El Zorro: cómo son los “capítulos perdidos” de la serie que nunca se vieron en la Argentina
Se cuentan con los dedos de una mano las series que han permanecido inalterables al paso del tiempo, tanto en su construcción dramática como en el entusiasmo de la audiencia hacia ellas. Y de todas, El Zorro ha sido la que mejor ha sobrevivido.
Próxima a cumplir 65 años (se estrenó en Estados Unidos el 10 de octubre de 1957), la historia del justiciero enmascarado protagonizada por Guy Williams volvió a los mediodías de eltrece a partir de este mes, y nuevamente congregó a sus incondicionales de ayer y de hoy, que la ubican diariamente entre las propuestas más vistas del segmento. Ni el agregado del color en la década del 90, ni las anteriores o sucesivas adaptaciones del personaje pudieron con ella: Zorro hay uno solo y es este .
Sin embargo, incluso aquellos que son capaces de recitar los diálogos de memoria, conocen los planes del Águila o vieron cómo Alejandro de la Vega descubría la identidad secreta de su hijo, pueden no saber que existen un puñado de capítulos que nunca se vieron en nuestro país, las últimas aventuras del Zorro .
Una serie que fue un éxito, y también un dolor de cabeza
Para entender el porqué de semejante curiosidad es necesario un poco de contexto. La serie del Zorro fue la gran apuesta televisiva de Walt Disney para mediados de los años 50. A primera vista sonaba arriesgada, porque si bien el personaje había nacido de la pluma del periodista y escritor Johnston McCulley en 1919, su vida editorial había sido corta. Un libro que recopiló aquellos primeros relatos le dio algo de oxígeno, y el estreno en 1920 de la película La marca del Zorro, escrita y protagonizada por Douglas Fairbanks, le dio el espaldarazo definitivo. Recién dos décadas después, Tyrone Power lo devolvería al cine en un film que se convirtió en símbolo de su época.
Walt Disney -entusiasta del personaje y especialmente de esta última película- supervisó personalmente la primera adaptación televisiva que se haría del Zorro. Casting, decorados, guiones, todo pasó por sus manos. Su idea era recrear el estilo aventurero de la historia con impronta cinematográfica, y sin reparar en gastos. Incluso llegó a crear un fondo de inversión que sería el puntapié inicial para el nacimiento de Disneylandia. Todo gracias al Zorro. Aunque en un primer momento parecía un emprendimiento imposible de llevar adelante, la aparición como socio de la cadena ABC modificó el panorama .
Entre 1957 y 1959 se filmaron 78 episodios, que se dividieron en dos temporadas (las que se emiten habitualmente) dirigidos al público infantil, pero con la impronta necesaria para seducir también a los padres.
El problema fueron los costos. Entre exteriores, equipo y actores, cada capítulo del programa le agregaba varios ceros al presupuesto de uno convencional, y si bien la repercusión era excelente, los números no cerraban. La solución fue el merchandising, conforme avanzaban los episodios, los negocios se llenaban de productos con la “Z” en su packaging. Los sponsors tampoco fueron un problema, mientras otras producciones hacían acopio de marcas, el espadachín tenía exclusividad con 7Up y General Motors. También los actores comenzaron a hacer presentaciones en vivo, algo que Guy Williams continuaría décadas después de colgar la capa, y lo traería a la Argentina, donde permaneció hasta su muerte.
Otro recurso fue aprovechar locaciones y grabar escenas para diferentes capítulos al mismo tiempo. Por eso es común que todos los personajes tengan la misma ropa: en una misma jornada se hacían para distintos episodios. Después era cuestión del director y los editores poner cada una en el lugar correspondiente.
Nunca estuvo en la cabeza de Walt Disney terminar la serie luego de la segunda temporada. De hecho el último capítulo está muy lejos de ser un epílogo, es apenas una aventura menor donde Bernardo es confundido con un ladrón de caminos y su amigo debe demostrar su inocencia.
El éxito sostenido derivó en una batalla legal entre ABC y Walt Disney por los porcentajes de ganancia, lo que frustró la realización de un nuevo grupo de episodios como estaba planeado. Pero Walt Disney tenía un as en la manga, y luego de un año decidió seguir adelante por su cuenta, con nuevas historias que se convertirían en los “capítulos perdidos” de la serie .
El Zorro cabalga de nuevo
La tercera temporada del Zorro, la que no fue coloreada ni se vio en Argentina, se estrenó en Estados Unidos a fines de octubre de 1960. A pesar de contar con el mismo espíritu que sus predecesoras, se realizaron algunos cambios de cara a la disputa legal en curso y la necesidad de Disney de probar cosas nuevas.
Ya no fueron capítulos de media hora, sino que cada historia duró 60 minutos. Tampoco estaba el icónico tema compuesto por Norman Foster y George Bruns, sino que era el propio Walt quien hacía la presentación : “Medio siglo antes de los días de la fiebre del oro, California era la tierra soleada de los hacendados españoles. En esa época romántica la vida era tranquila y refinada, pero era también un país sin ley. La debilidad de los representantes del orden en California favorecía la violencia y el vandalismo. La historia nos cuenta de un héroe legendario que vivía en esa época perturbada, un joven despreocupado y sonriente durante el día, pero que por las noches se ponía un antifaz y recorría los campos protegiendo a los oprimidos. Odiado y temido por sus adversarios, honrado y respetado por aquellos que defendía, era conocido como Zorro”.
El elenco principal volvió en su totalidad (Disney les había mantenido los contratos para asegurarse de tenerlos disponibles), pero se dieron algunos hechos curiosos, como actores que volvieron pero encarnando a personajes diferentes.
En la tercera entrega, titulada “La boda pospuesta”, la estrella invitada fue la actriz y cantante Annette Funicello. Llamó la atención su participación, puesto que había quedado muy identificada con el papel de Anita Campillo, una chica que busca a su padre, en uno de los capítulos más recordados de la segunda temporada.
Algo parecido sucedió con la actriz Suzanne Lloyd, de importante participación en el pasado en el rol de Raquel Toledano, la traicionera esposa del comandante del pueblo. En el cuarto y último episodio de esta corta temporada, la estrella regresa pero interpretando a otra mujer, que nada tiene que ver con aquella.
Lo que sí se mantuvo, e incluso se potenció, fue la presencia de estrellas invitadas. En el capítulo doble que dio inicio a la temporada, el antagonista del Zorro es Gilbert Roland, actor nacido en México que fue uno de los primeros latinoamericanos en conquistar Hollywood. Mientras que en el último episodio, es Ricardo Montalban la némesis de Diego de la Vega.
Aunque estaba pautado que se realizaran más entregas, Disney no encontró en la platea la misma repercusión que en el pasado y decidió concluir la saga para siempre . Esta vez la historia del Zorro sí tuvo una conclusión, que si bien no estuvo a la altura de su historia, alcanzó para poner en jaque su identidad secreta y su futuro de justiciero, cuando un viejo rival de los tiempos de Diego en España (Montalbán) llega a California y decide contarle a todos quién es en realidad el enmascarado. Hay suspenso, duelos, y el humor que caracterizó a la historia en sus diferentes encarnaciones.
Mientras se habla de que Robert Rodríguez prepara una actualización del personaje con una mujer como protagonista (algo que ya hizo en los 60 el cine mexicano con producciones como Las hijas del Zorro o Las invencibles, disponibles en Amazon Prime Video), Guy Williams monta cada mediodía a Tornado, para demostrar que la épica aventurera no tiene tiempo, ni edad.