Cuenta atrás para la Navidad: consejos útiles para gestionar el estrés previo a las fiestas
Cada año tenemos la impresión de que la Navidad, con todo lo que conlleva, empieza antes. Son semanas previas en las que el colorido alumbrado de las ciudades se enciende, las casas se decoran, comienzan los planes, se multiplican las compras… No es extraño que las semanas previas a la Navidad puedan generar estrés a algunas personas por las expectativas que se tienen de la época y las demandas asociadas con la temporada. En opinión de Rebeca Cáceres Alfonso, doctora en Psicología y psicóloga sanitaria, directora de Tribeca Psicólogos, algunas razones pueden ser las siguientes:
Presión comercial: Durante las semanas previas a la Navidad, hay constante publicidad de asuntos relacionados con la Navidad como regalos, comida, lotería. Con esto, se puede sentir que hay que cumplir con unos ciertos estándares que pueden llegar a generar estrés financiero.
Celebraciones sociales: En la etapa prenavideña ya comienzan a hacerse las reservas y la planificación de reuniones con amigos, fiestas de la oficina y celebraciones familiares. Esto puede generar estrés porque hay algunas celebraciones de este tipo que no apetecen y a las que te sientes obligado a ir o son demasiadas fiestas, etc.
Reflexión personal: Al acercarse el final del año, algunas personas pueden reflexionar sobre el año y esto puede ser motivo de estrés si sienten que no han alcanzado lo que se habían propuesto, si no ha sido un año bueno por diversos motivos o si están experimentando cambios significativos en sus vidas.
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Ansiedad anticipatoria prenavideña
Nos planteamos si puede ser, en ocasiones, que la Navidad nos genere ansiedad anticipatoria. Y la experta nos confirma que puede ser algo que nos ocurra. “Hay personas que pueden sentir ansiedad anticipatoria por diversas razones”, nos cuenta, entre las que nos detalla las siguientes:
Experiencias pasadas. Si alguien ha tenido experiencias negativas en Navidad en años anteriores puede ser que asocien esta época con estrés y ansiedad.
Expectativas. Puede ser que se tengan unas expectativas poco realistas sobre la Navidad y se intenten cumplir todos los estándares que se nos venden para esta época. También se podrían poner expectativas demasiado altas para uno mismo, algo que genera estrés.
Dificultades para poner límites. Si una persona tiene dificultades para poner límites, le puede generar ansiedad la presión social propia de esta época.
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Consejos para controlar el estrés prenavideño
Rebeca Cáceres nos resume los principales consejos para sobrellevar esta etapa y controlar los picos de estrés en esas semanas previas a Navidad.
Establecer expectativas realistas: Ni la Navidad, ni la gente, ni las relaciones ni los momentos ni nada son perfectos. Escúchate y ten en cuenta tus necesidades y tus propios límites.
Planificación: Planifica todas las tareas propias de Navidad (regalos, celebraciones, compras) para evitar abrumarte con asuntos de última hora.
Establecer límites: Di no a lo que no te apetezca para tener bienestar emocional.
Hacer un presupuesto: presupuesta de manera realista la Navidad e intenta ajustarte a lo presupuestado. Esto te ayudará a evitar gastos innecesarios.
Delegar: No te ocupes de todo y delega responsabilidades a otros miembros de la familia o amigos.
Autocuidado: No te olvides de ti. Dedícate tiempo para ti, haz actividades que te gusten.
Reajustar las tradiciones: Si ciertas tradiciones te generan más estrés que alegría, puedes considerar ajustarlas (no celebrar, estar menos tiempo en la celebración…).
Expresar emociones: compartir emociones y preocupaciones puede ser de alivio y prevenir posibles explosiones emocionales, conflictos o sobrecarga emocional.
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Toca poner límites
Querer llegar a todos los compromisos, lograr la perfección en los regalos, en las citas por estas fechas... ¿piensa que toca poner un límite para vivir esta época del año con más calma? “Así es. Poner límites no significa no vivir la Navidad, sino vivirla de un modo más equilibrado que nos hará estar mejor con nosotros mismos y con los demás. Poner límites puede prevenir conflictos con otros y sobrecarga emocional”, detalla la psicóloga.
E incide en un aspecto: hemos de recordar que en Navidad hay demasiada estimulación por la presión comercial, familiar, social y eso hace que nos salgamos demasiado de nuestras rutinas habituales y nos puede desequilibrar. También hay que tener en cuenta que la Navidad, de alguna manera, dura desde noviembre que se comienza con la publicidad hasta enero y es demasiado tiempo expuestos a la presión de tener que vivir una época de un determinado modo que se nos “vende”. Y la Navidad es una época que no a todo el mundo le gusta, ni es idílica para muchos ni significa algo en positivo. “Creo que sería importante ser coherentes con nosotros mismos, viviendo la Navidad como la sentimos”, concluye.