Tres amores que sorprendieron: de un conde y una periodista a la relación de Granata con Redrado y Nazarena con Roviralta
Hay amores para toda la vida, otros que tienen fecha de vencimiento y también están los fugaces, los apasionados y los que son para el olvido. La farándula porteña tiene un poco de todo esto. Escándalos, celos, venganzas, títulos nobiliarios, infidelidades, apuestas y regalos costosos. Todos esos y muchos más son los ingredientes de estas tres historias de amor.
Canosa y el conde: una relación intensa
Viviana Canosa y Bruno Laurent Philippe Barbier , que ostenta título de conde y pertenece a una de las familias más ricas de Bélgica, estuvieron juntos solamente un año, pero la relación fue intensa. Ella conducía Los profesionales de siempre y se había separado de Daniel Tobal, un productor de televisión con quien compartió amor y trabajo durante 17 años, y él se estaba divorciando de Juliana Awada, actual esposa de Mauricio Macri, luego de diez años y una hija en común, Valentina. Canosa y el conde se conocieron en agosto de 2010 cuando fueron presentados en un restaurante por el relacionista público Gerard Confalonieri. El romance se hizo público dos meses después cuando comenzaron a asistir juntos a diferentes eventos y galas benéficas.
Todo parecía ir viento en popa hasta que un imprevisto llegó a oídos de la periodista, que se enojó tanto que terminó con la relación en octubre de 2011 . ¿Qué sucedió? Dicen que Barbier se encontró casualmente con Susana Giménez en un vuelo de Buenos Aires a Punta del Este y que no paró de coquetear, halagarla e invitarla a su casa de Rincón del Indio. Susana no lo conocía y apenas le prestó atención, pero a su vuelta a Buenos Aires se enteró que era el novio de Canosa. Cuentan que, entre amigos, Susana aseguró: “Él decía que me conocía y yo no sabía quién era. Estaba un poquito pesadito, pero como el vuelo a Punta del Este es rápido, preferí aguantar el tema, total, no iba a discutir por una tontería”. Sin embargo, cuando Canosa se enteró de lo sucedido, discutió con su novio y al poco tiempo la relación se terminó.
Hace unos años, Canosa se refirió a Barbier en Intratables: “Los señores con los que estuve en los últimos años me los presentaron. Al padre de mi hija, al conde, me los presentaron. No voy a lugares para conocer señores. Tengo amigas casadas con hijos, no es que ahora me voy a un bar (...). Con el conde igual la pasé increíble (...). La verdad es que yo estaba muy enamorada de él . A mí me enamora mucho un hombre como papá y él era un gran papá”.
Amalia Granata y Martín Redrado, un amor fugaz y escandaloso
Amalia Granata y Martín Redrado se conocieron en septiembre de 2014 cuando ella le hizo una entrevista que luego publicó en su sitio oficial. Él acababa de separarse de Luciana Salazar y ella también estaba recientemente separada. El romance fue secreto durante las primeras semanas hasta que alguien les tomó fotos en un viaje compartido a Chile y la historia se hizo pública. “No tendría nada de malo si saliéramos con (Martín) Redrado”, decía Granata al tiempo que Salazar aseguraba: “Mi relación está terminada desde el 30 de junio y cada uno puede hacer de su vida lo que quiera. Si ellos están juntos les deseo lo mejor”.
En tanto, Granata contaba: “La relación que tenemos hoy es excelente. Él sale de una pareja de tres años muy intensa. Yo de una pareja de cinco años y la verdad es que fue todo muy rápido. Me estaba separando y ya me estaban involucrando con él. ¿Si hay chances de que él vuelva con Luciana Salazar? No, pero igual no es algo que yo tenga que decir. Hoy nosotros preferimos tener una amistad. Nuestra relación la plateamos siempre más tranquila, pero se volvió mediática”.
Y en un programa de radio de Roberto Pettinato, con quien Granata trabajaba, decía: “Comemos en casa, delivery. Ahí Martín se saca el jean y miramos la serie Scandal. ¿Si tuvimos relaciones sexuales? No, voy a esperar a que me pida matrimonio (risas). Me reservo eso. Con Martín estamos bien y tranquilos. No pensamos en casarnos ni en tener hijos. Es otra la historia. Entre nosotros está todo muy claro. Vamos de a poco. Cuidamos a los chicos”.
La historia duró apenas unos meses, se separaron en marzo de 2015, luego de que Salazar contara que seguía viendo en secreto a Redrado. En ese momento, Granata se paseó por varios programas y dijo: “Hay mucho cariño, pero el tiempo dirá. Por ahora solo somos amigos. No hay terceros ni nadie en el medio”.
Con el paso del tiempo, expresó en El diario de Mariana: “Teníamos una relación armoniosa; no tengo un recuerdo de haber peleado o discutido con él nunca. Conocí a toda su familia, sus hijos, su madre. Vivimos cosas muy lindas y me quedo con eso. Se terminó porque yo lo decidí, porque me enteré de ciertas cuestiones... Sé que hubo infidelidad y cuando le pregunté, me lo negó y no me gusta que me mientan, prefiero que me digan la verdad”. Sin embargo, también dijo en Intrusos, hace unos meses: “No estaba enamorada y creo que él tampoco. La pasábamos bien y el vínculo era lindo, pero no había amor para proyectar algo a futuro. Entonces, era preferible que cada uno esté por su lado”.
Y cuando le preguntaron por qué Redrado nunca la había blanqueado respondió: “Él tiene un tema con los títulos de las relaciones. No sé por qué. Una relación en donde compartís cosas con su familia, él con la mía, estamos todo el día juntos, no sé qué título tiene. Puedo decir que fuimos dos personas que se estaban conociendo, pero no llegaron a enamorarse”.
Un anillo de diamantes, promesas y un amor que no fue
Nazarena Vélez y Huberto Roviralta tuvieron un amor fugaz en 2006 . Ella se había separado de Daniel Agostini y a él, Susana ya le había revoleado el cenicero por la cabeza y había cobrado una suculenta suma de dinero en la división de bienes. Algunos dicen que la relación fue el resultado de una apuesta de Roviralta con unos amigos, que lo desafiaron a salir al menos cinco veces con la chica del momento. Y salieron más de cinco veces en unas pocas semanas.
Vélez contó en LAM hace un tiempo: “Nunca fuimos novios. Sí estuvimos como un mes viéndonos, pero no me dio ni un beso... Me divertía mucho para el afuera, lo que se generaba y me aproveché de eso. Roviralta nunca me tocó un pelo. Era re caballero; yo me estaba separando y me divirtió todo lo que se creó después. Me regaló un anillo importantísimo , que llevé al living de Susana y después lo vendí... Había ido a trabajar durante 15 días a una de las joyerías más importantes y me dio un anillo de diamantes, hermoso. Salimos un montón de veces y él creía que nos íbamos a casar. Ese año hasta dejó a su mamá para pasar la Navidad conmigo y me quería justificar que no era “el rata” que todo el mundo decía. Me quería mostrar que venía de una muy buena familia; quería comprarme una camioneta, una casa... No me gustaba físicamente y no llegamos a concretar, pero igual se me arrodilló delante de mucha gente y me dijo: ´Me quiero casar con vos´.... ¡Sin haberme dado un beso! Me dio mucha vergüenza, ternura y lástima”.
También recordó que compartían tiempo juntos y algunas actividades: “Me llevaba a ver polo. Me re aburría, pero me gustaba porque me sacaban fotos y después llenaba el teatro”. Y sumó: “Me acuerdo que me habló con mucho dolor de Susana porque estaba muy enamorado de ella”.
Unos años después de esa cortísima relación, Vélez fue al programa de Susana Giménez y participó del sketch de “La empleada pública” con Antonio Gasalla. Siempre picante, Nazarena contó que había tenido un romance con el ex de una diva. Lejos de sorprenderse, al enterarse de que hablaba de Roviralta, Susana le dijo: “No sabés de la que te salvaste”. Y luego, ya en el living del programa, Nazarena aseguró que se habían visto en varias oportunidades, pero que nunca había pasado nada y que le había regalado un anillo. A lo que Susana respondió: “Me parece raro. Huberto no es así, no tiene la costumbre de pagar nada. ¿Te regaló un anillo? ¿En serio? ¿Con mi plata?”. Nazarena se lo mostró y las dos estallaron de risa.