Wonka, de Paul King, ya tiene calificación de la crítica

El producto final es una película familiar entretenida y adictiva. Si bien se puede argumentar que algunas de las entrañas han sido arrancadas del material original (sería injusto compararlo con el original), Wonka es una delicia encantadora, efervescente y disfrutable. Si bien los realizadores pueden ponerlo deliciosamente grueso, incluidos los efectos especiales cargados de la película y un tercer acto que puede rayar en la empalagosa, el giro moderno de Wonka podría ser potencialmente un nuevo clásico navideño para los fanáticos del cine convencional.

Para Willy, el chocolate no es un simple dulce. Es una religión, algo que te elevará y cambiará tu día, tu estado de ánimo, tu vida. Y esa creencia se encarna en la actuación delirantemente contagiosa de Chalamet. Es un truco interpretar a alguien tan entusiasta, inocente y ansioso y hacerlo magnéticamente encantador, y Chalamet tiene el carisma de estrella para lograrlo.

El director Paul King aporta la misma dulzura cómica que sus aclamadas películas de Paddington, pero este musical encantador, a menudo divertido, reside en su propia esfera descarada y generosa, a pesar de tener que cumplir con las reglas que rigen todas las franquicias potenciales, que tratan la valiosa propiedad intelectual con más cariño que uno de los preciados dulces de Wonka.

...en manos de los nuevos reyes de la comedia del cine británico, el escritor Simon Farnaby y el escritor y director Paul King (que ya han hecho su magia en Paddington), este pre-Wonka es un absoluto placer navideño; es espectacular, imaginativo, dulce y divertido (...) Chalamet es gracioso y travieso, poco mundano y poseedor de una inocencia y un encanto paddingtonianos (y una agradable voz para cantar) sin ser insoportable.

...en general, Wonka parece estar esforzándose al máximo para ser el mejor entretenimiento familiar posible en los cines esta Navidad. Incluye de todo. Pero lo que no tiene es un argumento fuerte y apasionante para generar impulso y elevar el pulso. No te convence de que alguna vez fuera necesario contar la historia de fondo de Willy.

Wonka es una celebración de los creadores de música y los soñadores de sueños, una gran película musical que utiliza el mundo de Roald Dahl con la suficiente prudencia para evitar cualquier golpe serio al autor o al legado de Gene Wilder. La interpretación de Timothée Chalamet de Willy Wonka es más exitosa en su seriedad, y Chalamet le da vida al personaje con un abandono alegre que lo hace fácil de apoyar, junto con un elenco de apoyo enérgico que termina llevando el estandarte de la rareza de Wonka más que el mismo Wonka. Los números musicales encantadores y bien organizados le dan a la película suficiente identidad propia para que sea digna de probarla...

Más atrevida por su música que por su historia, “Wonka” funciona como un dulce satisfactorio e inofensivo.

...la incapacidad de Wonka para imitar a su predecesor no parece un fracaso si se considera esto: no es tanto una precuela de Willy Wonka y la fábrica de chocolate como una pieza complementaria de las dos películas de Paddington del director Paul King. Al igual que esas gentiles y ursinas escapadas, estrenadas en 2014 y 2017, respectivamente, Wonka es magia cinematográfica pasada de moda en grandes dimensiones. Suscita ingenio, calidez y los queridos recuerdos de los clásicos del pasado: aquí hay una gran porción de Mary Poppins, un poco de Matilda, algo de Oliver! y, luego, inesperadamente, una pizca de Los Miserables.

Entonces… la gran pregunta de Chalamet. ¿Porta bien el sombrero de copa de Wonka? Mucho mejor que Johnny Depp y más cercano al adorable original de Gene Wilder. De hecho, el joven de 27 años lo hace increíble con su misteriosa presencia sigilosa en la pantalla (...) La trama es lo suficientemente delgada como para garabatear en la parte posterior de un envoltorio de caramelo. Pero son los personajes tremendamente entrañables (incluso si solo tienen una línea recurrente) y el guión estremecedor los que hacen que esto avance como una liebre con un alto nivel de azúcar.

Wonka no es una película terrible, pero tampoco es especialmente memorable. Tiene estilo y el peinado, el maquillaje, el vestuario y el diseño de producción son excelentes. Realmente aparecen de una escena a otra y le dan al mundo de Willy Wonka un estilo visual y una sensación de magia que de otro modo faltaría en el guión de la película. Los momentos musicales ayudan a darle vida a la película, pero las historias son algo torpes y carentes de profundidad. Y si bien es una película que no nos exige demasiado como espectadores, Wonka está atrapada entre ser estrafalaria y sentimental sin aceptar plenamente ninguna de las dos.