Muy adentro sigue siendo cien por ciento Lizzo

Las muchas muchas personas que han aplaudido, criticado y participado en lo que muchas veces parece ser un debate interminable en torno al cuerpo desnudo de Lizzo quizá se sorprendan de saber que en realidad ella no pasa tanto tiempo sin ropa como podrían pensar.

“A veces, cuando me meto a internet, sufro una crisis de identidad porque pienso: ‘Espera, ¿quién creen estas personas que soy yo?’”, dijo hace poco Lizzo (nombre de nacimiento, Melissa Jefferson) en una llamada por Zoom desde su casa en Los Ángeles. Detrás de ella había muchos premios, una amatista para las buenas vibras y su colección de Baby Yodas. “Ahora creo que la gente piensa que estoy desnuda todo el tiempo”, comentó. “Eso es lo que yo veo: ‘Oh, ahí está la Lizzo de siempre; otra vez encuerada; qué sorpresa que se haya puesto ropa’”.

Claro que ha publicado en línea algunas fotos de ella desnuda, usando su cuerpo para imponer una reevaluación de los prejuicios en torno a las tallas y la belleza. Claro que ha acudido a eventos como el cumpleaños de Cardi B con una tanga, unas pezoneras y un vestido de cristal transparente con lo que desencadenó una conversación viral.

Pero en realidad ha dedicado buena parte de su tiempo en los últimos tres años no solo a su próximo álbum o a su nuevo programa de telerrealidad de Amazon Prime, “Watch Out for the Big Grrrls”, sino también a un proyecto totalmente diferente. Uno que implica ponerse cosas, en lugar de quitárselas.

Según adelantó hace poco en las redes sociales, es “lo más grande hasta ahora. Más grande que todo lo que he hecho”. También podría ser lo más controvertido.

Porque Lizzo, como defensora de la carnalidad irrestricta, lanzará una línea de ropa moldeadora.

Ya sabes, el tipo de ropa interior que en el inconsciente colectivo es lo opuesto a los mensajes de amarnos tal como somos que se aprecian en canciones de Lizzo como “Juice” y “Truth Hurts”. Y también en su programa de televisión.

Es el tipo de contradicción potencial que, en la cámara de eco que crean las sensibilidades personales en las redes sociales, puede acabar viéndose como una traición al vínculo entre el admirador y la persona favorita. Como Lizzo bien lo sabe. Por eso quiere dejar clara su intención: no está intentando cambiar el cuerpo de los demás. Intenta cambiar la esencia de la ropa moldeadora.

La línea se llama Yitty, por su apodo de la infancia, y fue creada en colaboración con Fabletics Inc, la empresa matriz de Fabletics, la “marca de ropa para la vida activa” cofundada por Kate Hudson. Se presentará esta semana con unas 100 piezas diferentes divididas en tres colecciones: Nearly Naked (Casi desnuda), Mesh Me (Enmállame) y Major Label (Etiqueta principal).

Juntas, afirmó Lizzo, “darán a todo el mundo la oportunidad de hablar por sí mismo cuando se trata de cómo debe verse su cuerpo y cómo debe sentirse en su cuerpo”.

Una breve historia de las prendas moldeadoras

“Ropa moldeadora” es un nombre relativamente nuevo para un concepto muy antiguo (del mismo modo que “bienestar” ahora engloba una “dieta”), es decir, que el cuerpo de una mujer debe ser alterado por medios externos para hacerlo más aceptable a los ojos de distintos espectadores, la mayoría de ellos hombres. Si eso suponía dolor... ni modo, ese era el precio para alcanzar la definición de belleza de la sociedad.

Las modalidades de las alteraciones han variado según las normas culturales; las referencias a las fajas se remontan a la “Ilíada”. Los miriñaques, esas estructuras bajo la falda que exageraban las caderas, eran una versión del siglo XVI de la ropa moldeadora; también lo eran los corsés de acero o de hueso de ballena y de lona. A mediados del siglo XX, se pusieron de moda las fajas elásticas, que a su vez dieron paso a las pantimedias, que evolucionaron, en el año 2000, al Spanx, que es lo que ha hecho famosa a la ropa moldeadora de la actualidad.

Al cambiar la tecnología de cortar y coser por la de la tela de punto con elastano, la fundadora de Spanx, Sara Blakely, transformó las alfombras rojas de Hollywood, y de paso se hizo multimillonaria.

Sin embargo, Spanx, al igual que todos los corsés y las fajas que la precedieron, era una especie de “prenda base”, hecha para ser ocultada, ya que su mera existencia sugería que lo que había debajo no estaba a la altura, incluso cuando era una clase de arma secreta para que cuerpos de todo tipo tuvieran acceso a ropa hecha para unos pocos. Además, la “comodidad”, en lo que respecta a la ropa moldeadora, seguía siendo un término relativo.

En parte para cambiar eso, han entrado muchos nuevos jugadores al mercado, entre los cuales destacan, Yummie Tummie, fundada en 2008 (y ahora renombrada Yummie), Honeylove, creada en 2016, y sobre todo Skims, la marca de Kim Kardashian, lanzada en 2019, la cual pregona la comodidad, viene en una variedad de tonos de piel y fue valorada en 3200 millones de dólares durante una ronda de recaudación de fondos a principios de este año.

Allied Market Research publicó hace poco un informe en el que predice que el mercado mundial de ropa de compresión y moldeado tendrá un valor de 6950 millones de dólares en 2030.

Una historia aún más breve de Yitty

Aunque pueda parecer, a raíz de Fenty y Skims, que Lizzo, de 33 años, simplemente se está sumando a la tendencia de la ropa moldeadora como otras famosas, en realidad ha estado pensando en este sector desde los 12 años.

Según explicó, eso fue cuando crecía en Houston (su familia se había mudado desde Detroit cuando ella tenía 10 años) y, a partir de la secundaria, aprendió a “avergonzarse de su cuerpo”. Más tarde, una vez que empezó a reafirmarse en el ámbito musical, rechazó por completo esa mentalidad y la ropa interior que la acompañaba. Solo después de eso fue que por fin empezó a, como lo dijo ella, “divertirme con mi cuerpo, creando siluetas y permitiendo que mi cuerpo fuera curvilíneo, amando los rollitos que se supone que debes ocultar y explorando con la moda”, empezó a pensar de nuevo en las prendas moldeadoras.

Quería una prenda moldeadora que se anunciara con orgullo y que se sintiera como un abrazo. El tipo de prenda moldeadora que, si te sentabas y se te subía la camisa o se te bajaban los pantalones, estuvieras contenta de mostrar. El tipo de ropa moldeadora que podrías llevar sin nada encima. Ni siquiera quería llamarla “moldeadora”. Quería llamarla “ropa para el cuerpo”, pero nadie sabía qué quería decir con eso.

Entonces, Kevin Beisler, su representante, le dijo que se había reunido con el equipo de Fabletics, quienes habían estado realizando muchas encuestas a los clientes.

Esos clientes habían dicho que “la categoría número 1 que querían que iniciáramos era la de ropa moldeadora”, relató Don Ressler, fundador de Fabletics Inc. junto con Adam Goldenberg. Ressler había visto lo que puede ocurrir cuando se combina el poder de los famosos con un sector de la ropa en el que el famoso tiene cierta autoridad personal. (Fabletics antes se llamaba TechStyle Fashion Group y había producido Savage X Fenty, que se escindió en 2019).

“Ellos entienden el concepto”, le dijo Beisler a Lizzo.

“Esas palabras por sí solas fueron tan increíbles, porque no las había escuchado”, expresó. “Nadie había creído en mi sueño alocado”.

En realidad, sostuvo Ressler, “creemos que es una oportunidad multimillonaria”.

El factor Lizzo

Lizzo no cree que el mercado esté saturado ni que haya perdido el tren porque otras marcas se le adelantaron. “No hay nada como sentir que estás en el lugar adecuado en el momento adecuado”, expresó.

Yitty es “algo personal para mí, algo para la versión bebé de mí”, continuó. “He estado en paralelo con el movimiento del cuerpo positivo durante mucho tiempo, y la gente ha hecho que mi nombre sea sinónimo de ello, y yo siempre digo que la positividad corporal pertenece a la gente que realmente la creó: las mujeres negras, morenas, ‘queer’ y grandes, mis chicas de tallas grandes”. Como indicador del público al que va dirigida, la campaña publicitaria cuenta con modelos de todas las tallas, incluida la mejor amiga de Lizzo, que es talla XS, así como la propia Lizzo.

Lizzo es la directora ejecutiva y cofundadora de Yitty; Kristen Dykstra, antigua directora de mercadotecnia de Fabletics, es la presidenta. Las líneas han tardado tres años en desarrollarse y abarcan desde la talla XS hasta la 6X (que es una talla más grande que cualquiera de las ofertas actuales de Skims). Los precios de los mallones van de 69,95 a 74,95 dólares, y los sujetadores de 49,95 a 59,95 dólares.

Hay dos pesos de compresión, tejidos antimicrobianos para que los “shorts”, las tangas y los mallones puedan usarse sin ropa interior adicional, sujetadores que mantienen su forma sin varillas, un estampado que parece un ala de mariposa y embalaje reciclado. Lizzo puso nombre a todos los colores, aunque los más creativos —para un azul y un rosa brillantes— son demasiado osados para escribirse aquí.

También se probó todo. “Me encantan los calzones atrevidos, de verdad”, dijo. “A veces es complicado cuando se usa un tejido de compresión porque, si dejan demasiada piel al descubierto, se enrollan”. Pero, añadió, muchas veces “me pongo un calzón y digo: ‘¿Puedes deslizar el lado hacia arriba de esta manera?’” —y señaló cómo se haría más alto el corte de la pierna— “porque hace que el trasero se vea bien”.

Tiene opiniones muy firmes sobre lo que le gusta. “No pude quitarme el sujetador convertible y sin tirantes de Yitty durante mucho tiempo”, confesó. “Soy una innovadora de los sujetadores rectos. En cuanto a la tanga moldeadora: “Yo pienso: ‘Oye, las chicas grandes también usamos tangas. Usemos tangas y consiéntame con lo demás’”.

La marca Yitty se venderá en su propio sitio web y en el de Fabletics. También se venderá en las boutiques de las 76 tiendas de Fabletics y tendrá su propia tienda emergente en Los Ángeles el 12 de abril. Además, estará presente en las giras de Lizzo y en sus videos y programas de televisión. En lo que a ella respecta, es el comienzo de su siguiente etapa.

“Quiero ser una persona que cambie el mundo”, declaró. “No solo hacía música genial: mi arte siempre tuvo un propósito mayor. Ahora solo tomo esa utilidad y la hago tangible”.

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