancreáticas y las diferentes insulinas, se puede mantener una relativa buena calidad de vida tras la extirpación total del páncreas", concluye el doctor Santiago Sánchez Cabús, de BarnaClinic.

Más historias que te pueden interesar:

VIDEO: Susana Dosamantes rompe su silencio tras anunciar que padece cáncer

Así se detecta un ataque de vesícula y por qué hay que actuar rápido

Qué ocurre cuando el páncreas no funciona bien y qué se puede hacer

Cirrosis hepática: claves para prevenir el cáncer en el aparato digestivo