La aristocracia británica en clave de comedia, el ataque terrorista en París y una heroína sin superpoderes: las cinco series ocultas en las plataformas
Todo espectador de series que se precie de serlo lidia diariamente con el tan mentado algoritmo. El enemigo íntimo que se presenta como fiel servidor del usuario en busca de qué ver a continuación a veces acierta en sus recomendaciones y en otras ocasiones propone historias tan por fuera del interés de su “cliente” que provoca irritación y risas. Claro que para los servicios de streaming, tener esa guía incorporada resulta muy útil para indicarle a los espectadores por cuál de las muchas avenidas que le propone debería circular. Y para señalar con especial énfasis a las historias diseñadas con el objetivo de agradar a la mayoría. Sin embargo, en ese afán siempre hay series que por diferentes razones no responden a esa lógica y quedan perdidas en medio de plataformas y señales. Las que siguen son cinco ficciones que merecen la atención de los espectadores. Aunque el algoritmo no se haya enterado.
Rivales
Calificado por la prensa británica como el programa más superficial y sexy del año pasado, esta miniserie basada en la novela de Jilly Cooper tiene el espíritu de las miniseries ochentosas inspiradas en libros ídem de autoras como Danielle Steele, Jackie Collins o Collen McCullough. Claro que a diferencia de aquellos melodramas, en Rivales los excesos románticos y las luchas de poder en el seno de la privilegiada clase alta británica están retratados de un modo liviano, al borde de la sátira, que resulta extremadamente entretenido y adictivo.
La trama está ambientada en 1986 y se centra en los habitantes de Costwolds, una de las regiones más ricas y distinguidas de Inglaterra, donde conviven los integrantes de la más rancia aristocracia con los nuevos ricos desesperados por pertenecer. Entre ellos se destaca Tony Baddingham (David Tennant), el millonario dueño de un canal de televisión que sueña con ascender a la cima de la escala social donde reina su rival de siempre: Rupert Campbell-Black (Alex Hassell), un playboy de sangre azul que salta de amorío en amorío pero siempre se toma el tiempo de humillar a Baddingham y sus aires de grandeza. En el medio de esa batalla queda atrapado el periodista Declan O’Hara (Aidan Turner) junto a su familia, los nuevos vecinos de la comarca que más pronto que tarde descubren que más allá de los jardines perfectamente diseñados y los modales impecables de los lugareños se esconden más secretos y excesos de los que podían imaginarse.
Graciosa, intrigante y deliciosamente ridícula, Rivales es la ficción ideal para ver en vacaciones, tan liviana como esas novelas que vuelven a casa llenas de arena. Disponible en Disney+
La confidente
La acción comienza el 13 de noviembre de 2015. En las afueras de París una mujer se prepara para salir. La cámara recorre su cuarto tapizado de pósters de bandas de rock y examina a su dueña vistiéndose con un look a juego con la decoración. Chris (Laure Calamy) llega al centro parisino para una cita que no sale bien.
Es evidente que no está pasando un gran momento. Conoce los trucos para irse sin pagar del bar y los aplica aunque cuando sale a la calle el ambiente está enrarecido. Las sirenas y las luces de los patrulleros, los gritos de los agentes de policía y las caras de desconcierto la alertan de que algo no está bien.
Aunque todavía no lo sabe, Chris está a unas cuadras del teatro Bataclán que acaba de ser el epicentro de un ataque terrorista que dejaría un saldo de 137 muertos. Y muchos heridos. Entre ellos, Victor, uno de los grandes amigos de la protagonista. Sin embargo, nada es lo que parece en ese vínculo ni con la mayoría de las cosas que vive Chris, obsesionada con el ataque y con sus sobrevivientes. Con una interpretación sobresaliente de Calamy, a la que algunos recordarán como la calculadora secretaria de la exitosa serie francesa Ten Percent (disponible en Netflix), esta ficción toma un trágico hecho verídico para explorar, a través de la ficción, sus traumáticas consecuencias y los inesperados peligros de los duelos transitados a través de las redes sociales. Disponible en Max
Asura
La llegada de grandes directores del cine al mundo de las series siempre trae consigo un sello de garantía por adelantado que no siempre cumple con las expectativas. Sin embargo, en el caso del realizador japonés Hirokazu Koreeda, su trabajo para la TV parece una extensión orgánica y natural de sus películas, films que suelen explorar con sutileza y una contundencia emocional asombrosa los vínculos familiares en su tierra.
Ya en 2023, Koreeda le había puesto su sello a la serie Makanai: La cocinera de las maiko, un bello retrato, disponible en Netflix, sobre la vida de un grupo de mujeres preparándose para ser geishas o maiko, como se las conoce en Kioto. Y ahora el cineasta vuelve a dejar su marca en Asura, una miniserie de siete episodios basada en un ciclo televisivo de la década del setenta que cuenta la historia de cuatro hermanas adultas que afrontan el descubrimiento de las infidelidades de su padre mientras intentan resolver sus propias vidas.
Ambientada a finales de los años 70, la ficción no solo aborda el drama familiar sino que, al estilo acostumbrado del director, también funciona como un retrato generacional en el que se muestran los rotundos cambios sociales que atravesó Japón a partir de la posguerra. Sin estridencias ni atajos, Asura construye un relato único y con una belleza evocativa que no conviene perderse. Disponible en Netflix
Colin from Accounts
Se dijo muchas veces que la comedia romántica es un género que se resiste a morir aunque los espectadores y los críticos insistan en hablar de él en tiempo pasado. Y si bien es cierto que en el ámbito cinematográfico ese tipo de relato está hace décadas en busca de una resurrección definitiva, también lo es que en el territorio de las series, los ejemplos de comedias románticas destacadas son cada vez más habituales. Una de ellas es Colin from Accounts, una ficción australiana que se propone explorar exhaustivamente el comienzo del romance entre Gordon (Patrick Brammall) y Ashley (Harriet Dyer), pero sobre todo se aboca a seguirlos más allá de la etapa del enamoramiento inicial.
Los protagonistas, que son también los creadores de la serie y pareja en la vida real, están lejos de los estereotipos de los personajes del género y su primer encuentro, el proverbial meet cute que toda comedia romántica debe tener para poner en marcha la trama, resulta igual de novedoso. Un accidente callejero -provocado por un arranque de semidesnudez de Ashley- que afecta a un perrito callejero, el Colin del título, une a la pareja que descubre que tiene tantas diferencias como cosas en común y está dispuesta a encarar juntos el recorrido lleno de baches que son sus vidas. Plena de humor sarcástico y situaciones absurdas sin pasarse de la raya, y una mirada profunda sobre los vínculos amorosos, la serie entretiene y permite esperanzarse con el presente y futuro de la comedia romántica. Disponible en Universal+
Soy extraordinaria
Todo indica que los superhéroes de los cómics están preparándose para volver a conquistar a los espectadores que, según los estudios de cine, tras la pandemia demostraron cierta fatiga por ese tipo de personajes. Lo cierto es que salvo algunas excepciones, si el público no se interesó con la pasión de antaño por las historias de Marvel y DC fue más por la baja calidad de los films y series ofrecidos que por alguna misteriosa afección emocional.
Con nuevas películas y series anunciadas por parte de las dos grandes usinas de las adaptaciones de historietas, puede que ese declive empiece a revertirse, aunque lo cierto es que las historias de superhéroes no se terminan con Marvel o su rival. De hecho, como demostró la desaforada The Boys, los poderes sobrehumanos pueden ser un excelente punto de partida para contar historias delirantes aunque con los pies sobre la Tierra. Una de ellas es Soy extraordinaria, una comedia británica que imagina que hace una década todos los seres humanos mayores de 18 años adquirieron superpoderes. Todos menos Jen (Máiréad Tyers), una joven irlandesa que vive en Londres y que a los 25 años todavía espera que le llegue el suyo, no importa cuán peculiar sea.
Es que el reparto de súper habilidades incluye la posibilidad de volar, manipular el tiempo o comunicarse con los muertos, pero también hay quien puede fabricar latas de la bebida en su organismo que las expulsa de manera rectal o tienen el talento de provocar orgasmos solo con un contacto leve. Con guiones brillantes que encuentran nuevas maneras de contar una historia absurda sin perder de vista su centro emocional ni olvidar sumarle un grado de intriga y suspenso al relato de Jen y sus amigos, las dos temporadas de Soy extraordinaria no hacen más que hacerle honor a su título. Disponible en Disney+