Tan Biónica: una nueva noche mágica e íntima, la cita de Borges y el tributo a Juana La Loca

Tan Bionica. en el Movistar Arena
Tan Bionica. en el Movistar Arena - Créditos: @DIEGO SPIVACOW / AFV

Puede ser en la inmensidad de un estadio a cielo abierto como el de Vélez, el Diego A. Maradona de La Plata o el Más Monumental de River Plate. O bien en un espacio cerrado y algo más acotado. Pero lo cierto es que al margen de las características, las dimensiones y la capacidad del lugar elegido existe un fenómeno que permanece inalterable y muy lejos de extinguirse: el emotivo y constante ida y vuelta entre Tan Biónica y su público; una relación afectiva que crece y se agiganta con el paso del tiempo, se hace cada vez más estrecha y que parece no vislumbrar un final.

Eso es lo que se vivió anoche durante la primera de las siete e inolvidables “últimas noches mágicas” previstas en el Movistar Arena (repite hoy y los próximos 3, 4, 17, 18 y 20 de este mes).

Bajo el lema “Desde cerca”, la banda conformada por Santiago “Chano” Moreno Charpentier, Gonzalo “Bambi” Moreno Charpentier, Seby Seoane y Diega Lichtenstein decidió reencontrarse una vez más con sus fieles seguidores pero en esta oportunidad cobijada por un ámbito de mayor proximidad y perfil intimista. Así, cara a cara con un “piberío biónico” que continúa sumando nuevos y cada vez más jóvenes adeptos y que corea cada tema de viva voz como si fuera el último, Tan Biónica fue edificando un atractivo y contagioso concierto signado por sus variadas situaciones y sobre todo por un espíritu altamente celebratorio.

Dicho clima festivo ya comenzó a percibirse a través de “Seven Nation Army”, de The White Stripes, sonando de fondo para acompañar a un video con imágenes históricas del grupo y servir a su vez de preámbulo a los acordes de “El huracán”, “Vámonos”, “Arruinarse” y “Música”, los primeros temas de una velada que se extendería por más de 120 minutos.

Chano enmarcado por la parafernalia de luces, rayos láser, llamaradas, humo, explosiones y papel picado que engalanan un show cuidado hasta el más ínfimo detalle
Chano enmarcado por la parafernalia de luces, rayos láser, llamaradas, humo, explosiones y papel picado que engalanan un show cuidado hasta el más ínfimo detalle - Créditos: @DIEGO SPIVACOW / AFV

“Gracias amigos por estar acá. Yo sé que es un esfuerzo muy grande para algunos de ustedes y están aquí bancándonos, queriendo un lindo show y queriendo una noche que la recuerden para siempre. Les tengo una buena noticia: se la vamos a dar, se la vamos a dar”. Con estas palabras, un exultante Chano sentado al piano le da la bienvenida a una enfervorizada multitud para luego interpretar “Loca” seguida de “La otra manera” y “Tus horas mágicas”. De riguroso negro con detalles plateados, Bambi (bajo), Seby (guitarra) y Diega (batería) atraviesan con sus respectivos instrumentos la delgada pasarela conectada con el escenario y se suman al cantante en “Un poco perdido” y “Lunita de Tucumán” rodeados por un océano de brazos extendidos.

Por su parte, los sones electrónicos de “El duelo” y “Ella” transforman al Movistar Arena en una auténtica y gigantesca rave, con el sector campo convertido en una pista de baile incandescente y el cuarteto a pleno arengando a una audiencia dispuesta a todo. La calma se hace presente cuando Bambi toma el rol de cantante en “Pastillitas del olvido” y luego le pasa la posta a su hermano Chano que obsequia rosas a la multitud mientras le presta su voz a una sentida versión de “Claramente”.

Tres gigantes pantallas led con forma triangular dan vida a la impactante escenografía que suele secundar a Tan Biónica en sus presentaciones en vivo. Y a ella se suma toda una parafernalia de luces, rayos láser, llamaradas, humo, explosiones y papel picado que engalanan un show cuidado hasta el más ínfimo detalle y diseñado al mismo nivel que cualquier producción internacional. Sin embargo, a fin de cuentas lo que más importa son las canciones, las buenas canciones, algo que esta banda posee de sobra y constituye su más preciado tesoro. Por cierto, “Beautiful” y “La manera que eligió para matarme” asoman como un claro ejemplo de ello.

Ya sea desde el bajo, la guitarra acústica, los sintetizadores o el keytar, Bambi oficia de director musical de un ensamble instrumental muy sólido y aceitado (aunque por momentos suene un tanto sobrecargado y saturado) que se completa a la perfección con la guitarra de Seby y el pulso firme de Diega desde la batería. No obstante, es Chano quien con su carisma y entrega sin límites acapara la totalidad de las miradas y contagia a través de una impronta que por fortuna parece haber recuperado la alegría, el disfrute y las ganas de cantar.

El
El "piberío biónico" llenó el Movistar Arena - Créditos: @DIEGO SPIVACOW / AFV

“Una vez me preguntaron: ‘¿Maradona o Messi?’. Y yo contesté: ‘Borges’. Me parece el argentino más brillante. Él tiene un poema llamado ‘Poema de los dones’ donde retrata cómo fue quedándose ciego, comparando su ceguera con un atardecer. Y eso me inspiró a componer este tema”, relata Chano a modo de introducción no solo de “Poema del cielo” sino también de un conmovedor set acústico.

A bordo de una pequeña tarima ubicada en el extremo opuesto al escenario principal y acompañándose por sendas guitarras acústicas, un piano y un cajón peruano, los cuatro músicos desgranaron piezas tales como “Yo te espero”, “Tus ojos mil” y “Mis madrugaditas” que desataron una ovación generalizada. Ese fue también el momento donde sorpresivamente interpretaron una desnuda y despojada versión de la bellísima “Angelical”, a modo de homenaje a Juana La Loca, la agrupación nacida en los noventa y siempre liderada por Rodrigo Martín (“una de nuestras bandas nacionales favoritas de cuando teníamos 18 años”, confesó Chano).

El frenesí y la invitación al baile y al movimiento volvieron a ponerse de manifiesto mediante las irresistibles “Hola mi vida”, “Ciudad mágica” y “Mis noches de enero”.

Pero todavía había más: “Ustedes son nuestro único norte. Lo único y más importante del arte es ser queridos por ustedes. ¿Una más?”, pregunta Chano y la respuesta afirmativa de sus fanáticos no se hace esperar. De este modo, “Obsesionario en La Mayor” y “La melodía de Dios” marcan el epílogo de una auténtica e intensa noche mágica que, sin dudas, se rehúsa a ser la última. ¿Se sumarán nuevos capítulos a esta historia? Solo Tan Biónica conoce la respuesta.