Por qué es tan letal la ameba 'come cerebros' que tiene en alerta a EEUU

No es la primera vez que salta la alarma por la 'Naegleria fowleri', más conocida como la 'ameba come cerebros', un parásito que destruye el tejido cerebral y provoca una enfermedad denominada meningoencefalitis amebiana primaria (MAP), que en el 97 por ciento de los casos es mortal

Generalmente no hacen daño pero cuando prolifera en aguas cálidas, este tipo de amebas pueden provocar infecciones letales, al llegar al cerebro a través de los nervios de la nariz. (Foto: Getty)
Generalmente no hacen daño pero cuando prolifera en aguas cálidas, este tipo de amebas pueden provocar infecciones letales, al llegar al cerebro a través de los nervios de la nariz. (Foto: Getty)

Tras el fallecimiento de Josiah McIntyre, un niño de 6 años que contrajo una infección en Texas, muchos se preguntan qué es el parásito conocido como la "ameba come-cerebros", cómo afecta a las personas y en qué lugares puede encontrarse.

Prolifera en aguas cálidas

La ameba ‘come cerebros’ es un organismo vivo unicelular que se encuentra comúnmente en agua dulce templada, como lagos y ríos, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).

No obstante, la Naegleria fowleri puede estar en cualquier parte del mundo, en cuerpos de agua dulce templada, geotermales, aguas residuales, piscinas mal mantenidas o fuentes de agua potable geotermal. La N. fowleri habita en los sedimentos depositados en el fondo, donde suele encontrar alimento.

Es menos probable que se encuentre en el agua cuando las temperaturas bajan y puede sobrevivir un tiempo en temperaturas más altas (suele crecer mejor hasta que el termómetro marca los 46ºC).

De la nariz al cerebro

Aunque el CDC asegura que “las personas no se pueden infectar por esta ameba al beber agua contaminada”, sí puede resultar mortal si entra por la nariz. La ameba migra al cerebro a lo largo del nervio olfatorio, a través de una placa ósea en el cráneo llamada placa cribiforme, donde llega al cerebro y comienza a destruir el tejido cerebral.

Esto generalmente ocurre al nadar o a bucear en lugares de agua dulce templada, como lagos y ríos. Y también al beber agua del grifo o de fuentes públicas.

Es posible que la ameba ingrese por la nariz, pero que no llegue al cerebro. "El que produce la enfermedad es el trofozoito. Si ingresa el quiste, o sea la pelotita donde adentro está la ameba durmiendo, y no desenquista, el paciente se va a sonar la nariz o la va a expulsar", explica Sixto Raúl Costamagna, ex presidente de la Asociación Parasitológica Argentina y miembro de la Sociedad Internacional de Enfermedades Infecciosas (ISID).

Otra posibilidad es que, cuando la persona saca la cabeza, expulse con fuerza el agua que tiene en la nariz, de modo tal que si ingresó el trofozoito logre expulsarlo. “Por eso, cuando uno nada horizontalmente está expulsando permanentemente el agua de la nariz y la boca, y, por eso, nadar no causa tanto problema como el tirarse tipo bomba, o de pie, o hacer buceo, donde el agua sí entra a presión y está más tiempo en la nariz”, sostiene el experto.

Progresa muy rápido

Al entrar en el organismo humano produce una "infección cerebral devastadora” y síntomas que incluyen fiebre, náuseas y vómitos, así como rigidez en el cuello y dolor de cabeza.

De hecho, la infección de este parásito puede llevar a una enfermedad denominada meningoencefalitis amebiana primaria (MAP), una enfermedad del sistema nervioso central que produce edema cerebral, necrosis, hernia y, en la mayoría de los casos, la muerte (en el 97 por ciento de los casos).

De hecho, entre 1962 y 2018, de 145 casos notificados de PAM en los EE. UU., solo cuatro personas terminaron sobreviviendo, según un estudio publicado en el Journal of the Pediatric Infectious Diseases Society. Una enfermedad rara pero mortal con incidencia en todo el mundo, tal y como recogen varias investigaciones.

La mayoría de las personas infectadas por MAP muere en una semana. Por desgracia, así fue en el caso McIntyre. El pequeño, que había estado jugando con distintas fuentes de agua próximas a su domicilio, comenzó a experimentar algunos de los síntomas más comunes que causa la infección por esta bacteria: fiebre alta, vómitos y fuertes dolores de cabeza.

Esto llevó a las autoridades a ordenar la toma de muestras de agua potable para su análisis y a cerrar la fuentes de agua de la ciudad como medida de precaución. Según informó la cadena ABC, de las 11 muestras tomadas en la ciudad de Lake Jackson, en Texas, tres dieron positivo por contener material genético relacionado con la Naegleria fowleri, entre ellas una muestra tomada de la manguera de agua ubicada en la casa del niño fallecido. Las otras dos procedían de una fuente de agua del centro cívico y una tercera de una boca de incendios.

“Lo estaban tratando por meningitis, encefalitis y casi en este punto, solo tratando de averiguar qué le pasaba”, dijo la madre del menor. Pero solo una semana después de contraer una ameba comecerebros el pequeño falleció.

Las infecciones por ameba 'come cerebros' se han asociado al uso de agua del grifo (potable), en piscinas y lagos, pero también por sumergir la cabeza o bucear en aguas contaminadas, mezclar soluciones para la irrigación nasal, en rituales de enjuague nasal o abluciones. (Foto: Getty)
Las infecciones por ameba 'come cerebros' se han asociado al uso de agua del grifo (potable), en piscinas y lagos, pero también por sumergir la cabeza o bucear en aguas contaminadas, mezclar soluciones para la irrigación nasal, en rituales de enjuague nasal o abluciones. (Foto: Getty)

Suele pasarse por alto

Parte del problema es el diagnóstico tardío. La ameba ‘come cerebros’ no es lo primero en lo que piensa cuando se experimenta dolor de cabeza, fiebre, náuseas y vómitos. No obstante, estos síntomas marcan la primera etapa de la enfermedad y pueden comenzar entre uno y nueve días después de que la ameba haya entrado en la nariz. Los dolores de cabeza tienden a estar en la parte delantera de la cabeza y pueden ser bastante severos

Incluso cuando la enfermedad pasa a su segunda etapa de síntomas (rigidez en el cuello, convulsiones, estado mental alterado, alucinaciones y coma), se puede confundir con meningitis bacteriana, apuntan desde los CDC.

De ahí que las autoridades estadounidenses insten a las personas que experimentan estos síntomas a "buscar asistencia médica de inmediato, porque la enfermedad progresa rápidamente".

Para evitar riesgos

No existen métodos para detectar y cuantificar la presencia de este parásito en el agua, y el lugar y la cantidad en la que se encuentren pueden variar a lo largo del año. Así que como su presencia es común, aunque no lo sea la infección contraída por ella, las únicas medidas que se pueden tomar para reducir el riesgo de infectarse deben centrarse en limitar la cantidad de agua que entra por la nariz y evitar bañarse en aguas contaminadas o en piscinas mal conservadas.

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