Adiós a mendigar premios; ahora, los perros tienen restaurantes para ellos

Mason y Milo, Cavalier King Charles spaniels, celebran una fiesta de cumpleaños en Dogue en San Francisco, el 16 de abril de 2023. (Kelsey McClellan/The New York Times)
Mason y Milo, Cavalier King Charles spaniels, celebran una fiesta de cumpleaños en Dogue en San Francisco, el 16 de abril de 2023. (Kelsey McClellan/The New York Times)

Para celebrar el décimo mes de la exitosa operación de columna de Jagger, su goldendoodle, Cat Torrejon-Nisbet no le compró el tradicional hueso de carnaza para perro. En lugar de eso, pagó 15 dólares por un pastelito para perros rosa claro con forma de rosa preparado con corazón de antílope en Dogue, un restaurante canino en San Francisco.

“No te van a querer más por darles un premio selecto”, afirmó Torrejón-Nisbet, de 50 años, quien vive en Santa Bárbara, California, con Jagger y su hermana Sierra, de la raza Bernedoodle. “Se trata más del amor que sentimos por nuestros perros”.

Los dueños de perros como Torrejón-Nisbet frecuentan cada vez más restaurantes de todo Estados Unidos que ofrecen menús separados para los miembros de cuatro patas de su familia. Los menús para perros se han convertido en la nueva versión de los menús infantiles en algunos restaurantes. Ahora, los dueños de mascotas pueden ordenar un filete o salmón de Alaska con arroz al vapor para su perro. Este puede beber una “cerveza” sin alcohol hecha con caldo de cerdo o un tazón de Dög Pawrignon preparado con aceite de salmón salvaje.

Otros restaurantes han dado un paso más allá y atienden perros de manera exclusiva, desde pasteles de cumpleaños personalizados hasta gastronetas que sirven nuggets de pollo y hamburguesas. En Dogue, los perros comen un menú degustación de alta cocina.

Kelly Lockett, de 32 años, habitante de Bedford-Stuyvesant, Brooklyn, ha llevado a Benji, su cruza de minischnauzer, a varios restaurantes neoyorquinos con menús para perros, entre ellos Judy Z’s, en Greenwich Village.

“Se pone muy contento y disfruta pasar tiempo con nosotros y no quedarse solo en casa”, narró Lockett.

Piper el beagle con un gorrito para su fiesta de cumpleaños en Dogue, en San Francisco, el 16 de abril de 2023. (Kelsey McClellan/The New York Times)
Piper el beagle con un gorrito para su fiesta de cumpleaños en Dogue, en San Francisco, el 16 de abril de 2023. (Kelsey McClellan/The New York Times)

La pandemia provocó un aumento de la tenencia de mascotas, según una encuesta realizada entre 2021 y 2022 por la Asociación Estadounidense de Productos para Mascotas, que reveló que unos 65,1 millones de hogares estadounidenses tienen perros. Las ventas de productos para mascotas han aumentado en 46.000 millones de dólares desde 2018, de acuerdo con la asociación, la cual predijo que alcanzarán los 143.600 millones de dólares este año.

En San Francisco, Jason Villacampa, de 40 años, ha agasajado a sus corgis, Tony y Captain, con el menú degustación de Dogue en cuatro ocasiones. Cuesta 75 dólares por perro e incluye gaseosas o mimosas de cortesía para el dueño.

En una visita reciente, contó Villacampa, el chef Rahmi Massarweh les explicó a los perros los platillos que iban a degustar y detalló de qué granja local procedía cada ingrediente y cómo se preparaba cada platillo. Sirvió caldo de hueso en la mesa y dio los toques finales a platos como el mosaico de pollo, finas tiras de carne blanca envueltas en nori, colocadas en capas y cocinadas a baño maría. Massarweh, quien lleva 20 años siendo chef, se formó en cocina francesa en Le Cordon Bleu de San Francisco.

Los menús para perros representan una nueva fuente de ingresos para los restaurantes. El Wilson, en el barrio de Chelsea en Manhattan, calcula que sirve comidas a la mayoría de los 30 o 40 perros que acuden cada día. Un entrante de filete y verduras para perro cuesta 24 dólares.

A pesar de la inflación reciente, el 54 por ciento de los propietarios de perros afirmaron que están dispuestos a gastar más para proporcionarles a sus perros una dieta más nutritiva e integral, más acorde con las opciones de salud de su hogar, según una pequeña encuesta realizada hace un año por Rover, un servicio de cuidado de mascotas. Rover también afirmó que los perros se han convertido en un sustituto de los hijos en muchos hogares.

“Las mascotas son miembros de nuestra familia y queremos alimentarlas como tales”, aseveró Ron Holloway, propietario de Woofbowl, una gastroneta para perros ubicada en Dumbo, Brooklyn.

Holloway y su esposa, Solo Holloway, quien trabajaba como ingeniera bioquímica y eléctrica, pusieron en marcha el restaurante móvil después de preparar comidas más nutritivas desde cero para sus bulldogs franceses, Latto y Dino. Holloway, veterano militar, y su esposa, refugiada camboyana, adoptaron a los perros como parte de su tratamiento para el trastorno de estrés postraumático.

Así como algunas personas celebran sus cumpleaños o fiestas en restaurantes, muchos dueños de perros hacen lo mismo con sus mascotas. Los dueños encargan pasteles personalizados (como uno con forma de tazón de ramen para un Shih Tzu llamado Ramen) a empresas como Maison de Pawz, en Nueva York, una pastelería y servicio de banquetes para perros donde pueden elegir entre sabores como crema de cacahuate, Funfetti, coco, manzana con especias o algarrobo (el chocolate es tóxico para los perros). Los espesos pasteles se elaboran con harina de trigo sarraceno y aceite de coco, y aunque los humanos pueden comerlos, tal vez no les guste su sabor, explicó Mei-i Zien, propietaria de la pastelería.

Para cumplir la normativa del departamento de sanidad, los restaurantes neoyorquinos dedicados a las mascotas solo sirven platillos para perros o preparan por separado las comidas para mascotas y personas. En Judy Z’s y el Wilson, los perros y sus dueños se sientan en mesas al aire libre y la comida se sirve en tazones para perros que deben colocarse en el suelo.

En Boris & Horton, en el East Village, que ofrece los postres de Zien, los platillos para perros y los pasteles para humanos los prepara un personal distinto y se sirven en platos desechables para evitar la contaminación cruzada. Logan Mikhly, una de los fundadores de la cafetería canina, afirmó que el departamento de sanidad municipal “nos ayudó con lo que teníamos que hacer para conseguirlo, con una lista estricta de cosas que seguimos al pie de la letra”.

Cuando Joey, un Yorkshire terrier, visita Nueva York, su dueña, Rachel Choi, de 25 años, suele llevarlo a socializar a un parque para perros en el Lower East Side, pero Choi dice que él deja claro, con sus lloriqueos a la entrada, que no quiere estar ahí. Quiere ir a Boris & Horton, que tiene aire acondicionado, para disfrutar de un paquecito de crema de cacahuate y que otras personas lo acaricien.

“Al parecer ahí tiene un humor muy alegre que no tiene en ningún otro sitio”, concluyó.

c.2023 The New York Times Company