Yahoo Estilo La batalla de Isabel Preysler con otro novio rebelde de una de sus hijas
Mucho se habla del recelo que Isabel Preysler habría tenido hacia Iñigo Onieva incluso antes de que se destapara la infidelidad hacia su hija Tamara Falcó. Quizá la r'eina de corazones' no era muy amante de la vida nocturna de Iñigo o pensaba que su hija merecía algo distinto.
Lo que antes eran solo rumores ahora sería una verdad más que justificada y es que, ¿qué madre quiere que su hija esté con un tipo que le es infiel? Desde luego, no hace falta ser Isabel Preysler para no querer ver al sujeto ni en pintura.
Tamara Falcó no ha tenido suerte en el amor con esta relación que ha acabado de la peor manera aunque, como la propia Tami dice, mejor ahora que no cuando se hubieran casado o, peor aún, con hijos de por medio.
Las hijas de Isabel Preysler no siempre aciertan con sus parejas y, para muestra, podemos echar la vista atrás y recordar a Ricardo Bofill y su relación (¡que sí acabó en boda!) con la primogénita de Isabel, su hija Chábeli.
Chábeli Iglesias es hija de Isabel Preysler y del cantante Julio Iglesias y se enamoró locamente del hijo del prestigioso arquitecto catalán también llamado Ricardo durante un viaje a Marruecos en los 90.
Ella ya era famosa desde que nació pero Ricardito, como le apodaron los medios de comunicación, dio el salto a la fama debido a ese noviazgo que, en muy poco tiempo, se convirtió en matrimonio.
Chábeli y Ricardo se casaron el 11 de septiembre de 1993 en Sant Just Desvern, Cataluña. Ella confesó años después que su padre, Julio Iglesias, le dijo que tenía un avión privado esperándola a 10 minutos por si se echaba para atrás en el último momento, ¡imagínate lo que le debía gustar el yerno a su suegro!
Isabel vio como su hija no se casaba por la iglesia y ese era un deseo truncado de la socialité pero es que, además, los problemas de adicción de Ricardo Bofill se desarrollaron con el paso de los años no eran un secreto desde hacía un tiempo.
Ambos querían vidas distintas y era un divorcio cantado que seguramente apoyó Isabel Preysler viendo quizá que el tipo de vida de Ricardo no era el que ella quería para su hija. De hecho se divorciaron un año y medio después de la apodada ‘boda del año’.
Con el divorcio, discreto, se hizo público en ‘Hola’ que “su esposo dejó el domicilio conyugal en Miami y vive en un hotel”. Chábeli le sacó las castañas del fuego a su marido diciendo que “Lo que Ricardo quiere es una vida muy diferente a la que yo quiero, yo soy muy casera y Ricardo es un gran bohemio”.
El término bohemio era un gran eufemismo de otra cosa que el propio Ricardo confesó a los medios y es que, años después, en 2002, ingresó en rehabilitación y dijo: “Cuando entré ahí me daban tres meses de vida”.
El ya exmarido de Chábeli reveló que: “Mi padre me aconsejó un doctor, una eminencia apreciada internacionalmente. Me reconoció y recomendó el ingreso inmediato. Ni un minuto más”. Afortunadamente y tras mucha televisión nocturna en shows como ‘Crónicas Marcianas’ y de su relación con Paulina Rubio, Ricardito supo cuidarse, reconducir su vida y gozar de la estupenda carrera como arquitecto que hoy día sigue engrosando.
Por su parte Chábeli siempre ha dicho que ella se enamoró perdidamente de él y que él la quiso muchísimo y es que una cosa no quita la otra. Sin embargo, igual que lo hace hoy Tamara Falcó públicamente, su hermana mayor también afirmó que sentía pena por su exmarido.
Hablando con ‘El Mundo’, según recoge ‘Lecturas’, Chábeli dijo: “Hay gente que nace con fortaleza y hay gente débil, como mi ex marido, que se hunden en la miseria y no saben salir adelante. A mí me da pena de él, pero no ha sabido flotar y él sí que se ha hundido a la sombra de su padre”.
A día de hoy y con las aguas ya más que calmadas, Ricardo ofrece contadas entrevistas a la prensa pero en una con ‘Hola’ ha revelado que tiene una relación cordial con Chábeli y que: “Sé que está bien, al igual que Enrique y el resto de una familia fantástica y admirable” y eso es lo que al final cuenta después de todo, ¡aunque menudos yernos le tocan a Isabel!
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