El yoga y la meditación como alternativa a los castigos tradicionales en las escuelas

Cada vez más colegios incluyen yoga y meditación.
Cada vez más colegios incluyen yoga y meditación.

La etiqueta de ‘alternativo’ o ‘alternativa’ atrae y desagrada a partes iguales. Pasa con la medicina, con la música, con los planteamientos, con el turismo, con el cine y con la vida en general. Por supuesto, los métodos de ‘disciplina alternativa’ en los colegios no se librará del escrutinio al que se suele someter aquello que se salga de lo convencional.

Algunas escuelas están sustituyendo los castigos por otros formas menos severas a la hora de educar a sus alumnos. Esta tendencia desarrollada en algunos centros de Estados Unidos, Reino Unido y otros países propone el yoga y la meditación como bálsamo para aquellos pequeños problemáticos. Encuentran en estas actividades la solución y la mejor manera de reprender sus actos. Ante tal novedad, no cabe más que preguntarse si este método es fruto de la necedad o si realmente impacta de manera positiva a la hora de disciplinar a los más pequeños.

La inteligencia emocional está en alza en una sociedad en la que históricamente - e incluso en la actualidad - se vive en constante desconexión con ciertas emociones. La expresión de la sensibilidad suele estar reprimida porque así nos lo han enseñado, porque es lo correcto. Aprendemos a poner filtros y los ponemos. Las nuevas tendencias pretenden lo contrario, concienciar más y valorar la empatía entre personas, la conexión humana, este tipo de inteligencia a la que apenas se le ha prestado atención y que ha quedado relegada al final de la escala de valores.

Esta nueva tendencia educativa pretende ir directamente a la raíz del problema en lugar de enfocarse en el castigo de los niños más problemáticos. Eso es precisamente lo que hace una escuela de Denver, Doull Elementary, donde aquellos que se porten mal de manera repetida, están obligados a asistir a la ‘habitación del sosiego’ y luego a clase de yoga como actividad extraescolar. La prioridad en este colegio es prestar atención al bienestar social y emocional de una manera poco tradicional, por eso, la pregunta clave que se hacen los educadores de este centro es: ¿Cuáles son las razones detrás de la desobediencia?

Yoga en una escuela de discapacitados en India. (SAM PANTHAKY/AFP via Getty Images)
Yoga en una escuela de discapacitados en India. (SAM PANTHAKY/AFP via Getty Images)

La ‘habitación del sosiego’ es el primer paso después de este orden de factores de disciplina alternativa. Se trata de un espacio en el que se cuidan aspectos como la iluminación, la decoración y los olores, entre otros, al que el niño acude tras un comportamiento inadecuado. Allí se somete a unos ejercicios de respiración y habla con algún educador sobre aquello que le está molestando. Esta especie de meditación suele ser el paso previo a las clases de yoga, una actividad que según el director de Doull Elementary, Jo Carrigan, cada vez atrae a más estudiantes que ni siquiera se han portado mal.

Este colegio no es el único que ha llevado este tipo de prácticas a sus aulas. En Baltimore, otra escuela, Robert W. Coleman, cuenta con programas de meditación para sus alumnos.

“Es increíble”, afirmó el coordinador del programa, Kirk Philips, “nunca pensarías que los niños más pequeños serían capaces de meditar en silencio, pero lo hacen”, agregó en la publicación Upworthy.

Precisamente, este colegio que lleva al menos cinco años apostando por esta manera de hacer las cosas sirvió de inspiración para otros muchos que han optado por probar las técnicas disciplinarias alternativas que han tanto cautivado a un número importante de padres. Según una encuesta realizada por Gallup en EEUU antes de mayo de 2019, un 54 por ciento de los adultos consultados destacaron que los profesores “no están preparados” o están “muy mal preparados” en lo que a lidiar con la disciplina se refiere. En este test con posibilidad de contestar a múltiples respuestas, un 90 por ciento de los consultados apuntó que verían con buenos ojos la aplicación de técnicas positivas en lugar de castigos severos en los colegios; un 86 por ciento abogó porque su aplicación fuera obligatoria y un 55 por ciento contestó que las prácticas disciplinarias eran la opción más efectiva.

Varios niños practican yoga. (SAM PANTHAKY/AFP via Getty Images)
Varios niños practican yoga. (SAM PANTHAKY/AFP via Getty Images)

Ante la opinión de los padres, los estudios son de los más variados. En el realizado en 2018 por la Escuela Contemporánea de Psicología en un colegio de población afroamericana de nivel adquisitivo bajo, no se demostró que los métodos disciplinarios alternativos fueran más eficaces que las reprimendas convencionales, sin embargo los niños respondieron de manera más positiva cuando se sometieron a técnicas de respiración. Los participantes contestaron que esas prácticas novedosas les hacían sentir mejor. En ellas aprendían a frenar la ira a través de las respiraciones profundas, de la observación de su cuerpo y de abordar el conflicto de manera positiva.

Sin embargo, otro estudio piloto realizado durante el mismo año, demostró que los niños que sufren estrés suelen tener un comportamiento negativo en la escuela y que el aprendizaje de concienciación al que los participantes fueron sometidos hizo que disminuyera considerablemente el número de veces que los alumnos eran reprendidos en la clase por una actitud negativa. Este estudio recomendó en su abstracto que era necesario realizar investigaciones con más casos para que estos resultados fueran válidos.

Aún queda mucho por conocer antes de que se pueda demostrar a ciencia cierta que el yoga, la meditación y el control de las emociones son más efectivos a los castigos que durante siglos han reinado en los colegios. Aun así, cada vez son más los educadores que abogan por este tipo de prácticas que nacen y se desarrollan en el positivismo y que siguen encontrando una gran oposición por los más escépticos.

Más historias que te pueden interesar: