Alejandra eligió, sin saberlo, a la misma diseñadora de vestidos de novia que su madre: esta es su historia
El pasado 21 de septiembre Alejandra y Carlos se dieron el 'sí, quiero' en la Iglesia del Colegio de Nuestra Señora del Pilar, en Madrid, donde ella estudió durante sus últimos años de colegio. Fue una ceremonia muy emotiva, llena de momentos especiales, y un día mágico para el que la prometida eligióun vestido de novia de Sole Alonso. Una pieza que, como todos los trabajos de la creativa, nació sin un boceto previo, solo con conversaciones, pruebas y trabajando poco a poco sobre el diseño.
Alejandra nos explica que cuando llegó el momento de dar forma a su look nupcial no tenía una idea clara de lo que quería. Por eso creó una carpeta en la que ir guardando todo lo que le inspiraba. Este recurso es muy útil, ya que, aunque en un primer momento parezca que todo es muy diferente entre sí, en realidad suele haber patrones comunes. En su caso, fueron determinantes para elegir los tejidos.
Y del mismo modo que buscó mucha inspiración, visitó a varios diseñadores antes de decantarse por Sole Alonso. "Había visitado algunos diseñadores que me habían gustado y que me presentaron algunos bocetos preciosos. Pero no terminaba de imaginármelos en mí. Cuando llegué a Sole y me explicaron cuál era el proceso de creación del vestido, sentí que necesitaba hacerlo así". Fue tras ese encuentro cuando descubrieron que la diseñadora había trabajado en Friki, una antigua tienda de moda de Madrid propiedad de su madre y sus tías, donde se había hecho el traje de novia la madre de Alejandra. "Fue en las mismas fechas que ella estuvo trabajando. Me hizo mucha ilusión que me fuera a hacer el vestido la misma persona que a mi madre".
"Lo más importante es elegir un vestido con el que te sientas cómoda y tú misma"
Un vestido de novia con mezcla de tejidos
No es casualidad que Sole Alonso sea una de las diseñadoras nupciales más buscadas. Además de contar con una larga trayectoria en el sector, siempre está presente en todo el proceso de creación del vestido, donde plasma su creatividad y su magia. Y eso, cautivó a Alejandra. La novia nos cuenta que durante las primeras citas hablaron mucho de diseños y estilos que le gustaban, tanto nupciales como de invitada. Vieron infinidad de tejidos y empezaron a probar para comprobar qué era lo que más le favorecía. "Lo único que tenía claro era que quería llevar mangas y un vestido que no fuera de una pieza, quería que tuviera dos partes diferenciadas y que fuera algo fluido. Me gustaban los vestidos de estilo más romántico, pero sencillos y elegantes. Y tenía claro que quería mezclar alguna tela, no quería un vestido liso", nos cuenta la prometida.
Con una base de bambula y lino fueron construyendo una prenda que encajara con los gustos de la novia, pero durante la tercera prueba se dieron cuenta de que la pieza que estaban creando no era lo que buscaban. "Sole supo captarme rápidamente y empezó a quitar alfileres y empezamos de cero. En ese momento vi una tela bordada en su taller que me encantó y empezamos a pensar cómo podíamos incorporarla. En la siguiente prueba, Sole había puesto la tela en el cuerpo del vestido y en cuanto lo vi supe que ya lo teníamos. A partir de ahí fue fácil completar el resto".
Finalmente, Alejandra lució un vestido de manga larga, escote cuadrado y falda fluida que combinaba diferentes tejidos. Aquella tela bordada sirvió para forrar un cuerpo bastante estructurado y empezar las mangas. Sí, empezar, porque estaban terminadas en un tejido contrastado y ligeramente transparente. En la zona de la cintura, nacía una especie de sobrefalda confeccionada en un tejido muy liviano, con un pequeño drapeado en la zona superior, que hacía a su vez de cola. La espalda también merece una mención especial, escotada en pico, drapeada y con una hilera de botones forrados. "Decidí no llevar un segundo look porque me gustaba tanto el primero que sabía que no querría quitármelo. Además, no quería perderme ni un minuto del día haciendo un cambio", apunta la novia.
Un velo con flor, joyas antiguas y un ramo diferente
Alejandra quiso llevar velo el día de su boda y se decantó por una pieza de tul de seda muy sencilla. "Como complemento quería llevar algo en el pelo, que no fuera muy llamativo, pero que le diera un toque especial al semirrecogido. Después de buscar en muchos sitios fui a ver a Charo Agruña poco antes de la boda, y me hizo una flor preciosa con forma de rosa en organza".
Las joyas son otro de los accesorios que las novias eligen con mucho mimo. La prometida nos explica que a ella le encantan las piezas vintagey en su boda quería lucir unos pendientes de este tipo y que fueran largos. Después de mucho buscar —pasó meses haciéndolo— entraron en la joyería de Ignacio Torres. "Descubrimos auténticas maravillas. Después de probarme media tienda encontramos unos pendientes preciosos art déco con una base con forma de caracola que me encantaron. Tenían mucha luz. También llevé el anillo de compromiso que me regaló Carlos, que es un tresillo inglés de principios del siglo XX".
Si las joyas y el velo son importantes para cerrar bien el look nupcial, también lo es dar con el ramo adecuado. Las composiciones protagonizadas por una sola flor convencen cada vez a más prometidas. Esta tendencia, que llegó fuerte hace un par de temporadas, convive con los diseños de cascada que conquistan cada vez a más prometidas. El de Alejandra fue un regalo de su madrina y era distinto y muy original. "Buscando inspiraciones de flores encontré unos Anthurium blancos gigantes que pensé que podían quedar bien. Gabriela de Freesia estuvo buscando los Anthuriums más grandes que encontró y elaboró un ramo precioso, sencillo, pero diferente, que le daba un toque especial al conjunto".
Y es que las flores fueron un hilo conductor dentro de este enlace. "Toda la papelería de la boda, que fue creación de mi cuñada Andrea, de AM Paper Studio, estaba inspirada en flores. Andrea, que es una gran artista, creó un herbarium floral y cada mesero era una flor distinta, todas diseñadas y dibujadas por ella. Se le ocurrió que podíamos tener un detalle con las mujeres más importantes para nosotros de la boda e hicimos una miniatura de cada flor enmarcada para que tuvieran un recuerdo de nuestro día. A las madres les regalamos el marco del anthurium, que era la flor de mi ramo".
Maquillaje natural y un semirrecogido
Es importante que el vestido y el resto de complementos del look nupcial reflejen la personalidad de la novia, pero apostar por un maquillaje y un peinado con los que no sentirse incómoda o no reconocerse es fundamental. Alejandra nos explica que ella no suele maquillarse demasiado en su día a día, por lo que un acabado natural era fundamental. En cuanto al peinado, quería retirarse el pelo de la cara, pero no le gustaba la idea de llevar un moño. "Normalmente, suelo llevar el pelo ondulado y pensaba que un semirrecogido con el resto ondulado podría quedar bien. Fini Rico fue sin duda la mejor elección. Supo perfectamente cómo hacerlo y me hizo sentir muy natural. Además, disfruté mucho con ella durante la preparación, y no pude estar más contenta con el resultado".
Un día para recordar
Después de su emotivo 'sí, quiero', la pareja se trasladó a Soto de Mozanaque, donde disfrutaron de una gran celebración junto a todos sus invitados. Alejandra nos explica que pocas semanas antes de la boda se dieron cuenta de que todavía les quedaban muchas cosas por cerrar, por lo que tuvieron que buscar la ayuda de una wedding planner. "El equipo de Peonias nos ayudó un montón a coordinar todos los detalles e hicieron que todo saliera perfecto. Son un equipo muy detallista y atento, y consiguieron que durante el día de la boda ni nosotros ni nadie de nuestra familia o amigos nos preocupáramos por nada".
Decir que una boda está cargada de momentos especiales puede parecer una obviedad, pero es que de principio a fin ese día tiene magia. Alejandra nos cuenta que ella no podría quedarse solo con uno. "Entrar en la Iglesia de la mano de mi padre, hacer el camino al altar, parándonos en cada paso que dábamos para disfrutarlo, y ver a Carlos en el altar emocionado y con una sonrisa de oreja a oreja fue de lo más bonito y especial. Y sin duda empezar el baile con mi padre con nuestra canción, My Way, y poder terminarlo con Carlos fue de mis momentos favoritos. Tener a mi abuela presente en la boda, y que pudiera disfrutar tanto de los preparativos y del día me hizo tremendamente feliz. Y, por último, el discurso de mi hermano y del mejor amigo de Carlos, fueron de los mejores momentos de la boda".