EFE Latam Videos
Santo Domingo, 6 feb (EFE).- En ‘Sugar Island’, que retrata la compleja vida en los bateyes (plantaciones de caña), la cineasta dominicana Johanné Gómez volcó todo el proceso emocional que sentía cuando comenzó el rodaje o terminó el guion, y, como resultado, salió un trabajo que ha presentado en el Festival de Cine Global de Santo Domingo, que concluye este jueves. Se embarcó en ese proyecto, según narró a EFE, tras el éxito de su documental ‘Caribbean Fantasy’, y fue tal su implicación que el estreno lo realizó en el Giornate Degli Autori, sección paralela del Festival de Cine de Venecia dedicada al cine de autor. Para ubicar la acción, contó una historia enfocada en la comunidad dominico-haitiana del Batey, donde la mano de obra será desplazada por la introducción de máquinas cortadoras de caña, corriendo peligro el sustento de muchas familias. El filme "es parte de un proceso, no nace en un único punto", y consigue plasmar en su metraje "todas esas capas" que la propia directora "estaba atravesando emocionalmente en el momento en que se escribe y se ejecuta la película". El hecho de mostrar además en la película a una chica embarazada le da a la película el punto de vista de una adolescente con una vivencia muy concreta, "y tiene que ver con que mi familia, mi sobrina, cuando tenía 13 años salió embarazada y yo siento que eso fue una especie de vergüenza social y que no manejamos muy bien ni procesamos muy bien lo que eso significa y lo que eso significaba para ella y para la familia también". "Y yo siento que eso es una primera capa que entra en la peli, algo que yo hago también antes de empezar a escribir, seleccionar un universo, un lugar", dijo Gómez, docente y coordinadora de cátedra en la Eictv Cuba, y quien cuenta con una maestría de la Escac en España. El lugar en el que ella quería trabajar era el batey. "Los cañaverales, porque la memoria familiar también está en San Pedro de Macorís, que es el pueblo de mis abuelos paternos", agregó. Ahí colocó este punto de vista de esta adolescente, "y luego comienzan todas estas capas que tienen que ver con qué es lo que es ser decolonial hoy o cómo podemos confrontar el pasado, reescribirlo, repensarlo y resentirlo", agregó en la entrevista Gómez, cuyo campo de interés y estudio abarca la lucha antirracista y el cine cimarrón. Una forma de trabajar desde el arte Todo ello, como parte de un movimiento al que pertenece la directora, "el movimiento antirracista y decolonial en República Dominicana, sobre todo un movimiento más joven", y, con todo, se fueron sumando lo que ella estaba viviendo en ese momento de su vida. "Claro, no puse la cámara para mí, pero sí toda esa emoción, toda esa carga emocional estaba ahí", explicó, y recordó cómo hay una relación muy concreta entre una madre y su hija: "Mi mamá murió en el 2021, y al final de ese año conseguimos el dinero para hacer la película, y yo siento que justamente esa carga también estaba". Por eso, esa relación madre-hija en la película "también se alimenta de ese momento que estaba atravesando", con lo que tiene "mucho de la emoción que atravesé en ese periodo en el que la escribí y la filmé". La película salió adelante en coproducción entre la dominicana Güasábara Cine y la española Tinglado Film, y supone un nuevo trabajo de una artista afrodiaspórica que sitúa su trabajo en un marco caribeño y descolonial. (c) Agencia EFE