'Como agua para chocolate' incrementa su sabor en una versión actualizada y extendida

Ella es sincera. Reconoce que no había leído la novela ni visto la adaptación cinematográfica antes de ser convocada para este trabajo. Pero ahora, tras el estreno de la producción televisiva que protagoniza, está plenamente consciente de la responsabilidad que implica el papel que se le ha encomendado.

Y es que, tras un arduo proceso de audiciones, Azul Guaita se convirtió en la estrella de la miniserie inspirada en “Como agua para chocolate” que se puede ver ya en HBO y en Max, y que ha sido producida por Salma Hayek. El proyecto la encuentra en la piel de Tita de la Garza, la sufrida muchacha norteña cuyo amor desbocado por el hacendado Pedro Musquiz (interpretado aquí por Andrés Baida) pretende ser suprimido debido a una costumbre familiar que le ordena quedarse al cuidado de su tiránica madre Elena (Irene Azuela) hasta que esta fallezca.

El reto no es menor. Además de ser una de las novelas latinoamericanas más populares de todos los tiempos y una de las representantes más celebradas del realismo mágico, la versión para la pantalla grande, que fue dirigida por Alfonso Arau y protagonizada por Lumi Cavazos en 1992, sigue siendo una de las cintas más adoradas del cine mexicano.

Una vez a bordo, la joven capitalina vio el filme y leyó el libro, lo que le permitió descubrir las virtudes de la serie actual, que, debido a su longitud (tiene 6 episodios), ofrece oportunidades mucho mayores para profundizar en los personajes ya conocidos.

“Nos permite además notar que cada uno de ellos tiene razones para actuar como actúa, que no son simplemente buenos o malos”, nos dijo la intérprete durante una reciente entrevista. “Es un reencuentro que te permite darte cuenta de cosas de las que no te habías dado cuenta. Y, por supuesto, es una serie muy rica que te da prácticamente la oportunidad de oler todas las recetas deliciosas que se presentan”.

Creando delicias

Sucede que, a diferencia de las historias tradicionales sobre amores imposibles (¿alguien dijo Romeo y Julieta?), “Como agua para chocolate” le permite a su protagonista lidiar con los pesares que la atormentan mediante la preparación minuciosa de platillos mexicanos de alto vuelo que, al llegar a las bocas de sus comensales, producen toda serie de sensaciones y sentimientos.

“Me gusta mucho el énfasis que se pone en el acto de cocinar, que es algo que mi generación ya no hace, porque pedimos siempre comida a domicilio”, lamentó Guaita. “Cuando entiendes el proceso de preparación, aprendes a disfrutar mucho mejor de cada plato”.

La actriz asegura que se defiende como cocinera cuando se trata de recetas básicas, pero que participar en la serie le dio la oportunidad de tomar clases de manera intensiva. “Aprendimos a hacer cada uno de los 12 platillos que aparecen en la pantalla”, detalló. “Es como una ciencia, porque uno de ellos requiere que agregues un ingrediente específico en la cantidad perfecta y en el momento exacto; si no lo haces así, se echa a perder todo”.

Su receta favorita fue la de las torrejas de nata con las que Tita enamora inicialmente a Pedro. “No todas son buenas; he probado otras y no me han gustado”, precisó. “Tienen que ser las que están en la receta que usamos. Es lo mejor que he probado en mi vida”.

En una entrevista separada que nos enlazó con Madrid, Curro Royo, el ‘head writer’ español de la serie, resaltó también el modo en que este programa enaltece la gastronomía tradicional del país vecino. “Cuando el primer capítulo no estaba completamente terminado, decidí mostrárselo a mi familia, y apenas terminó, todos nos miramos y dijimos: ‘Vamos corriendo a un restaurante mexicano””, recordó el experimentado guionista.

“En ese sentido, yo creo que le va a ir bien, porque una de nuestras metas con la serie era que a la gente que la viera se le despertara de inmediato el apetito”, añadió. “Todas las producciones buenas que tienen que ver con la comida, como ‘El festín de Babette’ [‘Babette's Feast’, de 1987] y ‘Comer, beber, amar’ [‘Eat Drink Man Woman’, de 1994], te dan hambre”.

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Una mirada más profunda 

Fuera del aspecto culinario, el show vuelve a poner en vitrina el estado de opresión en el que se encontraban todavía las mujeres a inicios del siglo XX, sometidas a designios y hábitos que atentaban contra su libertad.

“Nosotras podemos estar aquí y gozar de las libertades que gozamos gracias a la lucha que tuvieron que emprender las mujeres de ese tiempo”, retomó Guaita. “Falta mucho camino por recorrer, pero se siente muy bien poder rendirle homenaje a las mujeres poderosas que no se quedaron calladas, que lucharon por ser libres y por amar sin prejuicios, tanto a ellas como a los demás”.

Curro, que cursó estudios de Historia Contemporánea en Zaragoza, su ciudad de origen, es todo un experto en la elaboración de guiones con referencias reales. Además de haber trabajado en “Hernán” (2019), la serie sobre el conquistador español que fue estelarizada por Óscar Jaenda, se encuentra al frente de “Cuéntame cómo pasó”, un programa sobre la transición a la democracia en España que se ha transmitido a lo largo de 12 años.

Durante la charla que tuvimos con él, remarcó que los guiones para la versión 2024 de “Como agua para chocolate” no surgieron únicamente de sus manos, sino también de las de la mexicana Jimena Gallardo (“Ingobernable”) y la española María Jaén (“Com si fos ahir”), ambas escritoras y responsables en buena medida del poderío que tienen los personajes femeninos en la presente producción.

“Teníamos que hacer algo que estuviera a la altura o que superara lo que ya se había hecho, en el sentido de que lo actualizara para el público contemporáneo después de tantos años”, comentó. “Tener muchas más horas a nuestra disposición nos dio espacio para abrir puertas que estaban en la casa [de la familia De la Garza] y que no se habían abierto hasta ahora”.

A diferencia del texto de Esquivel, que dibuja la coyuntura a grandes rasgos, el de Curro, Gallardo y Jaén hace comentarios específicos sobre la situación, aprovecha generosamente sus locaciones exteriores e involucra más intensamente a los personajes en causas políticas.

“Yo amo la ficción seriada, y la amo precisamente porque te da la oportunidad de quitarte la curiosidad que te produce el saber lo qué ocurriría con uno y otro personaje cuando lees una novela, sobre todo cuando estos personajes son tan fascinantes como los de Esquivel”, dijo el escritor.

“Vamos a poder seguir la relación entre [el guerrillero] Juan Alejándrez y Gertrudis [la hermana más osada de Tita]; vamos a saber más de Pedro, al que relacionamos ahora con los primeros pasos de la Revolución, como el joven burgués que es”, enumeró. “Teníamos entre las manos un juguete precioso con el que queríamos jugar más”.

Una protagonista evolucionada

Para interpretar a una Tita que mantuviera fidelidad con el espíritu del pasado, pero que se sintiera a la vez renovada, Guaita se dedicó a buscar la esencia del personaje con la finalidad de no perder los elementos suyos que todos adoran, pero dándole a la vez el giro novedoso que requería la producción.

“Tita es una persona que siente mucho, que es empática y fuerte”, dijo. “Pero, en lugar de dejarse hundir por estas emociones, crea algo maravilloso con ellas, transformándolas en algo positivo y delicioso”.

Hasta ahora, la actriz había trabajado mayormente en proyectos televisivos ligeros e inclinados a la comedia, lo que significa que el cambio de registro fue también un desafío.

“La Tita que todos amamos sufre mucho”, reconoció. “Fue algo complejo lograr que no fuera muy repetitiva. No podíamos verla llorando todo el tiempo con la misma intensidad ni con las mismas expresiones. Es por eso que, de la mano de los directores y del guión, fuimos matizando e intensificando estos sufrimientos”.

Curro dejó en claro que Warner, la compañía detrás del proyecto, tenía una directriz definida en lo que respecta a la necesidad de actualizar las cosas, porque sus ejecutivos dudaban de que una nueva adaptación literal del libro conectara con las nuevas generaciones, sobre todo las femeninas, debido a los avances que se han producido en relación a los derechos civiles.

“En la novela y en la película, Tita es un personaje que tiene los ojos puestos en el suelo, que está realmente aplastado por las circunstancias sociales”, describió el guionista. “Le dimos muchas vueltas al asunto hasta que decidimos cambiar por completo su motor, haciendo que levantara los ojos y mirara cara a cara a su madre”.

Guaita no tuvo la oportunidad de conocer en persona a Salma Hayek, pero se comunicó con ella a través del Zoom y, al inicio de la grabación, recibió un mensaje de texto suyo en el que le echaba porras. “Ha sido impresionante tener el apoyo de una mujer tan poderosa y tan inspiradora como ella en un proyecto que habla justamente de mujeres poderosas e inspiradoras”, afirmó.

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Este artículo fue publicado por primera vez en Los Angeles Times en Español.