Por qué el ahuehuete de Reforma reverdece a pesar de la contaminación y la crisis hídrica en CDMX

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El ahuehuete de Reforma se mantiene verde a pesar de las olas de calor, la contaminación y la crisis hídrica en la Ciudad de México, que afecta todo tipo de seres vivos.

Rodeado por vallas metálicas y amurallado por grandes edificios que lo protegen de alguna amenaza, este emblemático árbol vive en un clima que puede ser muy seco en días calurosos. 

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Desde el mes de enero hemos visitado al ahuehuete (taxodium mucronatum) que ya asoma sus ramas verdes por la valla que le fue colocada para evitar accidentes o choques viales en él.

Para comprender más sobre su reverdecimiento, la bióloga Alí Segovia Rivas del Instituto de Biología de la UNAM, experta en anatomía cuantitativa y estructura de maderas, explica a Animal MX los retos que enfrentan los árboles cuando son trasplantados en ambientes como el de la Ciudad de México.

¿Cómo deben trasplantar un árbol?

La experta explica que para trasplantar un árbol como el ahuehuete de Reforma, es importante tomar en cuenta la edad que tienen, esto ayudará a que la reforestación no falle. 

“En general, si metes arbolitos muy pequeños, muy inmaduros, no tienen mucha capacidad de sobrevivir. Si metes árboles más grandes con muchas hojas y que ya tienen suficiente raíz y todo lo demás, hace que el sistema esté más protegido”, explica Segovia.

Hablar de un sistema protegido para un árbol, significa que hay nutrientes en la madera, y no tiene que gastarlos en generar nuevas raíces, por ejemplo, o nuevas hojas.

“Entonces sí, importa muchísimo a qué edad metas el árbol”, añade la especialista.

ahuehuete Reforma
Las vallas metálicas protegen al ahuehuete de Paseo de la Reforma. Foto: Verónica Santamaría.

El ahuehuete de Reforma y su protección de vallas metálicas

En un comunicado compartido por la Secretaría de Medio Ambiente de la Ciudad de México (Sedema) del pasado mes de agosto del año 2023, explica que la edad del árbol, en ese momento, era de 20 años y medía alrededor de 11 metros de altura.

Hoy, el ahuehuete -que fue donado por los Viveros Regionales y Vivero Los Encinos- deja ver sus verdes hojas por encima de las vallas metálicas que lo rodean, una medida de vigilancia física para proteger al árbol de nuevas amenazas.

Cabe recordar que en marzo de ese año, 3 días después de haber sido plantado, una persona fue detenida por policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México, luego de detectar  que colocaba “sustancias en la tierra y dañando las instalaciones del sistema de riego que se estaba terminando de instalar”, explica la Sedema en su comuncado.

Pese al maltrato, la secretaría explicaba que el estado de salud del ahuehuete ubicado en el Paseo de la Reforma es que seguía vivo y se pasaba por un proceso de adaptación. 

Hoy día, en lo que va de los primeros tres meses del 2024, el árbol se muestra mucho más verde, a pesar de la crisis hídrica que atraviesa la CDMX.

El sabino que reverdece en una ciudad que se seca

Y si te preguntas cómo es que a pesar de las malas condiciones que hay en la Ciudad de México, el árbol muestra señales de mejoría, Alí Segovia tiene una teoría para explicar el reverdecimiento en los últimos meses.

“Mi teoría es que está siendo regado suficientemente, es decir, está teniendo continuo flujo de agua, porque por otro lado, si tú buscas un taxodium mucronatum [nombre científico del ahuehuete] es de la familia de los pinos y está relacionado con los pinos. Entonces, su estructura es este tipo de traqueida en donde su sostén y conducción están en las mismas células. Dejas de regar y colapsa todo”, explica la maestra en ciencias biológicas y especialista en maderas.

De acuerdo con el Diccionario del Español de México del Colegio de México (Colmex), una traqueida se refiere a “la célula alargada y de extremos afilados que constituye la mayor parte del xilema de las plantas gimnospermas, en las que sirve como conductor de agua y sales minerales y como sostén”.

Segovia señala que los ahuehuetes son árboles que se encuentran cerca de fuentes de agua. En el artículo Ahuehuetes: los viejos de agua, de la Universidad Veracruzana, explica que para los aztecas, los sabinos eran árboles sagrados y ceremoniales relacionados con el agua. En náhuatl ahuehuetl significa “viejo del agua”.

Cuando el gobierno de CDMX propuso trasplantar un sabino en la glorieta donde antes habitaba una palma, la especialista menciona que se sorprendió por esta decisión debido a las condiciones actuales de la ciudad, donde tenemos crisis hídrica.

“Por otro lado, el ecosistema más acuático era el lago. Es ahí donde podemos contextualizar donde había un ahuehuete que estaba a un lado de los ríos o en zonas pantanosas pero con mucho acceso al agua”, añade.

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La búsqueda del equilibrio

Para que un árbol logre el equilibrio en el nuevo sitio donde será trasplantado, Alí Segovia explica que el proceso en esta vegetación es diferente. 

De acuerdo con ella, los árboles -cuando las condiciones son malas-  no llegan a crecer en el año y se saltan el anillo de su corteza o producen poca madera. Además, también pueden perder un poco de hojas por el deterioro de su salud.

“El problema es que si tienen un árbol muy estresado, sin hojas, que no hay nadie que esté haciendo fotosíntesis y que crezcan al año siguiente; es cada vez más difícil. Va requerir de los nutrientes que haya almacenado en su madera pero tampoco son tantos”, explica la experta.

Ante esto, Alí Segovia hace énfasis en prestar atención para detectar cuándo un árbol puede estar estresado

“Entonces, un árbol muy estresado a lo largo de los años puede ser que lo veas bien pero eventualmente comienza a declinar. Entonces, yo no diría que ese árbol está todavía salvado hasta ver”, sentenció.

ahuehuete Reforma
Aunque esté rodeado de edificios y haya una sequía en CDMX, el ahuehuete continúa reverdeciendo. Foto: Verónica Santamaría.

¿Qué otras cosas necesita un árbol para crecer sano?

Otro factor que señaló la experta en el crecimiento de los árboles es que cada año crecen mucho en madera. Sin embargo, para asegurar este crecimiento, la seguridad hídrica es importante.

 “Cada año crecen mucho pero, por lo tanto, tiene este asunto de que crece o tiene seguridad hídrica y si te falla en una sequía es más fácil que muera. Cuando ya eres más grande el crecimiento sigue ocurriendo, pero a menor velocidad, tanto en altura como en grosor y eso hace que los árboles sean más estables, más fuertes, a lo mejor como ya tienen más madera tienen más nutrientes acumulados y es más fácil que puedan sobrevivir”, explica. 

La altura es otro factor que permite determinar qué tan vulnerable puede ser ante una sequía. Este punto fue importante en la  tesis de maestría de la bióloga Ali Segovia.

“Qué tan alto o largo es un árbol también afecta en qué tan vulnerable puede ser para una sequía porque, los árboles no tienen un corazón que lleve agua, los árboles lo que hacen es que requieren una presión constante que se llama ‘capilaridad’”, explicó. 

Por ello, la adaptación que tienen los árboles es que en la punta de donde están las hojas y entre más alto sea el árbol y más grande, hay más posibilidades de que encuentre un equilibrio.

“Es una adaptación entre ‘crezco mucho y eso me ayuda a ser competencia porque puedo ser el árbol más alto y puedo obtener más luz y crecer más pero me arriesgo, al mismo tiempo, a que haya una falla hídrica si hay una sequía’”, describe la bióloga.

El estrés de los árboles

Un árbol que está bajo estrés se nota cuando no tiene suficiente agua, ha perdido copa, tienen una plaga. Por ejemplo, un hongo que se lo come o hay un insecto alimentándose con sus hojas, corteza o madera. Además, en general, sería un árbol que no esté creciendo adecuadamente.

Ante las condiciones ambientales por las que atraviesa la Ciudad de México, la bióloga apunta que si no hay suficiente agua para un árbol que requiere del líquido es peligroso, pero también si no tiene espacio suficiente para que sus raíces crezcan eso también va a limitar su desarrollo.

Y aunque no tenga un techo encima, si tiene competencia alrededor con otros árboles o edificios que le tapen su acceso a la luz del sol, también limita su crecimiento.

La experta explica que de continuar a este paso, en unos años podrá lograr un mayor crecimiento y alcanzar una etapa madura, siempre y cuando mantengan los cuidados necesarios como proporcionarle suficiente agua y algún tipo de fertilizante.

“Por sí solo, el árbol, donde está, no creo que lo logre”, añade la bióloga.

¿Qué podemos hacer como ciudadanos para cuidar el ahuehuete de Reforma (y los otros árboles de CDMX?

Como ciudadanos, Alí Segovia recomienda que realmente exijamos a gobernantes y autoridades el cuidado a los árboles, además de que plantemos especies de climas secos como el guayacán que tiene flores muy bonitas y está mejor adaptado a las sequías.

Otras opciones y que ya hay algunos en la CDMX sería una Bursera simaruba, parmentiera o algún cactus. Incluso, una ceiba.

“A futuro, eso es lo que la Ciudad de México necesita. Debemos enfocarnos en empezar a plantar árboles resistentes a la sequía para que, en determinado momento, no tengamos que decidir entre la supervivencia de los árboles o de nosotros, debería ser un conjunto”, finaliza.

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