Tras 87 días de espera, es oficial el nombramiento de Gonzalo Demaría como director del Teatro Cervantes
A días de iniciarse la gestión de Javier Milei como presidente de la Nación, el empresario teatral Leo Cifelli, elegido como secretario de Cultura, confirmó a LA NACIÓN el nombramiento del prestigioso escritor, compositor y dramaturgo Gonzalo Demaría como director general del Teatro Nacional Cervantes. Habiéndose realizado tal anuncio a 11 días de asumir los nuevos habitantes de Balcarce 50, todo indicaba que el proceso de transición sería rápido. Pero los hechos indican lo contrario. Recién ayer, a 87 días del nuevo gobierno, la designación de Demaría apareció publicada en el Boletín Oficial como director del único teatro que depende del Estado nacional.
Hasta el momento, lo más cercano a una información oficial referida al Cervantes fue un posteo en la cuenta de Instagram de Cifelli de enero. En él se ve al productor de espectáculos comerciales posando en el escenario de la sala María Guerrero. La imagen la acompañó con el siguiente texto: “Historia, tradición y arte. En el escenario y en cada pasillo del Cervantes se respira cultura nacional”. En esa misma publicación hay otra imagen en la que se lo ve acompañado por Demaría, el nuevo director; y Cristian Scotton, su subdirector. Detalle: el responsable de Cultura no los nombró. Recién hoy en la página de la sala aparecen consignados sus apellidos y sus funciones. En medio de un mapa de incertidumbres por lo que está sucediendo en otros organismos de Cultura que dependen del gobierno nacional, puertas adentro de la sala ayer culminó la tensa espera cargada de temores de todo tipo. Por lo pronto, ya hay un interlocutor para saber los pasos por seguir.
El “detalle” en la demora en la publicación de los nombramientos no es un mero hecho burocrático. Si bien tanto Demaría como Scotton estuvieron yendo al teatro no estaban habilitados para firmar papeleos básicos para resolver problemas del orden de lo cotidiano (de la ruptura de un vidrio a una licencia) ni firmar los contratos de los dos elencos que están haciendo funciones: Potencia Gutiérrez, la reposición de esta obra escrita y dirigida por Maruja Bustamante con Miranda de la Serna y Viviana Saccone; ni de La Malinche, la obra de Cristina Escofet dirigida por Andrés Bazzalo en la que actúan Maia Mónaco, Ana Yovino y el músico Maximiliano Más. Esta situación tan irregular fue denunciada por la Asociación Argentina de Actores. “En el Teatro Nacional Cervantes hay compañeros y compañeras trabajando sin cobrar, y sin perspectivas de hacerlo a la brevedad. Dicha actitud vulnera un principio básico de seguridad jurídica. La resolución de dicha problemática depende de las autoridades de la secretaría de Cultura de la Nación”, señaló un comunicado fechado a fin de febrero.
Los dos títulos en cartel pertenecen a la gestión de Gladis Contreras y Jorge Dubatti, quienes habían asumido a mediados de noviembre de 2021. De la programación que ellos dejaron prevista para la temporada actual, el próximo título, que supuestamente ya contaba con presupuesto asignado, es Matar a un elefante, de Franco Verdoia. Según informan desde la oficina de prensa del Cervantes, actualmente se está regularizando la situación de los artistas y se está analizando la programación que dejó la gestión anterior. Lo que se sabe es que el montaje de Javier Dualte, que cuenta con un numeroso elenco encabezado por Paola Krum, como otra puesta de Rafael Spregelburd quedarán para el año próximo. Según fuentes del teatro, el mismo Cefelli se habría reunido con Dualte para explicarle que, por motivos económicos, esta producción queda postergada para la próxima temporada.
Antes de que se oficializara su designación en el Boletín Oficial, el viernes Demaría (quien durante todo este tiempo optó por guardar silencio a la espera de su nombramiento) partió a España para reunirse con gestores culturales del país y del ayuntamiento madrileño para intentar generar convenios de intercambio. Al parecer, él mismo se pagó su pasaje. Ante la consulta de LA NACIÓN, el prestigioso dramaturgo y director teatral anticipó alguno de los proyectos que se montarán en la histórica sala de Córdoba y Libertad: “Tendremos un espectáculo que recupera la música de un olvidado compositor afroargentino, Zenón Rolón, descendiente de esclavos formado en Florencia, y con su música, que mezcla la opereta europea con el candombe rioplatense, rendiremos una suerte de homenaje a la cultura negra local, tan poco divulgada. También celebramos al decano de nuestro teatro, Tito Cossa, en sus 90 años, con su reciente e inédita versión de un clásico nuestro, Un guapo del 900, la celebrada obra de Eichelbaum”.
A principio de la semana próxima, Demaría volverá a Buenos Aires. Todo indica que a mediados de este mes darán a conocer la programación en la que convivirán títulos de la gestión pasada con la actual. En el panorama interno del Cervantes, para ese momento tal vez tengan una visión más clara de los recursos con los que cuentan.
A Demaría, el teatro Cervantes no le es ajeno. El responsable de títulos como Monserrat o Rita la Salvaje, de varios montajes dirigidos por Alfredo Arias como quien escribió los guiones de las miniseries El maestro y Morir de amor; estrenó en 1997 En la jabonería de Vieytes, que dirigieron Helena Tritek y Paco Giménez. En 2016, durante la gestión de Rubens Correa, fue el turno de la obra Tarascones, el encuentro de esas cuatro damas de la alta sociedad desbocadas que todavía sigue en cartel y que dirigió Ciro Zorzoli. La misma dupla, en 2021, estrenó en la sala principal La comedia es peligrosa, el título encargado para celebrar los 100 años de vida del Cervantes.
Cristian Scotton ha tenido otro recorrido. En lo más próximo, desde 2013 hasta diciembre pasado fue asesor en artes escénicas de la Bienal Arte Joven Buenos Aires. Paralelamente, fue el fundador y coordinador del Centro Cultural La Casona Iluminada. En 2014, creó junto a Monina Bonelli el Festival de Obras Cortas Teatro Bombón, que tuvo diversas versiones. También formó parte del departamento de contenidos del Centro Cultural Recoleta. De este recorrido por territorios más alternativos en el mapa de la creación y gestión escénica desde ayer, oficialmente, es el número dos del Teatro Nacional Cervantes.