Fallece Armando Silvestre, el actor forzado al exilio por los celos de un presidente de México
La historia del cine mexicano está llena de anécdotas. De la época de oro hay infinidad de ellas sobre el vínculo estrecho entre personajes de la clase política con personalidades de la industria cinematográfica. Muchas fueron falsas, otras no. Tal es el caso de los celos enfermizos que sentía el expresidente Miguel Alemán Valdés por la actriz Linda Christian, al grado de ordenar el exilio del actor Armando Silvestre.
Fue en 1948 cuando Linda y Armando coincidieron en el rodaje de Tarzán y las sirenas, de Robert Florey. Ella era una intérprete mexicana que se abría paso en Hollywood con ese mote artístico después de adoptarlo como sugerencia de la Metro-Goldwyn-Mayer tras haber aparecido como Linda Welter en El peñón de las ánimas (1943), de Miguel Zacarías. En tanto, Silvestre, quien había nacido en San Diego, Estados Unidos, quería incursionar en producciones mexicanas pero igualmente aparecía en proyectos estadounidenses.
Hermana de la también actriz Ariadne Welter, Christian fue una mujer muy cortejada debido a su belleza. Actores, productores, empresarios y políticos le rendían pleitesía en aras de conquistarla, o seducirla. Con 26 años y 23 de Armando, ambos coquetearon en 1949 luego de haber compartido filmación. Pero al mismo tiempo, Linda aceptó salir con el entonces presidente de México, Miguel Alemán Valdés, cuyo mandato correspondió al sexenio de 1946 a 1952.
A oídos del político llegó la información de que Silvestre era el chico apuesto con que se veía Christian. A pesar de que la actriz rechazó su propuesta de una relación “seria”, pues era un hombre casado, Alemán Valdés no quería que nadie se le acercara. Era muy celoso con aquellas mujeres que le gustaban. Precisamente los celos motivaron que conminara a Armando para que por las buenas se exiliara en Estados Unidos.
"Tuve que salir de México porque llegaron unos guaruras a mi casa y me dijeron: 'mire, olvídese de esta persona (Linda)'. Dije: 'Sí, señor, cómo no'. ¡Qué me iba a poner a discutir con seis guaruras ahí! Y me fui para que ya no me vieran en México", narró al programa La historia detrás del mito.
De esta manera el actor, quien acaba de fallecer en EEUU este 3 de junio de 2024 a los 98 años, confirmaba que no era un rumor la advertencia que recibió del presidente.
"Me vine para acá (San Diego) para estar cerca. Me vine para que ya no me vieran y no me pudieran agarrar tan fácilmente", agregó. En ese lapso de resguardo, Silvestre filmó en Estados Unidos tres películas: Wyoming Mail (1950), de Reginald Le Borg; Apache Drums (1951), de Hugo Fregonese; Mark of the Renegade (1951), de Hugo Fregonese. Retornó a México en 1951 para aparecer en Mujeres de teatro, de René Cardona.
Por estar al pendiente de Armando Silvestre, Alemán Valdés no vio venir que Linda Christian iba a encontrar el amor con una de las estrellas hollywoodenses del momento, Tyrone Power, al que conoció justo después de que el mexicano se marchó sin darle explicación alguna dada la magnitud de la amenaza.
Tyrone Power y la actriz se casaron en 1950 y tuvieron a su primera hija, Romina, en 1951. Ya para entonces el expresidente se había resignado a ver a Christian en brazos de otro hombre y se olvidó de Silvestre. Pero Armando tenía muy presente la sentencia, así que se abstuvo de trabajar en producciones mexicanas a lo largo de 1950, algo que bien pudo haber hecho sin problema. Optó por la prudencia y su seguridad.
Para 1952, año en que Alemán Valdés dejó la silla presidencial, Linda Christian integró el reparto de dos filmes hollywoodenses: Battle Zone, de Lesley Selander, y The Happy Time, de Richard Fleischer. A su vez, Armando Silvestre se integró al elenco de Ahí viene Martín Corona, de Miguel Zacarías, para compartir créditos con Pedro Infante. A partir de ahí su carrera fue en ascenso, consolidándose como uno de los primeros actores del cine mexicano. Después de todo, el expresidente les hizo un favor en sus respectivos caminos.