Cuando los Windsor y los Beckham se necesitaban, pero no lo sabían

David y Victoria Beckham con Carlos III en el año 200
(Getty Images)

David y Victoria Beckham están celebrando sus 25 años de matrimonio demostrando que son un fenómeno social que forma parte de un imaginario colectivo global y que, por sí solos, son capaces de marcar la agenda y de ponerse de actualidad siempre que quieran. La foto del matrimonio conlos icónicos diseños violetas que eligieron para casarse en 1999 hadado la vuelta al mundo. Esa foto habla de otro tiempo, uno en el que la pareja “jugaba” con la iconografía propia de la realeza.  Su residencia se conocía como el Palacio de ‘Beckingham’ y su enlace emuló una boda real, tan kitsch que marcó un estilo propio. Castillo, tiara, joyas de un tamaño comparable con las de la Corona y unos tronos que, al parecer, no gustaron nada a Isabel II y al duque de Edimburgo. Entonces los Windsor no sabían que esa boda solo era el comienzo de una transformación que convertiría a David y a Victoria Beckham en un equipo con el que conviene aliarse, incluso si eres de la realeza británica.

David y Victoria Beckham celebrando su 25 aniversario de boda
(Victoria Beckham)

El primero en darse cuenta de que rodearse de las Spice Girls era una buena maniobra de imagen fue Carlos III, entonces era príncipe de Gales, su reputación estaba tocada tras la muerte de Diana de Gales y era evidente que eso le ayudaría a acercarse a otros sectores de la población sin salirse de la quinta esencia de lo británico. Así se fraguó un viaje a Sudáfrica en el que el príncipe Carlos y su hijo Harry se encontraron con las Spice Girls y con Nelson Mandela en una misma foto. Era 1997, el mismo año en el que comenzaba la relación entre la “spice pija” y un jugador del Manchester United y la selección inglesa, Posh y Becks, un delirio británico exportable a todo el mundo. Entonces eran jóvenes, ricos, guapos, exitosos, pero definitivamente no eran de la realeza.

Carlos III, entonces príncipe de Gales, con las Spice Girls en el  Manchester Opera House para una Gala Real de la fundación del propio príncipe
Carlos III, entonces príncipe de Gales, con las Spice Girls en el Manchester Opera House para una Gala Real de la fundación del propio príncipe (Pool/Tim Graham Picture Library)
Isabel II saluda a Victoria Beckham en diciembre de 1997
Isabel II saluda a Victoria Beckham en diciembre de 1997 (Getty Images)

El año siguiente estuvo marcado por el amargo episodio del Mundial de 1998, cuando David Bekcham fue expulsado en un partido de la selección británica ante Argentina y tanto él, como los suyos, fueron víctimas de un acoso salvaje con la pasión que solo el futbol despierta. El futbolista fue muy castigado y se refugió en su familia, en la suya propia, en la de origen humilde de un suburbio del Este de Londres, y en la que pronto formaría él mismo con la cantante, ya que el primer hijo de la pareja, Brooklyn, nació en marzo de 1999, cuatro meses antes de la gran boda.

De la otra boda real a los comentados tronos

Ese 4 de julio de 1999 todo fue a lo grande: se calcula que se pagó una exclusiva de un millón de libras y que la boda costó aproximadamente lo mismo. “Este fue un evento publicitario mundial y sabíamos que el interés era similar al que rodea a una boda real”, contó en su momento a The Sun el publicista de las Spice Girls, Alan Edwards. Lo que no dijo, pero, fue evidente, es que la boda de los Beckham generó mucho más interés que la boda real de ese año, la que celebró días antes el hijo pequeño de Isabel II, el príncipe Eduardo, con la, también relaciones públicas, Sophie Rhys-Jones.

Victoria y David Beckham
(@victoriabeckham)

Entre los muchos detalles con los que los Beckham fueron más allá de una boda real, estaban los tronos nupciales, de terciopelo y oro, el “más es más” que también figura en las fotos que han compartido con motivo de su aniversario. Sobre esta detalle circula la leyenda de que el príncipe Felipe, el marido de Isabel II, contó a un amigo que ese fue el motivo por el que él se negó a sentarse en los tronos que habían dispuesto durante el Jubileo de Diamantes de Isabel II que se celebró en el año 2012. Nunca se ha confirmado que ese comentario, que por otro lado es propio de un hombre con el ingenio y la mordacidad que tenía el duque, pero sirve para hacerse una idea de como la imagen de los Bekcham en el trono caló hasta el día de hoy.

Durante el Jubileo de Diamante de Isabel II, celebrado en junio de 2012, la reina Isabel II y el duque de Edimburgo no ocuparon los tronos que se habían dispuesto para ellos
Durante el Jubileo de Diamante de Isabel II, celebrado en junio de 2012, la reina Isabel II y el duque de Edimburgo no ocuparon los tronos que se habían dispuesto para ellos (Getty Images)
Victoria Beckham ha compartido recuerdos de los tronos nupciales que tanto dieron que hablar
Victoria Beckham ha compartido recuerdos de los tronos nupciales que tanto dieron que hablar (Victoria Beckham)

Este no sería el único icono real del que se apropiaron los Beckham, ya que, según el citado publicista, el aluvión de felicitaciones que los fans querían hacer llegar a la pareja de moda terminaron por error del servicio postal en la residencia oficial de la soberana británica y no en la casa de la pareja: “Recibimos una queja del Palacio de Buckingham diciendo que seguían recibiendo cartas dirigidas a David y Victoria en el 'Palacio de Beckingham'”.

Un espaldarazo para el villano nacional

Aún así, como capitán de la selección, en el año 2003 David Beckham fue distinguido con la Orden del Imperio Británico, su imagen comenzaba a cambiar, ya no era el villano nacional del 98, había sido tocado por la espada de la realeza y eso simbolizó una forma de hacer las paces con los británicos. Sin embargo, todavía no se podía hablar de relación estrecha entre las dos familias, pero el tiempo, el legado de Diana de Gales y el poder del fútbol cambiaron las cosas. Hay que recordar que fue la princesa Diana la que pensó que para sus hijos, los príncipes Guillermo y Harry, resultaría interesante aficionarse a un deporte que les conectara con el pueblo y ese, no era el polo, era el fútbol.

Como capitán de la selección, David Bekcham, participa en los Juegos de la Commonwealth en el año 2005
Como capitán de la selección, David Bekcham, participa en los Juegos de la Commonwealth en el año 2005 (Getty Images)

Así llegamos al año 2010, entonces David Beckham jugaba en Los Ángeles y los príncipes Guillermo y Harry vieron en él a un aliado para reunirse con la FIFA y convertir al Reino Unido en anfitrión de la Copa del Mundo. Ese proyecto estrechó la relación entre el futbolista y el nieto de Isabel II, que al año siguiente le invitó a su boda, esta real de verdad, con Kate Middleton.

La curiosa imagen de David y Victoria Beckham para celebrar en el año 2003 que el futbolista había recibido la Orden del Imperio Británico por decisión de Isabel II
La curiosa imagen de David y Victoria Beckham para celebrar en el año 2003 que el futbolista había recibido la Orden del Imperio Británico por decisión de Isabel II (Getty Images)
David Beckham con lo príncipes Guillermo y Harry en una recepción de la FIFA en Sudáfrica en el año 2010
David Beckham con lo príncipes Guillermo y Harry en una recepción de la FIFA en Sudáfrica en el año 2010 (Getty Images)
David y Victoria Beckham a su llegada a la boda real del príncipe Guillermo con Kate Middleton en la Abadía de Westminster en abril de 2011
David y Victoria Beckham a su llegada a la boda real del príncipe Guillermo con Kate Middleton en la Abadía de Westminster en abril de 2011 (Getty Images)

“Tuve que pellizcarme cuando recibí la invitación”, dijo David Beckham, que  protagonizó una de las anécdotas del día llevando su distinción de caballero en la solapa equivocada. Ese día su figura adquirió una nueva dimensión: futbolistas británicos de éxito hay muchos, pero no todos se sientan a la mesa con la realeza.

La boda de los príncipes de Gales fue solo el principio, los Beckham también fueron invitados a la boda de Harry y Meghan, Harper celebró su cumpleaños en el interior de Buckingham, David Beckham ha hecho de anfitrión de algunos compromisos relacionados con la juventud y la Commowealth, y ha acudido a apoyar muchas iniciativas de los Windsor, entre ellos el Premio Earthshot, un proyecto personal que llevó al príncipe Guillermo a los Estados Unidos. Durante el nuevo reinado, Carlos III ha estrechado todavía más la relación con David Beckham: lo ha nombrado embajador de su organización benéfica y al que invita a su residencia campestre de Highgrove para intercambiar consejos sobre abejas, ya que desde hace un tiempo las aficiones del futbolista se parecen cada vez más a las que un día tuvo el príncipe de Gales, entre ellas la apicultura.

Los príncipes de Gales con David Beckham en la ceremonia de los Earthshot Prize del año 2022 en Boston, Massachusetts. Los galardones son una iniciativa del propio príncipe de Guillermo relacionada con la protección del medio ambiente
Los príncipes de Gales con David Beckham en la ceremonia de los Earthshot Prize del año 2022 en Boston, Massachusetts. Los galardones son una iniciativa del propio príncipe de Guillermo relacionada con la protección del medio ambiente (Getty Images)
David Beckham, nombrado embajador de la fundación del rey Carlos III, charla con él en Highgrove Garden
David Beckham, nombrado embajador de la fundación del rey Carlos III, charla con él en Highgrove Garden (David Beckham)

Veinticinco años después de esa boda, que no fue real pero sí hizo historia, se puede decir que la relación entre los Beckham y los Windsor ha sido fructífera para ambos, se han retroalimentado y se han apoyado en su promoción del Reino Unido, aunque no sea de forma oficial. Esta misma semana lo hemos visto durante la primera jornada del Campeonato de Wimbledon, ha falta de Windsor, otro británico conocido en todo el mundo y con el título de "Sir" ha ocupado la primera fila: exactamente los mismos asientos que ocuparía un miembro de la realeza británica: los centrales del Palco Real. Su presencia fue celebrada y así, también los medios no deportivos, volvieron la vista la  pista de Londres.