Alfredo Casero y Fabio Alberti: entre el regreso de Cha Cha Cha, las peleas del pasado, las ausencias y varias incógnitas
Pasaron casi 30 años desde que Alfredo Casero y Fabio Alberti dejaron de trabajar juntos , pero nunca perdieron el contacto. Y aunque uno se mudó a Capilla del Señor y el otro se radicó en Uruguay (en Pueblo Edén, Maldonado), fueron pergeñando el proyecto que en breve los reunirá en un escenario de la avenida Corrientes.
Durante 1993 y de 1995 a 1997 fueron las caras más visibles (junto con Diego Capusotto) del irreverente programa de humor Cha Cha Cha, que se emitió originalmente los miércoles, a las 22, por América TV (y que luego contó con varios años de repeticiones en ese mismo canal de aire y en los de cable I Sat y Volver). El original nombre del programa –que marcó un antes y un después en la historia de la televisión local– había sido extraído del estribillo de “Mozart avec nous” (cha cha cha, cha cha cha, non tu n´existais pas encore/ cha cha cha, cha cha cha, le Brésil n´en était pas là…), la versión de Boris Vian de la “Marcha turca” de Mozart; que terminó acompañando la apertura de cada emisión.
A lo largo de los años, tanto uno como otro fueron consultados sobre la probabilidad del regreso del histórico envío. Ahora, para sorpresa de muchos y obvio beneplácito de sus seguidores más fanáticos, el retorno de Cha Cha Cha se hará realidad, pero en otro formato: el teatral. Desde el 10 de octubre y por únicas 10 funciones (siempre de jueves a sábados), Casero y Alberti –más una troupe de actores invitados– reflotarán sus personajes y sketchs más recordados en el Teatro Metropolitan. Antes hablaron con LA NACIÓN sobre las características del espectáculo que anticipan disruptivo, el porqué de ciertas ausencias en el elenco y el estado del humor en la Argentina.
–¿Por qué el regreso de Cha Cha Cha al teatro y no a la televisión?
Alfredo Casero: – Porque la televisión como medio no existe más. Al menos como para poder mostrar un producto como Cha Cha Cha. Cuando terminó el programa, por decirlo de alguna manera, ya no hubo lugar para un programa así. A partir de ahí, y durante 25 años, hubo personas que hicieron lo imposible para que no volviéramos. Intentaron chupar la energía del programa y copiar su esencia, cuando la esencia de Cha Cha Cha siempre la tuvo la gente. Entonces, volver en este momento forma parte de una misión: de devolverle a la gente lo que es de la gente; y ayudar a que vuelva a reír.
Fabio Alberti: –Y lo hacemos sobre un escenario porque la fiesta solo puede ser en el teatro. Imaginate si a la gente le decís: “vuelve Cha Cha Cha a la tele después de 30 años con dos horas de show”. Sería un embole.
Casero: –Yo no creo que sería un embole, sería otra cosa. De todos modos, aclarémoslo: nosotros no vamos a hacer Cha Cha Cha; vamos a celebrar Cha Cha Cha, que es otra cosa. Hacer Cha Cha Cha solo se pudo hacer en un momento histórico específico. Volver a hacer Cha Cha Cha tal y como era, sería como volver a casarme con mi primera pareja.
–¿En qué va a consistir el espectáculo?
Casero: –Cha Cha Cha era una suerte de zapping. Bueno, en el teatro va a ser lo mismo, pasaremos de un sketch a otro. Pero será de una manera más hilada, más prolija. Lo nuestro será un ejemplo de Teatro del Pánico, donde no sabés qué te va a pasar. Él único que hizo ese tipo de teatro en la Argentina fue mi amigo, el puto lindo de Fernando Peña, ya que con él, de antemano, nunca podías saber lo que ocurriría. En televisión hacíamos algo así, ahora la gente se va a reencontrar con eso en el teatro.
–Me imagino que abrirá con la “Marcha turca” de Mozart, en versión Boris Vian, ¿no?
Casero: –¡No te vamos a decir un choto! (Risas). Bueno... algo más te vamos a decir. Podría estar tanto la “Marcha turca”, si le encontramos la vuelta, como la “Marcha de Vaporeso”, aquella que grabamos con la banda oficial de los Patricios y que siempre me piden que cante. Digamos que esta será otra de las incógnitas del espectáculo.
–¿Es verdad que ofrecerán distintos sketchs todas las funciones?
Casero: –Es tanto lo que tenemos para presentar que la idea es hacer cuatro o cinco shows diferentes, dentro de las dieciocho funciones que haremos. O sea que el que venga un jueves no verá lo mismo que el que asista un viernes y lo mismo ocurrirá con los del sábado y el domingo. O se mantendrá una parte del show y otra será distinta. Y no es que uno de los shows será mejor que otro, simplemente no podemos poner todo en uno solo porque duraría cinco horas.
–¿Cuáles serán los sketchs fijos, los que se podrán ver siempre?
Casero: –Estarán siempre los clásicos, como “Mañanas al pedo”, “Telescuela Técnica”, “El programa de Rolo”, pero también podríamos poner una urna en la puerta del teatro para que la gente elija qué cuadros quiere ver ese día o los próximos. Va a ser tan dinámico todo que le hemos propuesto al productor que ofrezca un abono para varias funciones, así los fans más fanáticos de Cha Cha Cha no se pierden nada.
–¿Estarán los personajes más significativos? ¿Cuáles?
Casero: –Sí. Estarán La Madre Judía, Juan Carlos Batman, Siddharta Kiwi, Aaron Zimmerman, Manuk, La Psicóloga, Susana Bronstein, Carlos Messina, Rolando el mono matemático, Papiros Potoián, Gilberto Manhattan Ruiz; en fin, la mayoría de los que la gente recuerda. Pero, te repito, no quiero que la gente sepa demasiado qué les voy a dar. Yo tengo que entrar por sus terminales nerviosas, que son los ojos y los oídos, y llegar al centro del cerebro para disrumpir lo máximo posible hasta provocar una convulsión, una catarata de risas. A la gente, cuando veía Cha Cha Cha por la televisión, le pasaba algo físico. Por eso el público nos quiere de una manera física. ¡Yo he visto gente lamerle a Fabio entre los dedos! (Risas).
Alberti: –Y están los que me paran por la calle y me dicen: “Te agradezco porque en el peor momento físico de mi padre o de mi madre lo único que los aliviaba era ver Cha Cha Cha”.
Casero: –Yo he llegado a ver, a pedido de sus familias, gente que se estaba muriendo para sacarles una última sonrisa. En el 2001, cuando ya el programa no estaba al aire, fui al hospital Churruca a ver a un policía de 29 años al que habían recontra cagado a tiros. Lo hice reír toda la tarde. Después lo volví a visitar, esta vez en la casa. Finalmente se murió y fui a su velorio. ¿Y qué me pasó ahí, cuando lo vi metido en el cajón? Sentí que se estaba por cagar de risa nuevamente. Está claro que la relación de un lado y del otro es física.
–¿Y también estará el sacerdote Peperino Pómoro (que parodiaba los micros religiosos de la medianoche), por el cual, supuestamente, el programa fue levantado en 1997?
Casero: –Sí, Peperino Pómoro volverá para reivindicarse. Lo del levantamiento se lo debemos a la Fundación Argentina del Mañana, que ya no existe más. Una lástima, ¿no? Porque nos hubiéramos ahorrado toda la mierda que después vino... ¡No tendríamos ni homosexualidad ni robos ni todas las cosas horribles que hoy nos rodean! [por escrito no se aprecia el tono irónico en el que lo dice). Un día me encontré con uno de esos pibes de La Fundación... y me encabroné tanto que le rompí la chomba Lacoste y lo dejé con las tetillas caídas al aire. Eran unos pibes esos... De todos modos, nuestra salida del aire tuvo que ver con varios factores. Digamos que todos los canales se pusieron de acuerdo para expulsarnos.
–¿Cómo es eso?
Casero: –Todos nos hicieron mucho daño . La única que nos dio una mano –y ojalá que por eso Dios la tenga en la gloria– fue doña Berta, la señora de El mundo de las pelucas, que nos prestaba de todo. Después nadie nos ayudó nunca. El problema fue la cantidad de mediocres hijos de p... que habitan los canales, que hicieron lo imposible para que no pudiéramos hacer lo que queríamos llevar a cabo. Un día me llamaron de Canal 13 y me hicieron mierda, me hicieron ir con El mono Rolando y me exigieron que mostrara la carita, y el mono no tiene por qué mostrarla, ¡no tiene expresión! ¿Me entendés? Querían que hiciera en ese entonces lo que hacía Guinzburg y Fontova, y nosotros siempre les dijimos que no porque nunca maltratamos a una mujer ni pusimos una risa grabada. Eso era una grasada. En cuanto nos sacaron del aire, en el mismo canal, día y horario (América TV, los miércoles, a las 22), Pergolini hizo Delicatessen, ¡y usó hasta nuestra escenografía! Nosotros podíamos ser poco controlables, pero éramos más profesionales que todos , lográbamos un gran programa todas las semanas. Algunos siguen pensando que fumábamos un porro y nos salía un programa. Y no señor: un día nos juntábamos, otro hacíamos la preproducción, otro las grabaciones en exteriores y otro las grabaciones en estudio. No fumábamos, no boludeábamos y el resultado no era producto de la casualidad.
–¿Por qué Diego Capusotto no será de la partida en el teatro? ¿Lo convocaron?
Casero: – Nosotros lo llamamos y dijo que no . Pero si cambia de decisión y de repente quiere venir un día como invitado sería una alegría. Nadie tiene un problema con él. Yo sé que de mí dijeron que había dicho de Capusotto que vivía de la plata del Estado. Y yo en mi puta vida dije algo así. Lo juro. Convocamos a todos los que hicieron Cha Cha Cha , algunos serán de la partida y otros no, fundamentalmente por compromisos laborales, como es el caso de Vivian El Jaber, que se encuentra trabajando en Tootsie, y de Alacrán, que hoy vive y labura en los Estados Unidos. Por el momento el resto del elenco lo integran Romina Sznaider, Santiago Ríos, Diego Rivas, Lito Ming, Leo Raff, Flavio González y Gustavo Ciancio.
–¿Y Mex Urtizberea?
Casero: –Y Mex está... yo lo voy a volver a llamar, pero las veces que he estado con él... no tenemos nada que ver. Y no me refiero a cuestiones políticas, simplemente hay gente que cuando pasa el tiempo le cambia la cabeza y punto. Artísticamente hablando, digo; él ahora toca el ukelele, canta y charla en su casa con (Alberto) Fernández.
Alberti: –Bueno, si finalmente viene que lo traiga a Fernández. ¡Nos haríamos una fiesta! (Risas).
–Después de esta versión teatral, ¿Cha Cha Cha podría volver a su formato original, el televisivo?
Casero: –Dependerá de si cada uno puede, y de si nos pagan, claro. Escuchamos ofertas.
–¿Por qué creen que hoy no existen programas de humor en la televisión argentina?
Alberti: –Y porque como dijo Alfredo en el comienzo de la nota: la televisión murió.
–Sin embargo, hay muchos programas periodísticos y de entretenimientos.
Casero: –Sí, hoy al público le dan polenta, pero sin una salchichita ni un poco de tuco. Como en general la televisión la está viendo la gente mayor, a los directivos todo les chupa un huevo. El problema es que los jeques de la televisión la destrozaron. En el caso de Canal 13, que estaba dirigido por actores... ¿Vos te imaginás a los actores manejando un teatro? No, porque a los actores los mueve la envidia, la bronca, el ego. Sería una mierda que sucediera eso. La televisión no murió de muerte natural, murió porque la mataron . La televisión argentina formaba parte de nuestro acervo cultural. Yo se lo anticipé a (Alejandro) Romay en 1992, le dije: “La televisión está muriendo”. Y más tarde agregué: Cha Cha Cha es el último programa de humor que va a salir por la tele. Y así fue, no me equivoqué.
–¿Cuánto ha cambiado el humor en estos 30 años?
Alberti: –Bueno, ahora hay que ser políticamente correcto, pero no sé cuánta gente en su intimidad lo es. Porque de repente ponés en las redes un chiste que podría ser cancelado y te aparecen cinco mil comentarios diciendo: “ja ja ja”. Pero no lo podés hacer en un medio de comunicación masivo. Evidentemente, hoy existe un doble standard y el humor de la gente sigue siendo bastante parecido al de antes. En los nuevos medios, ponele los canales de streaming, el humor es demasiado liviano y lo que se debate es si a la gente le gusta la salchicha más o menos cruda. Todo se estandarizó tanto... yo creo que a estos jóvenes del streaming realmente les falta rebeldía.
Casero: –Hoy todos estos jóvenes tienen cara de ojete, hablan pelotudeces y se manejan como si estuvieran de vuelta de todo. En la televisión sucede lo mismo, dicen tantas, pero tantas pelotudeces, que al final la gente se ríe. En fin, es un signo de este tiempo.
–¿Entonces ya no habría espacio para el humor irreverente y absurdo en los medios masivos?
Alberti: -El espacio está, lo que pasa es que están todos cagados en las patas, por eso nadie lo hace.
Casero: –Yo creo que al verdadero cómico la gente lo va a escuchar mucho más que a cualquier político o gobernante. Porque los cómicos provenimos del mismo lugar que la gente. El cómico es peligroso porque dice lo que no dice nadie . Y por eso muchas veces los políticos nos tienen miedo.
–¿Qué temas de la realidad hoy les hacen gracia o al menos podrían ser material para hacer humor?
Alberti: –Para mí se puede hacer humor con cualquier tema, no me gusta cercenarme.
Casero: –Ni yo ni Fabio ni nadie en Cha Cha Cha hizo humor alguna vez con la política. Bah, hubo una excepción: un monólogo mío. Pero nunca más, artísticamente, me metí con la política. A mí no me interesa la política, me interesa la gente . Nosotros estamos por la reconstrucción de un espacio para calmar las almas, para que la gente no viva tan hecha mierda. Todo nuestro humor es fruto del amor por la gente, algo de lo que los políticos no tienen ni idea.
Alberti: –Por eso nuestro espectáculo será para todos. Aquí no habrá grieta. Queremos que venga toda la gente que disfrutaba de Cha Cha Cha sin ningún tipo de distinciones.
Casero: –Yo quiero darle nuevamente alegría a todos. La grieta no es un invento nuestro, de los artistas, la generaron ciertas personas a los que les sirvió tenernos a unos de un lado y al resto del otro. Yo podré pensar como pienso, y a esta altura muchos lo saben: que Milei es un excelente técnico, y también un gran incomprendido que a fuerza de perseverancia se hará comprender por todos. No obstante, no integro ningún partido político porque lidero mi propia agrupación: la NSB, No Somos Boludos. Dicho esto: sepan que con el trabajo no jodo porque es sagrado. Así que vengan todos tranquilos al teatro a cagarse de risa.
Agradecimiento: Broadway Hotel & Suites