Era el actor más querido del país, simuló su muerte y desató un caos nacional: “Se ha ido”
Un chiste de humor negro, como su apodo, utilizó el inefable Alberto Olmedo para anunciar su muerte aquella conmocionada noche del 4 de mayo de 1976. El país venía del golpe de Estado del 24 de marzo y no estaba para bromas, menos pesadas. Pero él igual, transgresor como era, hizo lo suyo. Como siempre, no respondió a los cánones establecidos y fue por más.
El Negro, a comienzos de los 70, venía viento en popa como humorista de la mano de Gerardo y Hugo Sofovich en Operación Ja-Ja y El Botón por Canal 11. El tema fue que la competencia de entonces y de siempre, Canal 13, lo tentó para otro proyecto al que no pudo decirle que no porque la oferta fue millonaria. Y entonces arrancó con otra de sus aventuras televisivas, El Chupete, ciclo cuyos sketchs al principio estaban escritos por Jorge Basurto y Juan Carlos Mesa. Pero ya en el 76 los guiones estuvieron a cargo del reconocido Oscar Viale y otro compañero de emociones de Olmedo, nada menos que Humberto Ortiz, más recordado como Coquito, el amado compañero del Capitán Piluso, otro éxito de ambos.
Pero Olmedo imaginaba más renovaciones para el programa. “Necesitamos un golpe de efecto”, le dijo a su selecto grupo de colaboradores, compinches y hasta a sus hijos en la intimidad. Entonces se le disparó una idea, la pensó y repensó, sonrió como era su costumbre cuando una ocurrencia lo conformaba, y la llevó adelante sin dudarlo un instante.
Una broma de mal gusto: “El Negro se ha ido”
Así las cosas, el referido 4 de mayo el locutor del noticiero Jorge Nicolao, a las 20.30 horas, apareció de pronto en el inicio del ciclo con un mensaje que shockeó a los televidentes: “En este horario y por este canal debía salir al aire hoy el primer programa del año de El chupete. Infortunadamente eso no será posible debido a la desgraciada circunstancia de que su protagonista, Alberto Olmedo, ha desaparecido. Este hecho nos ha llenado a todos de consternación. Sorpresivamente, su familia, sus amigos, sus compañeros, el país todo, se ve privado de la presencia física de quien tanto quiere. Olmedo, el Negro Olmedo, ha hecho esta vez un viaje inesperado que, terriblemente, por primera vez, no causa gracia. El Negro se ha ido. No tenemos más palabras. Guardémosle cariñoso respeto viendo uno de los últimos programas del año pasado”.
Mientras el presentador decía estas palabras, de fondo se veía a los integrantes del elenco con gesto serio, entre ellos el respetado Ernesto Bianco, inmenso actor tanto en lo dramático como en el humor. Pero transcurrido apenas un minuto que duró ese inicio, inesperadamente surgió El Negro en escena con cara de “yo no fui” y dijo: “¡Se lo creyeron, eeehhh! Pero che, ¿No se puede llegar tarde acá?”.
Pero como bien mencionó el cómico, ya era demasiado tarde. Porque de inmediato se había desatado un caos informativo. Nadie entendía nada pero la información corría a gran velocidad. Por entonces, Olmedo junto a su compañero de andanzas Jorge Porcel encabezaban con Ethel Rojo en el Teatro Maipo el espectáculo El Maipo de Gala. El propio Porcel ingresó al camarín desesperado pensando que no lo iba a encontrar. Lo mismo sucedió con Pepe Parada, productor de la obra.
Con semejante noticia, tanto el público como el periodismo se dio cita en la puerta del teatro. Para colmo, la agencia de noticias NA ya había lanzado un cable informativo que llegaría a todas las redacciones de radios, revistas, diarios y canales de televisión, que rezaba: “Martes 4 de mayo de 1976. Cable de la Agencia Noticias Argentinas (N.A) Despacho N° 123: Falleció hoy el conocido actor Alberto Olmedo. Así lo comunicó esta noche el Canal 13 de televisión al anunciar la suspensión del programa El Chupete que protagonizaba el malogrado artista. Olmedo había asomado a la popularidad al crear el personaje del Capitán Piluso, y posteriormente se afirmó como actor cómico apelando a una espontaneidad que hallaba notable repercusión en la teleplatea. Posteriormente trasladó su labor al cine, interviniendo en numerosas películas”.
Sentado en su camerino Olmedo sonrió pícaro cuando entró uno de los asistentes del show y le dijo: “¡Negro, qué pasó, están repitiendo por todos lados que te moriste!”. En su mente rondaba el pensamiento de que el objetivo que se había propuesto estaba cumplido, más allá de las consecuencias que vendrían.
Lo curioso se dio porque él no pudo ver el comienzo de su propio programa mientras se cambiaba, maquillaba y esperaba que dieran sala para arrancar con la obra El Maipo de Gala. La transmisión llegaba con problemas a su pequeño monitor en blanco y negro. O se cortaba o aparecía la clásica “lluvia”, como se la llamaba en aquellos tiempos a la imagen con sucesión de ruidos y una repetición insoportable de puntos blancos y negros. Entonces no pudo ver lo que pasó.
Mientras tanto, en el canal todo era confusión. Luego de la presentación anunciando la desgraciada noticia con la posterior aparición de Olmedo completando la “broma”, fueron a un corte pronunciado de varios minutos. Luego el locutor volvió a surgir en la pantalla de urgencia, ya en vivo y en directo, porque el programa había sido grabado la semana anterior. Y atinó a decir insinuando apenas una sonrisa e intentando salir de la situación como que se trató de un nuevo chiste de Alberto y no mucho más.
Una falsa muerte que les costó caro: todos echados
Lo que continuó fue previsible, más allá de que El Negro brindó unas palabras al salir del teatro. “Había que inventar algo nuevo y decidimos montar un cuadro donde se anunciaba mi desaparición, proyectando seguidamente un videotape grabado. En determinado momento aparezco yo y les arrebató a los actores mis ropas, la galera y la chaqueta. La gente se lo tomó en serio, no esperó el final del cuadro donde yo aparecía. Y la noticia de mi muerte corrió por todos lados”, se justificó.
La broma fue demasiado para todos. El COMFER (Comité Federal de Radiodifusión) dictaminó: “Se violó el artículo 101 de la Ley de Telecomunicaciones que establece que los permisionarios y titulares de licencia de emisoras deben ser responsables de que la información difundida sea veraz y no genere alarma pública”.
Como resultado tanto Olmedo como los guionistas Humberto Ortiz y Oscar Viale, el anunciador Jorge Nicolao, y el director del programa Edgardo Borda terminaron echados.
Las sanciones para la interrupción automática del envío fueron drásticas y rápidas . Y pese a que se había grabado el segundo programa, nunca llegó a emitirse. Ante tal situación Olmedo volvió a pedir perdón: “Me sentí muy mal, culpable. Pero no en el momento en que salió al aire, quizá porque nunca me imaginé que iba a tener esta repercusión y el público se iba a asustar de esa manera. Fue una broma, era la intención. Supongo que pareció de mal gusto, pero no lo pensamos así. Prometo firmemente no sorprender con este tipo de bromas y mantenerme ‘blanquito y limpio’ como siempre”.
El Negro pasó un tiempo con bajo perfil. Hasta que tiempo después el propio Canal 13 le propuso hacer todas las tardes de lunes a viernes El Festival del Capitán Piluso, arrasó con el rating y recibió un amuestra increíble del cariño que le brindaron los niños. Recién pudo regresar con su galería de personajes para adultos durante el Mundial de fútbol realizado en Argentina con otro programa acorde al evento Olmedo 78, con su personaje estrella, Rucucu, un mago ucraniano de galera y bigote tupido que le rogaba a la gente que no cambiara de canal con la frase que se hizo célebre y se convirtió en título de su programa: No toca botón.