36 horas en Ciudad de Panamá, Panamá

La ciclovía que recorre la Calzada de Amador, una península artificial construida con roca procedente de la construcción del Canal de Panamá, y que conecta el continente con lo que una vez fue una serie de pequeñas islas, en Ciudad de Panamá, el 25 de marzo de 2023. (Tony Cenicola/The New York Times)
La ciclovía que recorre la Calzada de Amador, una península artificial construida con roca procedente de la construcción del Canal de Panamá, y que conecta el continente con lo que una vez fue una serie de pequeñas islas, en Ciudad de Panamá, el 25 de marzo de 2023. (Tony Cenicola/The New York Times)

La capital de Panamá (el pequeño país tropical que sirve de puente entre Norteamérica y Sudamérica), Ciudad de Panamá, en perpetuo florecimiento, ha sido objeto de lucha desde su fundación. La ciudad y centro comercial, famosa por la maravilla de ingeniería que es su canal, es una de las capitales cosmopolitas olvidadas del continente americano. Sus llamativos rascacielos y su ecléctico paisaje culinario, que incluye restaurantes de barrio, palacios de dim sum, bistrós franceses y supermercados kosher, reflejan el carácter internacional de la ciudad. En Ciudad de Panamá también podrás sentir la historia bajo tus pies. En el Museo del Canal, que celebra su 25 aniversario, hay una exposición permanente nueva sobre la ruta del país hacia la soberanía, incluida la entrega del Canal de Panamá a Estados Unidos en 1999, que proporciona a los visitantes el contexto necesario para este lugar que se las arregla para ser muy auténtico y, al mismo tiempo, tener un poco de todas partes.

ITINERARIO

Viernes

3 p. m. | Paseo marítimo

Comienza tu fin de semana como muchas familias panameñas, en la Calzada de Amador. Esta península artificial, construida con roca desenterrada durante la construcción del Canal de Panamá, conecta lo que una vez fue una serie de islas pequeñas. Desde Moses Bike Rentals (bicicletas, 4 dólares la hora), recorre la ciclopista de la calzada (con una escala para contemplar los enormes buques portacontenedores a la entrada del canal o a tomar una pipa fría, agua de coco helada) hasta el Centro Natural Punta Culebra (8 dólares adultos, 2 dólares niños). (La mayoría de las atracciones cobran entradas diferentes a ciudadanos y extranjeros). Este centro gestionado por el Instituto Smithsoniano, que además es una alternativa menos conocida que el cercano Biomuseo diseñado por Frank Gehry, ofrece hectáreas de bosque seco tropical donde los perezosos se recuestan en las ramas, las iguanas del tamaño de un niño vigilan las fuentes y los mapaches que comen cangrejos merodean. Las exposiciones interiores muestran morenas, anémonas fosforescentes y la famosa rana dorada de Panamá, muy venenosa.

4:30 p. m. | Haz una escala para ir de pesca

Un platillo de la Fonda Lo Que Hay en Ciudad de Panamá, el 24 de marzo de 2023. (Tony Cenicola/The New York Times)
Un platillo de la Fonda Lo Que Hay en Ciudad de Panamá, el 24 de marzo de 2023. (Tony Cenicola/The New York Times)

En la Isla Flamenco, a poca distancia del centro natural por la calzada, se encuentra la nueva ubicación del famoso restaurante de ceviche Capitán Bahía. El original, en el barrio de San Francisco, evoca las cevicherías del Mercado de Mariscos, el imprescindible mercado de pescado de la ciudad, con sus mostradores de cemento y sus precios asequibles. El local de Amador es un espacio más grande y elegante al que le falta parte del alma del primero, pero el menú es el mismo (aunque, por desgracia, los precios no). Si quieres picar algo ligero, pide el delicado ceviche de robalo (un pescado blanco parecido a la lubina) marinado con maracuyá (9 dólares) y una refrescante cerveza lager de coco y piña de la casa (5 dólares).

6:30 p. m. | Explora el Casco Viejo

Hace una generación, el Casco Viejo se consideraba una reliquia en ruinas. Pero en 1997, el distrito histórico, que es el asentamiento europeo más antiguo que se conserva en la costa pacífica de este continente, se convirtió en Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Desde entonces, muchas de sus llamativas estructuras se restauraron y, para bien o para mal, han renacido como hoteles boutique de propiedad extranjera y cafés de lujo. Camina con los ojos bien abiertos (y evita alguno que otro agujero en la acera), para deleitarte con la arquitectura colonial española, francesa y caribeña y los balcones cubiertos de plantas. Al atardecer, recorre el Paseo de las Bóvedas, un paseo marítimo amurallado en el que el canto de los pájaros compite con el tráfico urbano. Antes de cenar, pasa por el bar Mayda, dentro del Sofitel Legend, un hotel nuevo en un edificio de 1917 y antiguo club social que cuenta con un mural de azulejos pintados a mano del suelo al techo sobre el proyecto del Canal de Panamá.

8:30 p. m. | Come guacho de panza de cerdo

La Fonda Lo Que Hay, un restaurante seductor y siempre bullicioso en el Casco Viejo, dio un giro pandémico. A principios de 2020, el chef José Olmedo Carles acababa de ampliar su aclamado restaurante de menú fijo, Donde José. Cuando el negocio se vio asolado por la pandemia, lo reconstruyó y creó Lo Que Hay. Más informal que su predecesor, pero no menos ambicioso, la “fonda” (como llaman los panameños a los restaurantes baratos de carretera, aunque Carles dice que el nombre es más bien nostálgico) sirve platos para compartir, como la yuca tostada con carpaccio de atún (15 dólares), un guacho de panza de cerdo con piel crujiente (15 dólares) y dos excelentes piezas de pollo frito con sedoso puré de patatas y salsa (16 dólares) que evocan la larga presencia estadounidense en Panamá.

Sábado

8 a. m. | Sorbe lo excepcional

En Cangrejo, Mentiritas Blancas un acogedor café de especialidad de barrio que tuesta sus propios granos y es propiedad de un trío de hermanos que lo manejan como una sala donde todos son bienvenidos. Una pared está empapelada con notas que les han escrito los clientes, otra tiene ilustraciones de los pequeños caficultores con los que trabaja la cafetería. En las dos últimas décadas, los granos de café panameño Geisha (o Gesha) — una variedad originaria de Etiopía pero que prospera en el suelo volcánico de gran altitud de Panamá— han subido como la espuma en prestigio global y precio (el año pasado, medio kilogramo de un Geisha exclusivo y procesado como café de especialidad se vendió por una cifra histórica de 6034 dólares). Puedes desayunar en la cafetería y de salida comprarte una bolsa de café (incluido su Geisha, 35 dólares el medio kilo) en un florido empaque, un regalo de ensueño para un amigo amante del café.

9:30 a. m. | Viaja al pasado

Panamá Viejo, un sitio arqueológico situado al borde de un manglar, conserva los restos del primer asentamiento español en la ciudad de Panamá, fundada en 1519. La ciudad fue asaltada y destruida por el pirata Henry Morgan en 1671 y después se trasladó al Casco Viejo. Las 31 hectáreas de ruinas están ahora repletas de mangos caídos y enredaderas de banianos o higueras de Bengala, y las estructuras excavadas están marcadas con señales detalladas (boletos para adultos, 20 dólates, niños 3). El Museo de la Plaza Mayor (entrada incluida), que abrió sus puertas en 2017, también profundiza en la historia prehispánica del lugar y en los pueblos indígenas de la región, que empezaron a cultivar y pescar en las llanuras fangosas de la bahía de Panamá hace más de 1500 años. Sube al campanario de la catedral, de casi 30 metros de altura, para contemplar la ciudad desde el suroeste.

1 p. m. | Disfruta un largo almuerzo

No te sorprendas si el taxista parece confundido cuando le pidas que se detenga en Maito en el exuberante barrio de Coco del Mar. Desde la calle, el célebre restaurante parece un solar de grava rodeado de un matorral de bambú. Esa falta de pretensiones se extiende al interior, donde las familias se reúnen en el amplio patio para comer tranquilamente bajo un techo corrugado, con ventiladores zumbando despacio sobre la cabeza y sin un mantel blanco a la vista. Los atentos camareros llevan camisas de vestir negras y el menú degustación del chef Mario Castrellón (75 dólares) convierte los platos regionales de Panamá y el Caribe en piezas de museo. Dos platos destacados del menú a la carta: El “ceshimi” de pescado (una combinación de ceviche y sashimi), con finas láminas de corvina, cebolla roja y jalapeño (15 dólares), y los wontons dumplings de camarón con salsa de maracuyá (9 dólares).

4 p. m. | Olvídate de las chucherías

Porque nadie necesita más chucherías, ve a CACAO Bar Selection, una diminuta chocolatería y cafetería de San Francisco, para comprar recuerdos comestibles. La tienda ofrece cientos de chocolates multicolores del tamaño de un bocado, elaborados por la marca de chocolates artesanales Oro Moreno, con sabores centroamericanos como culantro (una hierba picante), coco y curry, y ají chombo, el chile afrutado que protagoniza la salsa picante de naranja en muchas mesas panameñas. Los chocolates se pueden comprar individualmente (2 dólares cada uno) o por cajas; los brillantes estuches de madera lacada “Fauna Panameña”, ilustrados con escenas de la selva, pueden costar desde 22 dólares.

6:30 p. m. | Sigue la vieja escuela

El Trapiche, un restaurante de estilo familiar, y ahora pequeña cadena, que sirve gastronomía panameña sin pretensiones, celebra su 40 aniversario este año. La sucursal de la Vía Argentina es la original, con sus encantadoras sillas de cuero desgastadas y sus mesas de fórmica como prueba de ello (una fotografía enmarcada del boxeador e hijo predilecto Roberto Durán también cuelga de la pared del restaurante). Una noche cualquiera, se pueden ver parejas de enamorados, estudiantes extranjeros y algún famoso panameño cenando a poca distancia unos de otros. El menú variado incluye un sustancioso emparedado en hojaldra, un pan frito panameño relleno de diferentes ingredientes (carnes criollas, plátanos fritos y frijoles negros, desde 5,50 dólares). Luego, de camino a Casco, haz una parada en Keene’s, una heladería artesanal muy apreciada en la zona por su surtido cambiante de sabores brillantes y tropicales.

10:30 p. m. | Ama la vida nocturna

Inicia la noche con una Coca-Cola o un café con leche en el Café Coca Cola en la Plaza Santa Ana, que —según el mito de su creación— ha atendido a revolucionarios, dictadores, actores de Hollywood y célebres poetas desde finales del siglo XIX. En las afueras del Casco, este restaurante histórico y su hermosa plaza vecina ofrecen una muestra de lo que solía ser el Casco Viejo. Camina dos manzanas hasta el bar y restaurante de la azotea del hostal Selina, Tacos La Neta, que se convierte en una fiesta por la noche, cuando los DJ ponen cumbia o remezclas de la cantante cubanoamericana Celia Cruz hasta las 2 de la mañana. Echar un vistazo a la vida nocturna de la ciudad vale el precio de la entrada (5 dólares), y hay rincones llenos de plantas en los que puedes disfrutar un trago y observar a la gente. Los fines de semana, a partir de las 9: 30 de la noche, se llena de gente esperando para entrar.

Domingo

9 a. m. | Prueba una cadena de café local

Aunque los panameños pueden referirse con orgullo a Café Unido como el “Starbucks de Panamá”, este mini imperio cafetero de rápido crecimiento muchas veces es mejor, y más interesante, de lo que sugiere la comparación. Con nueve cafeterías en Panamá y una nueva en el barrio Shaw de Washington, Unido es una de las pocas cadenas que se toma la comida tan en serio como el café. Su sándwich de desayuno —con un huevo estrellado, tocino, queso, guacamole y salsa búfalo (9 dólares)— es una opción generosa que acaba con la resaca. El local del Casco Viejo es un buen lugar para cenar y disfrutar de mimosas sin fondo (15 dólares) los domingos, o para disfrutar de una empanada de guayaba (1,25 dólares) y un espresso en un banco de la Plaza Herrera, a la vuelta de la esquina.

10:30 a. m. | Haz un recorrido artístico

La pequeña tienda rosa Pepto-Bismol Monsters + Rako parece una respuesta atrevida a los omnipresentes sombreros panameños y a la artesanía producida en masa que se vende a la vuelta de la esquina en la Avenida A del Casco. La tienda, que abrió en enero, vende el trabajo de un equipo de hermanos: Andrés (cuyo nombre artístico es Rako) y Estefanía (fundadora de la marca de diseño Monsters) Rivera. Los diseños del dúo, cálidos y llenos de humor, adornan la ecléctica mezcla de ropa, regalos, obras de arte y coloridos diarios y cuadernos de dibujo. Los pañuelos de seda de colores tropicales (22 dólares) llevan impresas las caricaturas de Monsters de iconos panameños —tucanes, ranas y vendedores de raspao de la plaza— y las impresiones de estilo pop art de Rako (desde 5 dólares, tamaño postal, hasta 500 dólares, enmarcados) tienen un trasfondo político que también se burla de vez en cuando de los enjambres de turistas del Casco.

Mediodía | Admira los textiles de ornato

Si pasas el tiempo en lugares donde los turistas suelen abrir sus carteras, te encontrarás con mujeres indígenas guna vendiendo mola, los impresionantes y ornamentados textiles que confeccionan utilizando el apliqué inverso (una técnica que consiste en coser y cortar capas de tela), cada uno de los cuales tarda un promedio de 60 horas en crearse. Inaugurado en 2019, el Museo de la Mola (gratuito, con visitas limitadas a 45 minutos) exhibe unas 200 de estas intrincadas piezas con fichas informativas que ofrecen contexto cultural e histórico. También cuenta con exposiciones interactivas que permiten a los visitantes intentar crear sus propios diseños y una caja de espejos inmersiva en la que el visitante puede permanecer de pie mientras los diseños de la mola se proyectan por todos lados. Y lo que es más importante, rinde homenaje a los guna, que en su mayoría viven en las remotas islas de San Blas, políticamente autónomas, respetando sus historias y su artesanía.

PARADAS CLAVE

La Calzada de Amador ofrece vistas de la ciudad y el canal. También cuenta con un sendero para encontrarse con la fauna en el Centro Natural Punta Culebra y refrescarse en Capitán Bahía.

El Museo de la Mola muestra el característico arte textil de los indígenas Guna, que incluye 200 coloridas aplicaciones de mola. También ofrece exposiciones interactivas y de inmersión.

Fonda Lo Que Hay sirve platos para compartir que celebran la cultura gastronómica internacional y bicostal de Panamá en un ambiente festivo y lleno de música.

DÓNDE COMER

Mentiritas Blancas, en el barrio de El Cangrejo, tiene café de especialidad tostado en el lugar que puedes disfrutar con un desayuno sustancioso y comprar como regalo.

Maito merece la pena en Coco del Mar, con un menú degustación de platos regionales con influencias históricas del país.

El Trapiche, en Vía Argentina, es toda una institución local que sirve abundantes y sabrosos platos panameños a precios asequibles.

Keene’s es un favorito de los helados de colores brillantes de inspiración tropical, con opciones veganas.

Café Unido, la cadena de cafeterías de la ciudad de Panamá, tiene excelentes sándwiches de desayuno y un completo menú matutino.

DÓNDE ALOJARSE

Hotel La Compañía, un nuevo hotel Hyatt en el Casco Viejo, situado en los terrenos bellamente restaurados de un antiguo convento jesuita, conserva la historia del barrio y cuenta con todas las comodidades que uno pueda desear. Los precios de las habitaciones dobles rondan los 300 dólares (los precios se indican en dólares estadounidenses, que se aceptan como moneda de curso legal junto al balboa).

Puede que el imponente InterContinental Miramar Panama no tenga el carácter de los hoteles boutique del Casco Viejo, pero su práctica ubicación en el centro de la ciudad (a poca distancia tanto de San Francisco como del casco histórico), sus extensas vistas al océano y su piscina tipo resort son difíciles de superar a este precio. Habitaciones dobles desde 165 dólares.

Hotel Casa Magnolia Inn, ubicado en una mansión colonial francesa restaurada, es un pequeño hotel y hostal en el corazón del Casco Viejo con habitaciones sencillas, pero limpias y cómodas. Puedes encontrar habitaciones dobles privadas con baño desde 80 dólares, y dormitorios compartidos de seis camas desde 16 dólares

c.2023 The New York Times Company