Acoso, ofensas y una marcada obsesión con la sexualidad ajena: cinco entrevistas incómodas que quedaron en la historia
Hay entrevistas televisivas que quedaron en la historia por la pericia de los conductores para llevar la conversación hacia lugares impensados o por la química que lograron con sus invitados. Y también están las otras, que también quedaron en la memoria de muchos -y que ahora vuelven a salir a la luz cada tanto en las redes- por los motivos contrarios: entrevistadores burlones, abusivos y totalmente obsesionados con la sexualidad ajena .
“¿Qué fue lo que hiciste?”
Ser una megaestrella, mujer y adolescente no le costó nada barato a Britney Spears. A principios de siglo, la princesita del pop no pudo disfrutar de su reinado por el acoso permanente que sufrió por parte de ciertos sectores de la prensa, que estaban mucho más interesados en su incipiente vida sexual que en su talento. Con el amparo de los usos y costumbres de otros tiempos, distintos entrevistadores insistieron una y otra vez con que les cuente, con lujo de detalles, si ya había perdido su virginidad . La tormenta se volvió un diluvio de ofensas cuando la cantante terminó su romance con su colega, Justin Timberlake. Y fue en ese momento, en 2003, cuando la periodista Diane Sawyer se afiló los dientes y apuntó todo su veneno hacia la artista, que entonces tenía 21 años.
“Todos sabemos que hiciste algo que le causó muchísimo sufrimiento a Justin. ¿Qué fue lo que hiciste?”, indagó, dando echando todo el peso de la culpa de la separación en Britney. “Solo me he acostado con una persona en toda mi vida, dos años después de mi relación con Justin”, respondió la cantante, ya harta de que apuntaran los dardos contra ella. Pero su respuesta claramente no conformó a Sawyer, que estaba dispuesta a seguir golpeándola hasta dejarla tirada el piso. “Sin embargo, todos tenemos la impresión de que no fuiste fiel, que lo traicionaste ”, insistió.
Pero la obsesión de la periodista con la vida sexual de Britney la llevó a dar un paso más allá: “Si ahora estuvieras hablando con tu hermana más chica [Jamie Lynn Spears, de 12 años], y con la pequeña Britney que dijo que permanecería virgen hasta que se casara... ¿Qué les dirías?”. Sawyer también se sumó a la ola de críticas por la ropa que la artista usaba en los shows y en las producciones fotográficas. Mostrando la tapa de la revista Rolling Stone en a que se ve a la cantante con el torso desnudo, le cuestionó: “¿Qué pasó con tu ropa ?… ¿De qué se trata?”, le preguntó. Y, sin amedrentarse, Britney le respondió: “¿De qué se trata? Se trata de brindar una imagen hermosa. Me siento cómoda en mi piel... Creo que está bien expresarse. Lo hizo Kate Hudson, lo hizo Jennifer Lopez, lo hizo Christina Aguilera, pero si lo hago yo, es un problema”.
Luego, Sawyer dio un paso más allá y trajo a la conversación las terribles palabras de la esposa del exgobernador de Maryland, Kendall Ehrlich, quien expresó que le gustaría matar a Britney Spears. Entonces, la entrevistadora reflexionó que la mujer seguramente siente ese deseo “por el ejemplo que da a los niños, lo difícil que es ser padre y mantener todo esto lejos de tus hijos”. A eso, Spears contestó con altura: “Bueno, es muy triste que haya dicho eso... No estoy aquí para cuidar a sus hijos ”.
“Algo que nunca olvidaré”
Friends no solo marcó una nueva manera de hacer comedia y lanzó a seis actores al estrellato, sino que también impuso tendencias estéticas durante toda una década. Sobre todo, por los cortes de pelo que Jennifer Aniston mostraba en cada temporada. Sin embargo, una cosa es elogiar la cabellera de una estrella y otra muy distinta es chuparla.
Eso es lo que hizo David Letterman en 1998, en medio de una entrevista. Mientras la actriz respondía cuáles eran las situaciones más extrañas en las que entabló relaciones con sus fans y recordaba el gracioso encuentro con un televidente en un sauna, el presentador la interrumpió para hacerle un extraño pedido. Después ubicar su silla detrás de la estrella y colocar su mano en uno de sus hombros, disparó: “Perdoname si esto es grosero. Solo quiero probar una cosa...”.
Entonces, ante el asombro de Aniston, acercó su boca al rostro de la actriz, se metió un mechón de pelo en la boca y comenzó a chuparlo. Luego quiso justificar su acción con un chiste referido al sauna, pero ya era tarde. A partir de ese momento, la actriz comenzó a mostrarse muy incómoda. “ Es algo que nunca olvidaré ”, dijo ella luego de quitarse con un pañuelo la saliva del presentador de su cabello.
“Esto no está bien”
Brooke Shields calificó de “prácticamente criminal” una entrevista que le realizó Barbara Walters cuando tenía apenas 15 años. La charla con la polémica presentadora se dio luego de que protagonizara una campaña publicitaria de Calvin Klein, en 1980, en la que Shields decía mirando a cámara: “¿Querés saber qué se interpone entre mis Calvins y yo?...Nada”.
En aquella charla, en la que estaba presente también Teri Shields, madre y agente de la actriz, Walters le pregunta a la actriz de La laguna azul sus medidas, si tiene la sensación de no haber tenido infancia y si guarda algún secreto con su madre. La entrevistadora estaba dispuesta a todo para que Brooke confirmara lo que a esa altura era solo un rumor: que su madre era adicta al alcohol.
Lo cierto es que si bien Shields comenzó a trabajar en el mundo del espectáculo a los 11 meses y en plena adolescencia ya se había convertido en estrella y en un prematuro símbolo sexual, su vida cotidiana no era muy distinta a cualquier chica de los años ochenta. Ese contraste quedó evidenciado en aquella entrevista, cuando Walters comenzó a indagar sin pudor en su vida sexual, generando en ella una gran incomodidad.
“ Me preguntó cuáles eran mis medidas y me pidió que me pusiera de pie.Y me puse de pie y ella estaba como comparándose con esta niña. Y pensé: ‘Esto no está bien. No entiendo qué es esto’. Pero simplemente me comporté y sonreí ”, le dijo Shields a Drew Barrymore, en 2022.
“No estaba listo”
Walters parece no haber perdido su obsesión con la sexualidad ajena. Veinte años después de la entrevista con Shields, en 2000, obligó a Ricky Martin a salir del closet. De la mano de Madonna, el cantante puertorriqueño había hecho pie en los Estados Unidos por la puerta grande y había conquistado al público de habla inglesa. A pesar de que él se negaba sistemáticamente a dar precisiones sobre su vida sentimental, la presentadora quería una primicia, sí o sí.
Martin se declaró gay públicamente una década más tarde, cuando ya era padre de sus dos hijos mayores y su padre le hizo entender que tener una vida “secreta” no era un buen ejemplo para ellos. Sin embargo, en la primera entrevista con Walters tuvo que hacer malabares para no caer en sus trampas. En momento, sin rodeos, la conductora lo “invitó” a negar los rumores sobre su homosexualidad.
“Podrías decir: ‘Sí, soy gay. O, no, no lo soy’”, lo empujó con cierto regocijo perverso en la mirada. El artista, claramente incómodo, sorprendido y violentado, le respondió: “Simplemente, no tengo ganas”.
“Simplemente no estaba listo para salir del closet”, explicó Ricky mucho tiempo después. “Estaba muy asustado. Tengo un pequeño trastorno de estrés postraumático por eso” , reveló. Walters, por su parte, aseguró en 2010 que no se sentía orgullosa de aquella entrevista. “Cuando pienso en ello ahora, siento que fue una pregunta inapropiada”, admitió.
“Pareces un poco irritada”
En 2015, una muy joven Cara Delevingne brindó una entrevista al programa Good Day Sacramento, de la CBC, como parte de la promoción de la película Ciudades de papel. Podría haber sido una charla televisiva más, pero quedó para siempre en la historia. Tanto, que este año resurgió en las redes como ejemplo de todo lo que no debe hacerse.
En principio, la presentaron como “Carla”, evidenciando que no tenían ni la más mínima idea de quién era la persona que iban a entrevistar. A partir de ese momento, todo empeoró. La primera pregunta fue si había leído el libro en el que se basa el guion del film. Y ella, haciendo gala de su particular humor británico, les respondió que no, que no había leído ni el libro ni sus líneas y que simplemente había improvisado .
“Creo que el libro es asombroso. John Green es un autor increíble. Realmente si no has leído sus libros, deberías hacerlo”, agregó luego. Pero sus entrevistadores, tres personas con más ganas de protagonismo que gracia, comenzaron entonces su manual de lo que no debe hacerse y lo usaron completo. “Revisando tu carrera, es como si estuvieras haciendo una cosa tras otra, tras otra. ¿Te resulta difícil concentrarte porque está muy ocupada? Si tuvieras tiempo de inactividad, tal vez no te resultaría tan difícil”, aconsejó uno, sin que nadie se lo pidiese.
“No. No sé a qué viene eso. Amo lo que hago, no es una locura, es mi pasión. Quiero dedicarme a esto desde que soy chica, así que no hay nada que sea demasiado difícil ”, respondió. Pero las cosas siguieron de mal en peor. Ella siguió respondiendo primero con sarcasmo y luego en serio, y aunque la estrategia fue repetitiva y los conductores eran tres, ninguno entendió el juego.
“Te vi en Londres hablando hace un par de semanas en la televisión y parecías mucho más entusiasmada que en este momento. ¿Se te acabó el entusiasmo?”, cuestionaron. La actriz, que efectivamente se encontraba en Londres, tratando de escuchar las preguntas, se sorprendió con la observación. “Oh, no. Todavía estoy muy emocionada. Anoche fue el estreno y fue una noche emotiva, se sintió como el final de una era, pero no estoy menos emocionado que hace un par de semanas. Quizás tenía un poco más de energía. Es la mañana”, trató de justificarse.
Pero no hubo caso. Allí llegó el golpe fatal: “Pareces un poco irritada. Te dejaremos ir, entonces, ¿qué tal? Dejaré que se vaya, tal vez tome una pequeña siesta, consiga un Red Bull, ¿qué tal eso?”, disparó la conductora del noticiero. A pesar de que dieron por terminada la conversación, Cara siguió conectada unos minutos, sin creer lo que estaba pasando. Y lejos de dar por terminado el tema, continuaron criticándola por un buen rato.