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Cuando la aduana de México casi arruina el rodaje de 'La máscara del Zorro'

Antonio Banderas como Zorro. (Foto: Ronald Siemoneit/Sygma/Sygma via Getty Images)
Antonio Banderas como Zorro. (Foto: Ronald Siemoneit/Sygma/Sygma via Getty Images)

Una película como La máscara del Zorro, el clásico de 1998 protagonizado por Antonio Banderas y Anthony Hopkins, no podía rodarse en otro lugar que no fuera México. La ambientación de su historia en la Alta California a comienzos del Siglo XIX, donde el personaje de Don Diego de la Vega trataba de instruir al aspirante Alejandro Murrieta, hacía idóneo salir de Hollywood y cruzar la frontera para impregnar de veracidad a su relato y escenarios. Sin embargo, grabar en territorio mexicano no fue precisamente una aventura idílica, puesto que un problema de aduanas casi pone en riesgo todo el rodaje.

Por poner en contexto, a finales de los 90 México se convirtió en uno de los destinos favoritos de Hollywood para llevar a cabo la producción de sus películas. Más allá de que La Máscara del Zorro se rodara en el país por lógica narrativa, el coste menor de la mano de obra y de los terrenos para construir los sets, llevó a los grandes estudios a rodar algunos de sus grandes títulos en localidades cercanas a la frontera con Estados Unidos. Fue el caso, por ejemplo, de Titanic, que construyó varios de sus tanques de agua y maquetas en la localidad de Rosarito, al sur de Tijuana, que al fin y al cabo estaba a menos de tres horas en carro de Los Ángeles.

Antonio Banderas como Alejandro Murrieta / Zorro. (Foto: Ronald Siemoneit/Sygma/Sygma via Getty Images)
Antonio Banderas como Alejandro Murrieta / Zorro. (Foto: Ronald Siemoneit/Sygma/Sygma via Getty Images)

No obstante, pese a este beneficio económico, la necesidad de mover material y equipos de un país a otro dificultaba mucho la tarea, ya que los controles en la frontera eran muy estrictos. Y más si lo que se quería introducir en México eran armas para grabar películas de acción. Así lo contaba para Variety en 1998 el productor Conrad Hool, responsable de títulos como Cocodrilo Dundee en Hollywood u Hombre en llamas que estuvo desde los años 70 produciendo películas al otro lado de la frontera.

Según sus palabras, cintas western o de acción se enfrentaban continuamente a largas esperas para transportar estos artefactos, puesto que el ejército de Estados Unidos vigilaba minuciosamente el tráfico de armas entre ambos países y, aunque se tratara de un mero rodaje por parte de poderosos estudios de Hollywood, no se hacía excepción alguna. Al igual que cualquier persona de a pie que quisiera pasar un arma, debían realizar mucho papeleo que llevaba tiempo procesar y que, en alguna ocasión, ha ocasionó percances en los calendarios de rodaje, como fue el caso de La Máscara del Zorro.

Según reconocía Hood, los productores de la película de Antonio Banderas se vieron en un aprieto porque parte del material esencial de la grabación fue requisado durante nueve días, y entre este material se encontraba el que podríamos considerar el más importante de toda la película. “Los productores de La máscara del Zorro se sintieron frustrados el mes pasado por los agentes de aduanas cuando retuvieron una gran cantidad de artículos durante nueve días. Estos incluían accesorios tan vitales como la espada del propio Zorro, señalaba el artículo de aquellos años a partir de las palabras del productor.

Lo curioso es que ni siquiera era una espada de verdad, sino un accesorio de plástico que bajo la mano de Antonio Banderas o Anthony Hopkins se consiguió aquello que denominamos como la magia del cine. Es probable que, al tratarse de un mero objeto de atrezo, los productores de la cinta no plantearan la posibilidad de que los agentes de aduana pensaran que era un arma, lo que llevaría a un malentendido que mantendría el material retenido durante más tiempo y, por consecuencia, a un dolor de cabeza para recuadrar el calendario de grabación y evitar que el rodaje se fuera a pique.

Por suerte, La máscara del Zorro llegó a buen término. El rodaje pudo terminarse en México sin más complicaciones graves y la película se estrenó en cines de todo el mundo entre verano e invierno de 1998. Ante un presupuesto estimado en 95 millones de dólares, logró recaudar 250,2 millones y volver a poner al personaje de Zorro en el radar de la cultura popular, propiciando que en 2005 se diera luz verde a una secuela y que Antonio Banderas empezara a ser reconocido por ponerse bajo la sombra del mítico sombrero y antifaz negro.

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