Wanda Nara y Susana Giménez disfrutan a pleno de París: del parque de diversiones al sex shop

Wanda Nara y Susana Giménez en París: del parque de diversiones al sex shop
Instagram Wanda Nara

La segunda parte del especial de Susana Giménez y Wanda Nara en París muestra una cara más descontracturada del encuentro entre las rubias. Mientras que en el primer especial se pudo ver la entrevista que le hizo la conductora a la modelo luego del escándalo por los chats filtrados entre Mauro Icardi y la China Suárez, en el capítulo dos ambas se dedicaron a pasear y divertirse en la capital francesa.

“Que lindo estar en París, soy la invitada de honor de Wanda y muero por verla”, dijo Susana ni bien se bajó del auto que la llevó hasta el hogar de los Icardi-Nara. Allí la esperaba la empresaria junto a sus dos hijas menores. “Francesca es igual a Wanda e Isabella tiene la cara de Mauro. Son educadísimas”, agregó la diva, que quedó encantada con las nenas.

Mientras conversaban sobre la vida, fueron poco a poco recorriendo la impresionante mansión ubicada en Neuilly-sur-Seine, un exclusivo barrio en el oeste de la ciudad. En las imágenes se pudo ver el comedor, en donde hay una bodega llena de exclusivas bebidas alcohólicas y una mesa de póker, la enorme pileta climatizada que tienen en un subsuelo, el sauna y la habitación matrimonial, que cuenta con un enorme balcón con vista al jardín. “La casa es un lío, aparte entraron con las cámaras y yo no estaba preparada para mostrar todos los ambientes”, explicó Nara.

En el living las esperaban dos camisetas del PSG, una para Wanda y otra para Susana. “Es la rosa, que encima está agotada”, acotó la esposa del futbolista. De inmediato las nenas quisieron mostrarle a la diva de los teléfonos uno de sus perritos. “Tenemos muchos perros, muchos animales: conejos, gallinas, caballos... Mauro y Francesca son amantes de los animales, y yo para los cumpleaños siempre les regalo una gallina o algo así a las nenas, porque es barato y quedo bien”, reveló la madre de cinco.

De paseo por París

La segunda parte del encuentro entre Wanda Nara y Susana Giménez
La segunda parte del encuentro entre Wanda Nara y Susana Giménez


La segunda parte del encuentro entre Wanda Nara y Susana Giménez

Después de estar un rato en la casa, Wanda y Susana se prepararon para enfrentar el frío parisino y recorrer la ciudad. Para esto, Nara tomó uno de los tantos autos exclusivos que tiene la familia, un Lamborghini azul, con el que recorrieron el centro.

“París desde el Sena se ve impactante, lo único que hacía un poco de frío”, repetía Susana mientras navegaban por el río que atraviesa la capital francesa. En medio del paseo, las mujeres se divirtieron hablando sobre hombres. “Yo he salido con algunos que no eran famosos, pero lo que pasa es que después con nosotras se hacen conocidos, aunque no sean nadie”, decía entre risas la conductora de Telefe.

La próxima parada fue un sex shop, en donde entre risas investigaron los juguetes sexuales que había en exposición. “Yo hay cosas que no se donde se ponen”, aseguraba Wanda. “Yo tampoco, esto no lo vi nunca en mi vida”, le respondía Susana, quien confesó que se encontró con “cosas inimaginables que no les puedo contar, porque ni yo sabía para que servían”.

Una tarde con los chicos

Antes de despedirse, Wanda y Susana llevaron a Constantino, Benedicto, Francesca e Isabella a un parque de diversiones. Allí, los niños las obligaron a superar sus miedos y subirse a diferentes juegos.

“Estuvo re aburrido, ¿vamos a ir a uno más veloz?”, preguntó Benedicto al bajarse de unos barquitos que se elevaban despacio por el aire. “La montañita”, acotaba su hermana Isabella, pidiendo ir a una montaña rusa.

Las pruebas de adrenalina fueron en progreso: primero las sillas voladoras y después la tan esperada montaña rusa. Para finalizar y descargar tensiones, las dos rubias dispararon con unas escopetas de aire comprimido en un juego de tiro al blanco.

Creo que nunca vi a París así, mirá lo que es esto”, vociferaba Susana mientras caminaban por las calles decoradas con estilo navideño. “¿Quién no puede amar a París? Todo es divino”, aseguraba. “La pasamos muy bien”, admitía Wanda al despedirse. “Te quiero y espero que tu felicidad sea eterna”, la saludaba la conductora, asegurándole que volvería a visitarla.