Ámbar La Fox: el amor que la llevó por el mundo, la libertad que regía su vida y el temprano final de su estrella

Ámbar La Fox: el amor que la llevó por el mundo, la libertad que regía su vida y el temprano final de su estrella
Ámbar La Fox: el amor que la llevó por el mundo, la libertad que regía su vida y el temprano final de su estrella

Se llamaba Amanda Lafausse y cuando decidió que iba a probarse artista pensó que necesitaba un nombre atractivo, que todos pudieran recordar fácilmente. Y eligió ser Ámbar, como su perfume favorito, y usar su apellido, pero escribiéndolo como se pronunciaba en francés, y con un toque de distinción. Ámbar La Fox nació en Buenos Aires, 10 de febrero de 1935 y murió joven, a los 58 años, el 8 de diciembre de 1993. Un tiempo antes se había contagiado de VIH en un consultorio odontológico y muy pronto desarrolló un cáncer de pulmón que la llevó a perder la vida. Vedette, actriz, bailarina, acróbata y cantante, se lució en la revista porteña y recorrió el mundo con su primer marido, el bailarín, coreógrafo y acróbata Alejandro Maurín.

La Fox y Maurín se conocieron en su adolescencia, en el club de Gimnasia y Esgrima, donde ella hacía patín sobre hielo. Fue amor a primera vista. Entre muchas cosas que tenían en común, la más fuerte era su afición por el arte y juntos entraron al mundo del teatro. Pronto tuvieron una buena oportunidad para trabajar en el exterior y no lo dudaron. Se casaron y viajaron a Europa, donde recorrieron escenarios de varios teatros en España, Francia, Austria . Dicen que Ámbar dejaba al público con la boca abierta cuando la veían bailar con esas largas piernas y cantar con dulzura.

La puesta de Chicago que protagonizó junto a Nélida Lobato fue un verdadero suceso en 1977
La puesta de Chicago que protagonizó junto a Nélida Lobato fue un verdadero suceso en 1977

Fue en Viena donde nació Reina Reech, la única hija de Ámbar, que a sus 18 años se nacionalizó argentina. La Fox trabajó hasta el octavo mes de embarazo. Hace algunos años la propia Reina contó que su mamá había visto La dama y el vagabundo y quedó encantada con la película; por eso, cuando supo que estaba embarazada se dijo que si tenía un varón se llamaría Golfo y si era nena, Reina. También dijo que el día que nació nevaba tanto que tardaron en llevarla al lado de su mamá, quien pensó había nacido muerta. “Le juraban que yo estaba en otro pabellón y que en cuanto bajara la nieve, me llevarían. Años después reviví eso haciendo rebirthing, una técnica que te puede permitir una regresión. Terminé como una bebé abrazada a una toalla, volviendo a mi propio nacimiento; fue una forma de volver a parirme”.

En teatro La Fox hizo El dolce veto, Boeing-Boeing, Los cohetes del Maipo, Locuras de primavera, Mi bella revista, Buenas noches Buenos Aires, Sexitante, Qué noche, El vicario, que fue prohibida en 1966, Risotadas de Olmedo y Porcel, La... la... la Inflación, Chicago, junto a Nélida Lobato, Sugar, con Susana Giménez y Ricardo Darín, Maipísimo, Buenos Aires versus París. Gipsy fue su último trabajo, en 1992.

Ámbar La Fox junto a Nélida Lobato en una foto promocional de Chicago
Ámbar La Fox junto a Nélida Lobato en una foto promocional de Chicago - Créditos: @Oscar Balducci / soyceciliarossetto.com

Tenía un cuerpo escultural y fue una de las vedettes más requeridas y aplaudidas de su época. Trabajó con Dringue Farías, Vicente Rubino, Rafael Carret, Alfredo Barbieri, Don Pelele, Juan Verdaguer, Joe Rigoli, Juan Carlos Calabró. Todos coincidían en que era la vedette más completa de su tiempo.

Era tan dedicada que ella misma cosía, bordaba, zurcía y reformaba los trajes que usaba sobre el escenario. Y Reech heredó eso: “Con mamá aprendí de tanto verla. Ella iba remodelando sus vestuarios y yo miraba cómo. Después desarrollé ese don haciendo el vestuario de Fax, convocada por mi exmarido (Nicolás Repetto). De mamá heredé eso, de papá la espiritualidad. ‘No le hagas a los demás lo que no te gusta que te hagan’, me decía siempre él. Esa es la base de todas las religiones que después yo estudié. Causa y efecto. De esa alquimia de esos dos seres, nací yo”.

Reech contó una anécdota que pinta a su mamá: “Cuando debuté en teatro, en Mar del Plata, tenía que grabar una canción. Mis padres estaban acompañándome en el estudio, del otro lado de la pecera. Yo no daba con la nota, desafinaba como un perro. Ella entró, agarró el micrófono y grabó en mi lugar. Debuté con su voz. Así era mi mamá ”. También reconoció que sufrió ser hija de artistas: “A la salida de la escuela escuchaba que algunos padres decían a sus hijos que no se juntaran con la hija de la artista. Me jodía que laburaba en bikini, pero fui igualmente libre que ella ”.

En televisión, La Fox se lució en ciclos como Historias de jóvenes, Telecómicos, El show de Antonio Prieto, Sábados circulares, Sábados gigantes, en Chile, The tonight show, en los Estados Unidos, Sábados de la bondad, Viernes de Pacheco, La baranda, Alta comedia, El mundo de Nélida Lobato, El chupete, Porcelandia, El gran Marrone, El show de Eber y Nélida Lobato, El tío Porcel y No toca botón. Trabajó mucho en Chile, en Lunes gala, Sabor latino, La gran noche, Nuestra hora, Noche de gigantes, Martes 13, El show de Gloria, y Sábado sensacional, en Venezuela, y El show de las estrellas, en Colombia. Su última aparición en televisión fue una participación en Zona de riesgo II. También impuso varios hits, entre ellos “Tanto control” y “Mami”.

Filmó Dr. Cándido Pérez, señoras, Cuidado con las colas, Buenas noches, Buenos Aires, Disloque en Mar del Plata, Las mujeres los prefieren tontos, Orden de matar y Villa Cariño está que arde, entre otras películas.

Ámbar La Fox junto a Luis Sandrini en Placeres conyugales, de 1964
Ámbar La Fox junto a Luis Sandrini en Placeres conyugales, de 1964

Ámbar La Fox tuvo dos matrimonios: su segundo marido fue el pianista y director de orquesta Bubby Lavecchia. “Cuando mis padres se separaron, a mis siete años, pasé a vivir un tiempo con mi abuela. Papá me visitaba todos los días, mamá menos, hasta que me llevó a vivir con su nueva pareja”, decía hace unos años Reina en una entrevista en La Once Diez.

Hace unos años, Reech contó en la mesa de Mirtha Legrand que la pareja de su madre intentó abusar de ella cuando tenía 13 años y recién pudo contarlo casi medio siglo después. “Buby Lavecchia me hizo pasar el momento más traumático de mi vida, me sentí sola, con un vacío inmenso que aún hoy me cuesta llenar. Mamá lo supo y en el primer momento se separó, pero después volvió con él, y él me enfrentó: ‘¿Cómo puede ser Reinita que digas esto de mí?’, decía. Por eso hice mucha terapia, no sólo psicoanalítica, también transpersonal”. Sin embargo, Reina no guarda rencores porque sabe que el amor es más fuerte, y pudo perdonar y sanar. “No quedó nada pendiente con mi mamá. No le gustaba que yo dijera lo que me había lastimado en la vida y trabajé mucho para limpiar lo que me dolía. Lo que nunca nos dejó de unir fue el amor por su arte. Su despedida fue dura, muy dolorosa y yo le cantaba un mantra budista, y ella me pedía que le rezara un Padrenuestro”.

Hoy muchos de los trajes y zapatos que usó Ámbar La Fox están expuestos en la escuela de comedia musical de Reina.