¿Cuánta agua bebemos?
Es más que sabido que un adulto debe beber en promedio 2,5 litros de agua al día. Sin embargo, con la proliferación de bebidas endulzadas, refrescos y demás sucedáneos cada vez se bebe menos agua.
En el sitio del European Hydratation Institute se da cuenta de que, "Según la European Food Safety Authority (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, EFSA), en situaciones de actividad y condiciones ambientales moderadas, la ingesta de agua diaria total recomendada (la suma del contenido de agua que proviene de todo tipo de bebidas y alimentos) es de unos 2,5 l para hombres adultos y 2,0 l para mujeres adultas, pero estos valores pueden variar entre las diferentes personas. Parece evidente que las personas de mayor tamaño tendrán mayores necesidades que las personas de menor tamaño. También es importante tener en cuenta que las necesidades no son constantes: se verán afectadas por cambios de la dieta, del tiempo, del nivel de ejercicio y por muchos otros factores. Los alimentos aportan típicamente un 20% de las necesidades de agua, pero esta cifra puede aumentar hasta un 50% dependiendo de los alimentos que se escojan".
¿Por qué es tan importante beber agua? Básicamente, porque "el agua es la encargada de regular la temperatura corporal y de transportar oxígeno y otros nutrientes esenciales a las células del cuerpo. El cuerpo pierde agua constantemente y esta pérdida se debe compensar mediante la ingesta de agua para mantener una buena salud".
Y aunque muchos de nosotros no lo sepamos, la deshidratación puede, incluso, afectar el funcionamiento cognitivo ya que el cerebro está compuesto por un 80% de agua. "Cuando la deshidratación alcanza un 2% del peso corporal, se puede observar un descenso significativo de la memoria a corto y largo plazo, de la coordinación motora, de los tiempos de reacción, y de la discriminación perceptiva".
Todas la bebidas que ingerimos están elaboradas a base de agua, pero si nunca bebemos solo agua difícilmente lleguemos a cubrir las cantidades necesarias, al margen de que muchas de ellas tienen altos porcentajes de azúcar o de edulcorantes, como las aguas saborizadas. La mayoría también contienen edulcorantes artificiales y propagandas de vitaminas no muy confiables. Se recomienda seleccionar las que contengan sólo agua (agua mineral) y sabores naturales en la etiqueta.
Es importante, entonces, empezar a prestar atención a la cantidad de agua que bebemos, y no pasar por alto la señal de deshidratación: la sed.
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