Alejandra Da Passano: la temprana rebeldía de una actriz de linaje, la historia de amor con su galán y la calidez de su recuerdo

Alejandra Da Passano: la temprana rebeldía de una actriz de linaje, la historia de amor con su galán y la calidez de su recuerdo
Alejandra Da Passano: la temprana rebeldía de una actriz de linaje, la historia de amor con su galán y la calidez de su recuerdo

Hija de actores, Alejandra Da Passano supo desde muy chica que quería ser actriz. Su forma de rebelarse fue empezar a trabajar sin haber estudiado, como deseaban sus padres, aunque se formó después. Se llamaba María Ana Alejandra Da Passano Gallo y nació en Buenos Aires, el 26 de julio de 1947. De larga trayectoria en televisión, teatro y cine, murió a los 66 años, el 30 de junio del 2014.

Creció escuchando hablar de arte y acompañando a sus padres, María Rosa Gallo y Camilo Da Passano, a sus trabajos en teatro y cine. Su hermano Claudio (fallecido el pasado 25 de enero) también siguió los mismos pasos. Alejandra debutó haciendo una participación en Pajarito Gómez, una película estrenada en 1964 que parodiaba al éxito televisivo del momento, El club del clan. En una entrevista radial de los años ‘90 contó por qué no quiso estudiar en el Conservatorio de Arte Dramático. “ Creo que fue mi manera de rebelarme porque mamá quería que estudiara; en casa no había otra posibilidad. Pero no quise, me rebelé. Empecé haciendo televisión y después sí estudié. Siempre digo que hice una carrera al revés ”, contaba entre risas.

También se sinceró y dijo que le costó sacarse el mote de “la hija de…”. “Es un plomazo. Ser ‘la hija de...’ es algo que no te lo sacas más, y encima yo también fui la mujer de, la hermana de… Estoy rodeada (risas). He protagonizado varias veces y me siguen poniendo la hija de, pero lo tengo asumido y además tuve una relación maravillosa con mamá ”, detalló en un programa de Susana Giménez. Además, solía contar que no le gustaba cocinar y que, en cambio, disfrutaba practicar yoga y hacer gimnasia, al tiempo que aseguraba que hizo poco teatro porque “de chica fui tanto y en casa se hablaba tanto, que me agotó”.

Del éxito de Muchacha italiana… a hacer clásicos con su mamá

Su debut en televisión fue en la tira Llegan los parientes de España, en 1964, y unos años después, en 1969, protagonizó Muchacha italiana viene a casarse, una novela de Delia González Márquez que tuvo mucho éxito en ese momento y donde conoció a Rodolfo Ranni, con quien se casó unos años después. Luego hizo Hospital privado, Cuatro hombres para Eva, Malevo, con Rodolfo Bebán, Rosa de lejos, con Leonor Benedetto, Las 24 horas, La Señora Ordónez, con Luisina Brando, Así son los míos, Apasionada, Alta comedia, Gino, con Arnaldo André, Gasoleros, Primicias, Máximo corazón y Los simuladores.

En cine trabajó con Niní Marshall en Escándalo en la familia, y le siguieron El señor presidente, La gran ruta, La madre María, junto a Tita Merello, Los hijos de López, Chechechela, y su última película fue Costo argentino, en el 2002.

Alejandra da Passano y Rodolfo Ranni en Muchacha italiana viene a casarse
Alejandra da Passano y Rodolfo Ranni en Muchacha italiana viene a casarse

En teatro hizo El casado casa quiere, con Ana María Campoy y José Cibrián, En la mentira, Hay un hombre en mi cama, Sueños de un seductor, Mil años un día, Risas en el piso 23, El cartero de Neruda, y clásicos como La cabeza del dragón, Las del Barranco, Ricardo III, Dos mujeres con Federico, con textos de García Lorca, donde compartió escenario con su mamá María Rosa Gallo. “Disfruto mucho trabajando con mamá porque es una gran actriz de la que siempre aprendo mucho”, contaba en entrevistas de la época. También hizo La casa de Bernarda Alba, El jardín de los cerezos, El nombre, Tres mujeres altas, y Cristales rotos.

Su historia de amor con Rodolfo Ranni fue un flechazo. Se conocieron protagonizando Muchacha italiana viene a casarse, en 1969, y se enamoraron al mismo ritmo que sus personajes. En 1972 nació su primera hija, Estefanía, y dos años después llegó al mundo Eleonora. Se divorciaron en los ‘80 y la actriz volvió a formar pareja con un arquitecto, con quien tuvo a su tercera hija, María.

El recuerdo de sus colegas

Antonio Grimau conoció a la actriz cuando ambos daban sus primeros pasos en el medio: “Recuerdo que me convocó Martha Reguera para hacer un reemplazo en Muchacha italiana…, cuyo galán era Ranni acompañado por Alejandra. Una tira de mucho éxito que estuvo varios años al aire. Alejandra era una muchacha llena de vida, de energía, con una vitalidad asombrosa y un ímpetu impresionante, que amaba su trabajo. Tenía ilusiones de cantar en italiano, si no recuerdo mal. Y hablaba muy bien ese idioma. Tenía muy buen humor, era muy alegre, y estaba muy contenta por el éxito que tenía su primer protagónico en televisión. Tenía grandes condiciones como actriz. La recuerdo tan vital que muchos años después me sorprendió su partida, por una enfermedad lamentable. Se ganaba pronto el cariño y la simpatía de todos ”, le contó a LA NACIÓN.

Ana María Picchio la recuerda con mucha emoción para LA NACION. Ambas compartieron muchas horas de trabajo en la película Chechechela. “Es una persona a la que extraño mucho porque la conozco desde que era chiquitita y venía con la mamá al Conservatorio. María Rosa era nuestra profesora de teatro inmerso y ella venía y se sentaba y jugaba con una carterita. Era divina. Trabajamos muchas veces juntas, pero la que más me acuerdo es Chechechela, que estaba genial. Tenía una voz hermosa. Yo la quería muchísimo, teníamos un trato muy afectuoso aunque no éramos amigas. Y cuando hace poco falleció el hermano, Claudio, me dio mucha pena. Tan jovencitos se fueron los dos. Me dolió mucho. Y también fui alumna de su papá, Camilo Da Passano, así que es una familia que llevo en el corazón”.

Víctor Laplace, Alejandra Da Passano y Ana María Picchio en Chechechela
Víctor Laplace, Alejandra Da Passano y Ana María Picchio en Chechechela

Alejandra Da Passano fue compañera de Alberto Martín en Los hijos de López. “Pasamos un tiempo hermoso juntos. Ella cubría el papel de esposa de Emilio Disi, una chica humilde, sencilla y de barrio, a diferencia de mi personaje que era bastante ladino, comprometido con estupideces que lo rodeaban. Alejandra era una mujer muy querible, cálida, agradable, tierna. Tengo recuerdos hermosos a pesar de que ella hacía muchos exteriores y la veía poco, pero cuando nos encontrábamos la pasábamos bien. Nos cruzamos después en otros trabajos también, y es muy lindo recordarla como una excelente compañera”, le confió a LA NACION.