Will Smith pide perdón pero algo me choca en su disculpa

Cuatro meses. Es lo que ha necesitado Will Smith para “pensar mucho y hacer un trabajo personal” antes de enfrentarse a sus fans y al mundo tras la (ya) famosa bofetada a Chris Rock en la ceremonia de los Oscar. Lo hizo a través de un vídeo publicado en todas sus plataformas: YouTube, Instagram y Tik Tok (y porque no tiene cuenta de Twitter). Es decir, no hay forma de que no llegue a quien quiera escucharle.

A lo largo de casi 6 minutos pide perdón, se disculpa con Chris Rock y su familia, mientras admite que “no existe ninguna parte dentro de mí que piense que esa fue la manera correcta de comportarme en ese momento”. Sin embargo, aunque Will Smith hace un ejercicio de honestidad admirable, transmitiéndonos su arrepentimiento y dolor con esa manera tan genuina y emotiva a la que siempre nos tuvo acostumbrados, hay algo que no logro pasar desapercibido.

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Mi comportamiento fue inaceptable y estoy aquí para cuando estés preparado hablemos” le dice a Chris Rock mirando directamente a la cámara dado que el cómico le dijo que todavía no era el momento. “No estaba pensando en cuánta gente estaba lastimado” añade, para entonces extender su disculpa a los padres del cómico, su propia esposa Jada Pinkett Smith y sus hijos, además de todos los nominados y académicos que votaron para darle la estatuilla por su trabajo en El método Williams. Un premio que recibió subiendo al escenario minutos después de dejar al mundo boquiabierto con la bofetada espontánea a Chris Rock, después de que éste hiciera una broma de mal gusto por la calvicie que padece Jada. Según el cómico, no sabía que la actriz sufre alopecia. “Me rompe el corazón haberles robado y arruinado ese momento” dice al resto de nominados que lo acompañaban en la ceremonia. “Decir lo siento no es suficiente”.

Odio decepcionar a la gente” le dice a sus fans y a toda esa gente que decepcionó, dañando “la impresión que tenían de mí”. Asegura sentirse “profundamente arrepentido” pero que está intentando no sentirse avergonzado al mismo tiempo.

En resumen, el actor de 53 años despliega un discurso de total honestidad y remordimiento, diferenciando entre su humanidad y el estrellato, convenciéndonos de su arrepentimiento y concienciación del efecto erróneo que tuvo aquella reacción tan polémica.Soy humano. Cometí un error y estoy intentando no verme como un pedazo de mierda. Les diría que sé que fue confuso e impactante, pero les prometo que estoy profundamente comprometido con poner luz, amor y alegría en el mundo”.

“Si me aguantan prometo que volveremos a ser amigos” concluye como una promesa a futuro. Un símbolo de complicidad con el público y la industria, pidiendo que aceptemos sus disculpas y pasemos página a su lado. Personalmente me parece perfecto. Will Smith es un actor que se ganó el cariño del público como pocos, es humano y tiene todo el derecho de recibir otra oportunidad por parte de todos. Tiene grandes proyectos en nevera, como Emancipación para Apple TV+ que según las conversaciones de pasillo era su gran apuesta para los próximos Oscar. Un thriller de acción, basado en una historia real, sobre un esclavo que huye de cazadores a sangre fría mientras se abre camino por los pantanos de Luisiana para llegar a unirse al Ejército de la Unión. Y como dice el refrán, rectificar es de sabios.

Will Smith acepta el premio a mejor actor por El método Williams durante la 94 ceremonia de los Premios de la Academia en el Dolby Theatre el 27 de marzo de 2022. (Myung Chun / Los Angeles Times via Getty Images)
Will Smith acepta el premio a mejor actor por El método Williams durante la 94 ceremonia de los Premios de la Academia en el Dolby Theatre el 27 de marzo de 2022. (Myung Chun / Los Angeles Times via Getty Images)

No obstante, por más que vea el vídeo varias veces, hay un detalle que me saca de contexto. Y es el esfuerzo evidente por hacer una campaña visual que acompañe su imagen arrepentida. Por ejemplo, ni bien entra a la habitación se ve claramente un cuadro en la pared con la frase “The world is sick. Love is the cure”, que se traduciría como “El mundo está enfermo. E amor es la cura”. Es decir, como si Will Smith viviera rodeado de cuadros con mensajes inspiracionales para vivir esparciendo amor. Quizás lo hace, él mismo tiene frases inspiracionales preciosas en su libro, pero que sea lo primero que vemos en el primer plano de su primera aparición pública desde la bofetada me genera cierto escepticismo.

Luego vemos fotos familiares alrededor, no son muy nítidas ni se puede ver de quien se trata, pero ahí están, dando una imagen familiar y cercana. Luego está el añadido comercial. No solo lleva una gorra con la 'W’ de su nombre, sino que a su lado tiene una botella de JUST Water, la marca de agua ecológica que fundó con su hijo Jaden envasada en botellas hecha con un 82% de recursos renovables. Una empresa que en 2019 llegó a estar valorada en casi 100 millones de dólares.

A su alrededor vemos decenas de libros, no se puede ver claramente de qué títulos se trata, pero nos transmite la idea de estar ante un actor serio y culto. Algo que sentencian con los dos libros que sí se pueden ver sobre la mesa. Uno de ellos es ‘El Anatsui’, un libro que según la descripción oficial repasa el trabajo de un artista africano de tapices brillantes hechos con tapas de botellas de licor. El libro explora temas como la pérdida, el caos y la decadencia plasmados en los tapices. El otro libro es ‘Spirits in stone’, un estudio sobre paisajes ceremoniales de piedra megalítica por el noreste americano, el simbolismo detrás, la arqueología, etc. Es decir, títulos que nos transmiten la sensación de estar ante un hombre cultivado, interesado en temáticas relacionadas con el mundo y el humanismo, el arte, el simbolismo y la historia.

Ambos libros enseguida me recuerdan a ese Will Smith que contó haber experimentado con ayahuasca durante su búsqueda personal. Ese actor que volcó todos sus pensamientos y anécdotas al mundo hasta cansarnos de tantas declaraciones, pero que logró acercarse aun más a su público.

Podemos comprender que Will necesitaba hacer una campaña de ‘control de daños’ para comenzar a pasar página ante el público y la industria, pero ¿era realmente necesario decorar el vídeo con tantos detalles que lo humanizaran más? En mi caso tantos detalles me sacaron de contexto cuando creo que el actor hace un ejercicio de humildad y arrepentimiento genuino que no necesitaba de tanta atencón al detalle. Cosas de Hollywood.

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